Según el primer informe, ya son más de 900 casos positivos y 72 sucursales en conflicto en el AMBA.
Lunes 13 de julio de 2020 19:51
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Haciendo click en los distintos puntos del mapa podés encontrar información actualizada de cada establecimiento. Cantidad de casos positivos actuales, antecedentes, reclamos y medidas de fuerza que fueron realizando sus trabajadores.
A continuación, presentamos el informe realizado en base al relevamiento no exhaustivo de casos de COVID-19 y conflictos laborales por condiciones de salubridad e higiene en supermercados e hipermercados del AMBA. Lo construimos a partir de las decenas de denuncias semanales que nos llegan a este diario, así como de trabajadores de comercio que se están organizando en [La Red Precarizadxs, del relevamiento semanal que realizamos en base a fuentes periodísticas y del relevamiento que se encuentra realizando diariamente un sector de trabajadores de comercio.
Observaciones preliminares
Hay un elemento común que recorre todos los casos: las empresas de supermercados tienen responsabilidad directa en el aumento exponencial de casos de COVID-19. Como muestran las denuncias que nos llegan a diario, es moneda corriente el ocultamiento de casos para no verse obligadas a cerrar sucursales y/o aplicar protocolos y medidas sanitarias necesarias. El sindicato, lejos de realizar un relevamiento propio y estar a la cabeza de exigir las condiciones necesarias, actúa de correa de transmisión de la política patronal. A su vez, venimos registrando una conflictividad laboral creciente, sin dudas acicateada por esta situación.
Al momento de publicar este informe, existe un promedio de 25 casos nuevos diarios entre los trabajadores/as. Un 100% por encima del promedio de hace dos semanas y totalizando aproximadamente alrededor de 900 casos en lo que va de la cuarentena.
Los 900 casos positivos se distribuyen entre 264 establecimientos relevados en el AMBA. 768 se concentran entre las principales marcas, correspondiendo por lejos el podio a COTO que concentra 427 casos. Además, resulta significativo el registro de 72 conflictos laborales motivados por el persistente incumplimiento del protocolo ante casos de COVID-19 sospechosos, así como por condiciones necesarias de salubridad e higiene en cada establecimiento. En el 30% de los establecimientos, sus trabajadores realizaron protestas y /o medidas de fuerza como respuesta a esta situación.
Resulta llamativo que a esta altura no existan medidas por parte del Estado ni protocolos específicos que protejan la vida de este sector esencial de la clase trabajadora, más aún cuando está demostrado que sus lugares de trabajo se convirtieron en verdaderos focos de contagio.
Ganadores y perdedores en tiempos de pandemia
Toda crisis tiene sus ganadores y perdedores. La cuarentena es rica en definiciones que ilustran esto. Las cadenas de supermercados e hipermercados están entre los claros ganadores en esta coyuntura, aunque no podemos decir lo mismo de sus trabajadores. De un lado, se registran aumentos de precios por encima de la inflación y ventas extraordinarias. Del otro, congelamiento salarial, pésimas condiciones de higiene y salubridad, así como una precarización y multifuncionalidad laboral creciente.
Como consecuencia de la pandemia, y fundamentalmente entre las primeras semanas de aislamiento, registraron ventas extraordinarias en comparación a años anteriores gracias al incremento de la comercialización de alimentos y productos de higiene personal como alcohol en gel. Según la Encuesta de Supermercados del INDEC, las ventas acumuladas a abril 2020 de las 101 principales cadenas de supermercados e hipermercados, muestran un incremento real del 3,4% por encima del mismo período del año pasado (INDEC, Encuesta de supermercados y autoservicios mayoristas, abril 2020).
A su vez, en abril se vuelve a ratificar una tendencia que se sostiene desde principio de año: los precios del rubro “alimentos y bebidas no alcohólicas” son los de mayor crecimiento de toda la economía argentina. Una evolución que dicho sea de paso, no se condice con los “costos” generales de dichas empresas los cuales disminuyeron en términos reales por distintos motivos: a) Congelamiento salarial desde marzo; b) Quienes se encuentran de licencia por pertenecer a grupos de riesgo sufrieron reducciones salariales del 25%; c) Las nóminas salariales reciben hasta el 50% del subsidio estatal sobre los sueldos; d) Transporte y logística registran incrementos menores a otros meses al igual que los servicios públicos como el agua, gas, electricidad (SEyE, Evolución comparativa de precios minoristas y mayoristas, mayo 2020).
Según otro estudio publicado recientemente que se propone analizar escenarios económicos post pandemia en Argentina, existe una constante entre los 7 escenarios posibles que plantea para el sector de comercio: En todos ellos, incluso el más optimista, los trabajadores son los claros perdedores. El derrotero incluye desde rebajas salariales del 25% para los no esenciales del sector, hasta el despido de más de 300.000 trabajadores registrados y, en el mejor de los casos, una recomposición salarial por debajo de la inflación (SEyE, Escenarios posibles post pandemia, junio 2020).
El cuadro real de conjunto es peor aún si contabilizamos a los miles que no se encuentran registrados ni tienen derechos laborales y son la principal variable de ajuste. No es un dato menor si tenemos en cuenta además, que esta rama concentra alrededor del 40% de empleo sin registrar en el país (detrás del servicio doméstico y la construcción).
Precarización y flexibilización laboral, marca registrada
Desde hace décadas, las condiciones de trabajo en supermercados e hipermercados son un verdadero laboratorio neoliberal. Estas empresas hacen uso tanto de la llamada flexibilización “externa” a través de la contratación precaria mediante agencias y la tercerización de distintas tareas, como “interna” con horarios rotativos, jornadas extenuantes, horas extras no retribuidas como tales, multifuncionalidad, presión constante de las jefaturas, las cuales derivan en distintas enfermedades laborales.
Esta situación se está viendo agravada en medio de la pandemia, la cual es utilizada de excusa para no respetar categorías establecidas por contrato, horarios de trabajo y/o tareas, y para imponer congelamientos salariales o actualizaciones por debajo de la inflación con la complicidad de la cúpula sindical de comercio.
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Hay sobradas muestras de desprecio de estas empresas hacia la vida de los trabajadores. Como puede verse en el video que trascendió el lunes pasado donde se ve cómo un gerente de Coto de la sucursal Lanús amenaza a trabajadores e inspectores para evitar el cierre de una sucursal, que cuenta con más de 20 casos confirmados entre sus trabajadores (sin tener en cuenta sus familias y contactos estrechos), o en la sucursal Boedo de la misma marca, que actualmente cuenta con 27 casos positivos y, a pesar de varias denuncias de sus trabajadores, hicieron lo imposible para evitar cerrar preventivamente.
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Conflictividad laboral en aumento
Las características que viene presentando la dinámica de los conflictos en el sector permite concluir a primera vista que, en la medida en que fue creciendo exponencialmente el contagio, lo hizo también el nivel de conflictividad. En todos los casos estuvo ligado a exigencias a las empresas con el objetivo que apliquen el protocolo ante casos sospechosos, así como condiciones de salubridad e higiene tales como insumos de protección para los trabajadores, desinfección de línea de cajas, salón de ventas, comedores, depósitos, vestuarios.
Desde el inicio de la pandemia, registramos al menos 72 sucursales donde se llevaron adelante conflictos laborales que cumplen las mencionadas características. 49 corresponden a la francesa Carrefour, entre los cuales podemos destacar las sucursales de Tres de Febrero, José C. Paz, Pilar y otras de CABA (como el sucedido recientemente en el barrio San Nicolás de CABA) donde sus trabajadores pararon y/o lograron cerrar dichos establecimientos hasta que la empresa cumpla con los insumos necesarios, desinfecte y aplique correctamente el protocolo.
En todos los casos, se trata de conflictos impulsados por las propias bases, o delegados independientes al gremio de Cavalieri, quien actúa como un integrante más de la cámara empresarial de atentando contra la vida de trabajadores, sus familias y clientes que circulan por miles diariamente en cada sucursal.
Desde el inicio de la cuarentena a esta parte, sobran ejemplos que muestran que son los propios trabajadores quienes deben decidir y garantizar el cumplimiento estricto de los protocolos, el aislamiento correspondiente y demás medidas necesarias para proteger su salud y la de sus familias.
En Carrefour del barrio de San Nicolás los propios trabajadores cerraron el comercio exigiendo que se realicen los hisopados correspondientes y continúan denunciando la falta de elementos de seguridad e higiene. Una medida similar tomaron los trabajadores de sucursal de la misma empresa en la localidad de Martín Coronado, en otra sucursal de la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires o incluso más al norte en la localidad de Pilar, donde los trabajadores impusieron la clausura municipal.
Las vidas trabajadoras importan
Desde La Izquierda Diario Multimedia recibimos denuncias diarias de trabajadores de distintos lugares de trabajo. La multiplicación de contagios totalmente evitables y denuncias por no respetar las medidas de seguridad se cuentan por miles entre los trabajadores esenciales. Los trabajadores de la salud representan cerca del 10% de los contagios y a su vez existen muchas denuncias por falta de recursos. En locales de comida y otro tipo de comercios esenciales la curva se disparó las últimas semanas, pero también en distintas ramas y establecimientos donde no se realiza producción esencial. Esto sucede, debido a que las patronales con el objetivo de incrementar aún más sus márgenes de ganancia exponen a sus trabajadores y sus familias al contagio sin ningún tipo de inversión en condiciones sanitarias ni planificación del abastecimiento acorde al distanciamiento social necesario.
El Estado y el gobierno provincial no controlan ni inspeccionan la aplicación de los protocolos existentes. En estos sectores, también fueron los trabajadores quienes se organizaron para lograr la aplicación de los protocolos y condiciones de salubridad. Así lo hicieron en Mondelez Pacheco y en Bridgestone, donde los delegados impusieron a través de asambleas, o paros, la aplicación de protocolos. También lo hicieron los trabajadores aeronáuticos al inicio de la pandemia, y lo siguieron haciendo en las diversas fábricas y ramas industriales a través de reclamos, juntadas de firmas, medidas de fuerza.
Los grandes medios de comunicación, como es de esperar, priorizan las pautas publicitarias de estas empresas impidiendo que las denuncias de sus trabajadores puedan difundirse y se refleje la magnitud real del problema. Los esenciales son los grandes ausentes en los canales de televisión y discursos presidenciales por igual.
Por todo esto, ayudanos a difundir y mantener el relevamiento actualizado para dar cuenta cómo viven la pandemia los sectores que se encuentran en la primera línea de comercio. Tu denuncia es necesaria.
Dejanos tu denuncia por whatsapp: 11-2340-9564
O escribinos al IG: @lared.precarizadxs
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