Los estatales anuncian medidas de lucha. Los profesores siguen en huelga desde hace 36 días. Los estudiantes ocupan escuelas en defensa de la educación. Avanzar en la unidad para enfrentar los ajustes.
Sábado 9 de abril de 2016
Desde hace semanas Río de Janeiro es escenario de diversas huelgas y movilizaciones. Diferentes sectores de trabajadores estatales declararon que ya están o saldrán a la huelga en los próximos días. Los profesores del Estado están de paro desde hace 36 días y ya son 13 las escuelas ocupadas por los estudiantes en apoyo a su lucha y en defensa de la educación. Todo este potencial necesita unirse y coordinarse teniendo en vista la organización de acciones combativas para enfrentar los ajustes del gobernador Pezão (PMDB), que aplica la misma receta que el gobierno federal del PT. Es necesario avanzar en las medidas de lucha, paralizar la ciudad y superar el rutinarismo de las direcciones sindicales. Los trabajadores y la juventud no debemos pagar la crisis.
Estas luchas se dan en un contexto político y económico nacional convulsionado por los intentos de la derecha de imponer un golpe institucional, que se alterna entre los intentos de impeachment y el clamor de elecciones generales y por la continuidad de los ajustes contra los trabajadores y la juventud que aplican los gobiernos estaduales y a nivel nacional.
Durante la primera semana de abril, el gobierno del PT recortó nacionalmente más 4,2 billones de reales del área de Educación. En Río de Janeiro los trabajadores del sector público continúan sin cobrar sus salarios o cobrando en cuotas. Se conoció en estos días que entre los años 2008 y 2013 fueron favorecidas empresas de diversos sectores económicos, con exenciones impositivas, que totalizan nada menos que 138 billones de reales. Mientras tanto, los trabajadores, la juventud y el pueblo sufren las consecuencias de los ajustes.
El contexto político y económico en el cual se dan estos conflictos hace que las huelgas y luchas en Río de Janeiro asuman otro nivel de importancia nacional. Podrían transformarse en un ejemplo concreto de una salida independiente de los trabajadores y la juventud contra el impeachment, las maniobras de la derecha y los ajustes del gobierno del PMDB y el PT, a ser seguido en todo el país para avanzar en imponer el no pago de la deuda pública y mayor presupuesto para educación y salud; para enfrentar a la derecha desatando un movimiento que cuestione esta democracia para ricos que además de garantizar enormes privilegios a sus políticos, asesina a negros, pobres y trabajadores a diario en los barrios de la periferia y las favelas que abra el camino para imponer una Asamblea Libre y Soberana. Pero para eso habría que superar a las direcciones de estos procesos. Hay que romper con el rutinarismo del Sepe (Sindicato Estadual de los Profesionales de la Educación de RJ), del Movimiento Unificado de los Servidores Públicos Estaduales (MUSPE) y buscar una unidad combativa que pueda dar una perspectiva distinta a estas luchas. Estamos a tiempo.
Organizarnos desde las bases
Para avanzar en ese camino, es necesario revertir la lógica con la cual la dirección del Sepe toma las decisiones y los profesores se limitan a participar de los actos. Los profesores en huelga desde hace más de un mes vienen demostrando una gran disposición de lucha. Sin embargo, a pesar de construir la huelga todos los días, no cuentan con un organismo que realmente exprese las decisiones de la base y que organice las acciones para imponer las demandas. Siguen rehenes de la política de actos rutinarios y asambleas en las que los comandos de huelga no tienen ningún peso y todas las decisiones quedan en manos de la dirección del Sepe.
En las asambleas las intervenciones se realizan por sorteo, sin considerar si hay representantes de sectores movilizados, si se habla en nombre de un comando de huelga y con mandatos. Del mismo modo, los comandos de huelga tal como existen no están al servicio de masificar la lucha y expresar la autoorganización de las bases. Todos los representantes, incluidos los de la dirección del sindicato como cualquier otro miembro, deben ser controlados por la base, siendo electos en las escuelas y revocables en caso de no llevar adelante las resoluciones. Organizar los comandos de esta manera no es solo un cuestión de más democracia en la decisiones, lo que ya de por sí es fundamental, es una cuestión central para avanzar en la masividad de la lucha, pues cuanto más los comandos y las asambleas expresen lo que sucede en las escuelas, la adhesión a la huelga será más activa y participativa.
Además, en las asambleas generales las propuestas planteadas por los representantes de los comandos y las resoluciones de las asambleas deben ser debatidas y puestas a votación. No puede ser que en las asambleas generales los profesores se limiten a debatir la fecha de la próxima asamblea. No se discute quiénes participarán de las negociaciones y la pauta que se aceptará o no. No se discute seriamente cómo se encuentra la movilización en las diferentes regiones. No se debate seriamente cuáles acciones deben ser llevadas adelante para fortalecer la unidad con otros sectores en lucha, como los estudiantes que están ocupando las escuelas.
Superar el rutinarismo y organizar un plan de lucha combativo
En las últimas asambleas llevamos la propuesta de: “realizar cortes de ruta, que paralicen la ciudad, como hicieron los taxistas recientemente. Una acción de este tipo, construida en unidad con los estudiantes de las escuelas, universidades y otros sectores en lucha podría romper el cerco mediático actual que la red Globo y otros medios imponen a los conflictos en curso. Podría demostrar la fuerza que tienen los trabajadores y la juventud cuando se unifican. Y ser un ejemplo para otros sectores que están padeciendo los ataques”. Sin embargo la dirección del Sepe, que dirige las asambleas, mencionó la propuesta en forma incompleta, buscando impedir que fuera aprobada.
Marta Moraes dirigente del conflicto y del Sepe, abre deliberadamente ilusiones en el gobierno del Estado. Luego de la reunión con el gobernador en ejercicio, Francisco Dorneles y el secretario de Gobierno Affonso Monnerat, la conclusión de la dirigente es que los representantes del gobierno del Estado, el mismo que paga los salarios en cuotas o simplemente no los paga mientras garantiza billones a los empresarios, “creen que la lucha de los trabajadores es justa y harían lo mismo si estuvieran en nuestro lugar”, según sus declaraciones a la red Globo. Estas declaraciones debilitan nuestra lucha porque abren ilusiones en el mismo gobierno que nos ataca. Esto conduce a otro problema. Mucho se ha dicho sobre la unidad de las luchas. Pero la unidad debe servir para obtener conquistas. Y en una situación como la de Rio de Janeiro en que la deuda pública casi supera los 2 trillones de reales en 2016, mientras el país sigue inmerso en una crisis económica cada vez mayor, hay que saber que la unidad debe tomar la forma de un plan de lucha y acciones combativas para imponer los reclamos. De poco sirve seguir esperando, como apuestan los dirigentes, a que el gobernador nos conceda nuestras demandas porque las considera un “reclamo justo”.
Es necesario avanzar en acciones que enfrenten al gobierno. Una unidad que se construya en acciones combativas, cortes de rutas y de las principales avenidas de la ciudad. Que avance en la unidad, desde las bases, con el conjunto de los trabajadores del Estado que están sufriendo los ajustes, superando la política de las direcciones para avanzar en la coordinación y tomar en nuestras manos el rumbo de la huelga. Que muestre que la ciudad “maravillosa” solo está siéndolo para los patrones y gobiernos porque a los trabajadores nos falta de todo. Los verdaderos aliados de los trabajadores no son los dirigentes sindicales acomodados que desde hace décadas viven sin trabajar, sino los estudiantes que actualmente están ocupando las escuelas en apoyo a los profesores en huelga y por una educación publica, gratuita y de calidad para todos.