Poco se conoce de la resistencia obrera y sindical a la dictadura en los años 70, ya que la historia se ha centrado en los procesos de paro y protesta desde 1983 en adelante. Sin embargo, desde los inicios mismos de la dictadura, la clase trabajadora buscó mantenerse activa y organizada para enfrentar la represión y las nuevas políticas económico-sociales.

Ana Lopez @analopezd Historiadora
Lunes 27 de abril de 2015
A pesar de la represión y persecución que comenzó desde el golpe de Estado contra el movimiento obrero y sindical, los trabajadores buscaron la forma de organizarse y resistir a la dictadura, el 1° de mayo fue una fecha clave para movilizarse.
Una de las primeras manifestaciones contra la dictadura se realizó el 1° de Mayo de 1975 en la Catedral Metropolitana, que se transformó en un acto de oposición al régimen. Según el coronel Osvaldo Jerez “ciertos grupos quisieron dar carácter político a la ceremonia” (1); paralelamente se informaba de la escasa asistencia al acto oficial que organizaba la Junta Militar en el Caupolicán, donde se convocó a dirigentes sindicales afines a la dictadura, muchos de ellos ligados a la Democracia Cristiana.
Para explicar la escasa asistencia a ese acto, el Ministro de Trabajo Nicanor Díaz señalaba que esto se debía a que había sectores “que no quieren entender” y que organizaron “decenas de actos deportivos y hasta partidos de ajedrez… para restar lucimiento a los actos del 1° de mayo” (2). Díaz insistía en hablar de los sacrificios que se debían para superar la crisis y “destruir el marxismo” (3) de una vez por todas. Guillermo Medina, dirigente sindical del cobre y que había sido un férreo opositor a la Unidad Popular, asistía al acto oficial de la dictadura y señalaba su irrestricto apoyo al régimen y criticaba “la campaña contra la Junta de Gobierno que se hace en el extranjero” (4). Esto, porque la dictadura intentó atraer y acercar a un sector de sindicalistas, lo que logró en un pequeño sector durante un tiempo.
En la Catedral, en tanto, un grupo de personas que se encontraba en su interior aplaudía y gritaba algunas consignas, también aprobando las palabras del Cardenal de criticaba a la política económica de “la libre competencia de la oferta y de la demanda” (5). Un día después, el 2 de mayo, la dictadura presentaba su primer ante-proyecto de Código de Trabajo, en el que se anunciaba “la más amplia libertad para crear organizaciones sindicales, para afiliarse a las existentes, para retirarse de las mismas o para permanecer al margen” (6). Este anteproyecto y el Estatuto Social de la Empresa representaron dos esfuerzos por institucionalizar la relación entre los sindicatos, el gobierno y los empresarios (sin que ello significara menguar la ofensiva represiva, las muertes, tortura y desaparición de dirigentes y activistas sindicales), en la lógica de impulsar la armonía social, intentando también cooptar a un sector de ellos, especialmente a los que tenían presencia de la democracia cristiana.
En el año 1976 los trabajadores planteaban sus demandas y criticaban las políticas oficiales, entre las peticiones estaba:
“1.- Restitución de las libertades sindicales, derogándose el decreto ley 198 (7). 2.- Restituir el derecho a negociación colectiva y, por ende, el de huelga. 3.- Respeto de los derechos adquiridos y conquistas de los trabajadores. 4.- Garantizar la estabilidad del empleo derogando disposiciones que permiten despidos colectivos que crean intranquilidad laboral y abusos de algunos sectores patronales…” (8)
El 1° de mayo fue ocasión de muchas manifestaciones contra la dictadura; por ejemplo en 1977 decenas de estudiantes de la Universidad de Chile, Universidad Católica y Técnica del Estado salían a la calle a apoyar a los trabajadores, en una acción coordinada en conjunto con Clotario Blest y otros dirigentes de oposición. La respuesta de los rectores-delegados fue la suspensión y expulsión de más de cien estudiantes, lo que originó un paro de solidaridad para exigir su reincorporación. Los estudiantes recibían también el apoyo de los sindicatos y de Clotario Blest (9), reactivando los lazos de unidad obrero-estudiantil.
Hacia 1978 comenzó un proceso de reorganización sindical, consolidando agrupamientos como la Coordinadora Nacional Sindical o el Frente Unitario de Trabajadores. También durante este periodo muchos dirigentes sindicales ligados a la Democracia Cristiana o independientes, que en sus inicios apoyaron la dictadura, comenzaron a distanciarse y adoptar posturas más críticas. Fue el caso del Grupo de los 10 y de organizaciones como la ANEF o CEPCH.
El 1° de 1979 estuvo cruzado por los intentos de imponer el Plan Laboral Piñera, que tenía como objetivo fundamental la desarticulación del movimiento sindical, atacando derechos fundamentales como la huelga, la negociación colectiva, la unidad sindical y otros temas. La dictadura inició además una campaña comunicacional para generar miedo y un clima de represión, hablaba de un clima de “agitación” que serviría “para que los dirigentes politizados promuevan en Chile, especialmente el 1.o de mayo, agitación subversiva destinada a debilitar la autoridad del Gobierno” (10). El Secretario de Estado Sergio Fernández, informaba que se aplicaría la Ley de Seguridad Interior a 63 detenidos ya que no se podía permitir manifestaciones de desorden, “todos los hechos que se han estado registrando, tales como estallido de bombas, declaraciones de políticos en el exterior, la manifestación ante el Congreso y otras se relacionan con la proximidad del 1.o de Mayo” (11).
La dictadura también acusaba la “intervención” extranjera, por la campaña de solidaridad que estaba impulsando la organización sindical AFL-CIO de Estados Unidos y al “comunismo internacional” que entre otras cosas tenía un plan de “apoyo a las mujeres detenidas… agitar la situación de los desaparecidos… organizar y mover las bolsas de cesantes… activar las organizaciones de jubilados… organizar ‘encuentros deportivos’” (12). Todas las actividades eran amenazadas con la Ley Antiterrorista.
Por otro lado dirigentes sindicales señalaban su rechazo al Plan Laboral “no más a las cartas ni peticiones. Hay que movilizarse para conquistar derechos que legítimamente nos pertenecen. Son derechos que el Gobierno no puede otorgarnos; lucharemos” (13). A pesar de la prohibición oficial que impedía cualquier manifestación, se organizaron varias actividades y manifestaciones, en la que la represión se dejó sentir con fuerza, dejando centenas de detenidos , incluyendo a periodistas extranjeros que fueron expulsados del país. Alguna de estas manifestaciones se organizó en el metro Los Héroes, donde “se juntaba una multitud de algunos miles de personas, lanzando gritos alusivos al Primero de Mayo. Las fuerzas policiales disolvieron a los manifestantes y detuvieron algunas personas. Los grupos de manifestantes contrarios al gobierno militar, prosiguieron sus protestas hasta después del mediodía. El saldo fue de 365 detenidos…” . En la Universidad Católica, diversos Centros de Alumnos protagonizaron acciones de denuncia y emitieron declaraciones contra las detenciones, por lo que fueron suspendidos 87 estudiantes y expulsados otros tantos; también en la Universidad de Chile se organizaba un paro de solidaridad con los dos estudiantes detenidos el 1° de mayo .
Estos ejemplos de organización y acción no fueron aislados. La lucha contra el Plan Laboral Piñera fue importante, a pesar de ser derrotada.
Referencias
1. La Tercera de la Hora. “Quisieron politizar acto de la Catedral”. Sábado 3 de mayo de 1975. P. 2.
2. La Tercera de la Hora. “Pido fe y esperanza a todos los chilenos”. Viernes 2 de mayo de 1975. P. 5.
3. Ídem.
4. La Tercera de la Hora. “Habrá real participación de todos los trabajadores”. Viernes 2 de mayo de 1975. P. 4.
5. La Tercera de la Hora. “Cardenal hizo llamado a empresarios para que actúen con justicia y amor”. Viernes 2 de mayo de 1975. P. 4.
6. La Tercera de la Hora. “Ante-proyecto de Código del Trabajo”. Viernes 2 de mayo de 1975. P. 25.
7. Este decreto limitaba las horas de trabajo sindical, establecía que las asambleas solo podían ser informativas, en caso de vacantes, los puestos sindicales debían ser completados con los trabajadores más antiguos, etc., es decir, adormecía, limitaba y desintegraba el movimiento sindical.
8. La Tercera de la Hora. “Trabajadores plantearon reservas frente a la reforma previsional”. Miércoles 21 de abril de 1976. P. 6.
9. “Se inició el 1° de mayo. Efervescencia estudiantil”. En: Revista Qué Pasa, n° 422, del 17 al 23 de mayo de 1979. P. 6-7.
10. La Segunda. “Sindicalistas, apoyados por AFL-CIO preparan agitación para 1.o de mayo”. Miércoles 4 de abril de 1979. Contratapa.
11. La Segunda. “Se aplicará la Ley de Seguridad a los 63 agitadores detenidos”. Jueves 19 de abril de 1979. Contratapa. Las penas podían ir desde relegación, extrañamiento o cárcel (541 días a cinco años).
12. La Segunda. “Un sangriento Primero de Mayo prepara el Partido Comunista”. Martes 24 de abril de 1979. P. 5.
13, Ídem.
14. “Cómo fueron los dos 1° de mayo”. En: Revista Qué Pasa, N° 420, del 3 al 9 de mayo de 1979. P. 6 a 8
15. Sindicalismo chileno… Op. Cit. P. 199. Según el Ministro del Interior fueron detenidos “163 estudiantes, 89 profesionales técnicos, 9 dueñas de casa, 26 personas sin oficio, 29 trabajadores independientes y solo 49 trabajadores asalariados”. La Segunda. “Todo el día durarán interrogatorios”. Viernes 4 de mayo de 1979. P. 5
16. La Segunda. “Aplican drásticas sanciones a los agitadores de la UC”. Jueves 10 de mayo de 1979. Contratapa.
La foto es del boletín CODHES de Clotario Blest y se encuentra en el Centro de Documento y Archivo FASIC.