Coronavirus. Prioridades: mientras la salud lucha por insumos Guevara pide $7 mil millones en cámaras y drones

Felipe Guevara quiere instalar un sistema de cámaras y drones para vigilar la ciudad desde el subterráneo del edificio de la Intendencia de Santiago, el proyecto tendría el nombre de Centro Integrado de Región Inteligente Metropolitano (CIRIM) y sería administrado por la Subsecretaría de Prevención del Delito.

Desde la Intendencia de Santiago explicaron el proyecto:

“Será un espacio de dirección y gestión regional que permitirá la coordinación del espacio público con todos los actores estratégicos, la predicción de situaciones, y la respuesta oportuna a las necesidades actuales y futuras de nuestros vecinos”

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Chile y el mundo vive una crisis sanitaria, con miles de muertos y contagiados diariamente, con graves situaciones como la falta de insumos, personal y centros médicos, colapso en los hospitales públicos, filas interminables para retirar medicamentos, etc. Sin embargo, las prioridades del gobierno de Piñera están extremadamente alejadas de las necesidades de la población. Con el total del dinero del CIRIM, se podrían comprar 496 ventiladores mecánicos aproximadamente, considerando que en el país son 555 los disponibles en la red asistencial, y que además, hace pocos días, Mañalich canceló la compra de 1.477 de estos para todo el país.

Este centro de vigilancia no sólo no es prioridad para el momento que estamos viviendo a nivel mundial, sino que este proyecto reafirma la política represiva del gobierno de Piñera, siempre con el apoyo de Guevara, sobre todo desde el inicio de el estallido social. Desde que comenzó la pandemia, Piñera a gastado dinero en la compra de carros lanza agua, ha destinado vacunas que eran para niños y niñas, a carabineros y fuerzas armadas, y hace poco la derecha quería indultar a los violadores de DD.HH de Punta Peuco, ya que eran parte del grupo de riesgo, siendo que la realidad que se vive en las cárceles comunes hoy en día, es de presos contagiados con Covi-19 prácticamente muriendo a la espera de atención, hacinados y con el riesgo de contagiar al resto de los presos.