Testimonios de los diálogos con la comunidad en el marco de la lucha docente.
Lunes 5 de agosto 22:01
Tres semanas de paro, y nos volvimos a encontrar las escuelas vecinas organizadas en distritales, 6 para ser precisa. 1 de agosto en el CPE y en el marco del paro provincial que estamos llevando adelante, nos volvimos a encontrar en ese espacio horizontal donde se repitió la misma pregunta. ¿Cómo llegamos a la comunidad?
Domingo de agosto, 11 AM. Con ATEN capital, el FOL y diferentes organizaciones sociales y políticas fuimos a volantear a la plaza de Boca. En esta feria cada dos puestos, un adolescente, una infancia. Algunos están organizados por ellos mismos, otros colaboran con mamá y papá y hasta se animan a vender, o sólo ayudan a mantener el orden de los objetos. Al niño que veo todos los días a la salida de la escuela esperando que lo vayan a buscar, lo veo todos los domingos en el mismo lugar. Ahí, también están, están quienes no pueden acceder a estudiar o por cuestiones económicas tuvieron que abandonar.
Hay una tristeza flotando en el aire de quien te cruces en la calle. La rabia, el malestar, están latentes, y ahora mismo intenta ser direccionado por el gobierno para pelearnos entre trabajadoras. Particularmente con las maestras. Repartiéndole un volante a la gente, surgen conversaciones, historias y testimonios.
Una mamá:
“Los papás tenemos la fuerza para conseguir que nos den respuesta, así fue en la escuela de mi hijo, nos instalamos en el CPE y conseguimos que arreglen los baños. Necesitamos volver a las convocatorias por escuela, unirnos para debatir en común las cosas que nos faltan y cómo hacer para que realmente aprendan”.
“Hay mucha angustia, también en las adolescencias, porque falta trabajo, porque nos falta la plata. Yo trabajo por hora, me cuesta mucho que mi hija quiera ir a la escuela y hay que buscar la manera de con estas cosas mostrarle el sentido”.
¿A qué escuela vas? ¿Sabes por qué estamos de paro? Esas dos preguntas fueron suficientes para abrir conversaciones como las que tenemos antes de que toque el timbre para irnos, o como cuando entramos y preguntamos cómo estuvo el fin de semana. “¿Cómo las podemos apoyar profe? ¿Cómo se puede colaborar? Porque es verdad que el poco pan que nos dan para colmo está duro”.
Un maestro:
“Hubo escucha atenta, todas las personas abiertas a conversar. Todas son familias del oeste, pudimos encontrarnos a nuestros estudiantes y obviamente hay un interés sobre lo que está pasando porque tiene que ver con el hecho de aprender y enseñar”.
A pesar de todos los intentos sostenidos de Figueroa y sus amigos periodistas, de señalarnos como las responsables de la crisis educativa, la realidad que nos atraviesa todos los días pareciera no dejar pasar dudas. Un trabajador jubilado comparte su situación:
“Soy jubilado y no puedo pagar ni mis medicamentos, por eso entiendo que estén luchando, porque no alcanza para nada y todo lo que hacen es en contra de todos nosotros”.
Varias profes nos cuentan:
“Salimos para intercambiar más que nada con las/los que están en los puestos. Todas las personas nos recibieron el volante, salvo los que ya tenían que nos mostraban el papel. El diálogo con los jóvenes fue muy interesante porque sabían que se venían 72hs de medidas de fuerza, que en sus escuelas siempre pasaba algo de gas, luz o cloacas y se quedan sin clases.”
“Una mamá nos contó que como familias entregan notas acompañando a las docentes para hacer los reclamos pero que las soluciones llegan a medias. Y que también es importante salir a marchar por Luciana.”
“En todos los intercambios se sentía necesidad de hablar, de que su voz también se escuche, existe preocupación porque las/los niños no aprenden, pero entienden que si siempre hay problemas en las escuelas es más difícil.”
“Mi sensación fue que la gente necesita escucharnos ahí donde ellos la reman, que seamos nosotras quienes les contemos que reclamamos.”
Frente a las brutalidades que vemos todos los días, tenemos una buena oportunidad para construir lazos entre trabajadoras, jóvenes, jubilado, comunidad, en defensa de cada uno de nuestros derechos conquistados y para pensar que escuela queremos. No hay manera de hacerlo si no es en común.