Ante la precaria realidad en la que se encuentran las artes y la cultura, el futuro gobierno de Sebastián Piñera ofrece una serie de promesas que fortalecen el modelo actual.
Sábado 23 de diciembre de 2017
Nuevamente salieron los resultados de la loteria del fondart. Si bien este año se obtuvo una de las mayores coberturas a nivel nacional, con 337 comunas del total de 346 en el territorio, este sigue siendo un financiamiento insuficiente para el desarrollo cultural.
Los Fondos de Cultura son, hace varios años, vistos como el único financiamiento real que poseen las iniciativas de desarrollo cultural a nivel nacional. Sin embargo, ésta siempre ha sido insuficientes. Del total de proyectos postulados, sólo alrededor de un 15% resulta seleccionado, y siempre bajo una lógica numérica y fría, perteneciente al mundo de los negocios: quien sepa “vender” su proyecto de mejor manera resultará más probable que sea premiado con la adjudicación del mismo.
¿Qué le depara el futuro a esta verdadera institución estatal? Según las propuestas del recientemente electo Sebastián Piñera, los fondos de cultura se pretenden mantener en el futuro próximo “simplificando” el sistema de postulación sin decir muy bien cómo, y sin hacerse cargo de la gran mayoría de iniciativas que quedan sin poder llevarse a cabo. Esto hace saltar a la luz algo más de fondo.
La propuesta cultural de Sebastián Piñera
Ha pasado poco menos de una semana desde que Piñera fue elegido, nuevamente, presidente de Chile. Mientras el polvo continúa asentándose, comienzan a surgir las primeras interrogantes acerca de su hoja de ruta como gobierno.
Si nos remitimos al resumen de programa que se encuentra en su propio sitio web, quedan en primer plano ejes como seguridad ciudadana, salud y crecimiento. Sin embargo, al hacer una lectura más detenida de los puntos que se presentan, nos damos cuenta de un elemento faltante dentro de lo que el electo presidente considera jerárquico: su propuesta cultural está completamente ausente.
Dentro de su programa de casi 200 páginas, nos damos cuenta que el ítem cultura ocupa apenas 2 páginas y media, dividida en 5 puntos: participación, educación artística, arte chileno, patrimonio, e institucionalidad.
Ninguna de las propuestas de Piñera, como es de esperarse, ponen como eje el desarrollo cultural de la clase trabajadora. Todo es visto bajo la lupa de desarrollo económico, considerando a la cultura como un “bien de consumo” al que hay que acceder. “Implementar Vale Cultura, pase cultural para cada joven que cumpla 18 años que permita financiar el 50% del costo de cada bien o servicio cultural que se adquiera con el vale.” Es un fomento a la lógica de mercado en que se encuentra el acceso a la cultura hoy en día. “Desarrollar un sistema de cofinanciamiento de la programación cultural entre el Ministerio, el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), los municipios y el mundo privado” no es más que abrir la puerta a que los grandes empresarios tengan abierta injerencia dentro de las propuestas culturales del país.
¿Qué podemos hacer ante esto? La unica oposición real al gobierno de Piñera se encontrará en las calles. Así como los trabajadores del Museo de Arte Contemporáneo, somos las y los trabajadores del arte y la cultura, artistas y estudiantes; quienes debemos organizarnos para proponer y conquistar nuestras demandas. Que la jornada laboral se rebaje a 6 horas, 5 días a la semana para que todos los trabajadores podamos disfrutar del arte y la cultura. Que se garantice un acceso cultural irrestricto financiado por el impuesto progresivo a las grandes fortunas, para acabar de una vez por todas con el opresivo embrutecimiento al que nos someten las clases que controlan este país.
