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Red Internacional
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Brasil. ¿Puede terminar Bolsonaro en prisión?

Una venta ilegal de joyas en Estados Unidos, la denuncia de un hacker al que habría pedido que modifique las máquinas de votación y el levantamiento del secreto bancario por parte de un juez de la Corte Suprema. Bolsonaro vivió una de sus peores semanas y podría estar cerca de ir a prisión.

Sábado 19 de agosto de 2023 11:26

El expresidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, vivió esta semana los peores días desde que perdió la presidencia el año pasado. Un hacker denunció que el expresidente le había pedido que alterara las máquinas de votación para hacer fraude, se suman las acusaciones de haber vendido joyas que recibió durante sus viajes al exterior, y por último el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, levantó el secreto bancario para Bolsonaro y su esposa Michelle.

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El juez ordenó la investigación de sus cuentas bancarias por el caso que se le sigue por la venta de varias joyas en Estados Unidos que recibió como regalos en su condición de jefe de Estado, durante varios viajes realizados a países árabes durante su mandato, entre 2019 y 2022.

La decisión judicial también autorizó a la Policía Federal a solicitar a Estados Unidos el levantamiento del secreto bancario de las cuentas bancarias de los Bolsonaro en ese país.

La situación de Bolsonaro se complicó aún más después de que el teniente coronel Mauro Cid, un estrecho colaborador del mandatario, anunciara a través de su abogado que se dispone a testificar contra el expresidente.

Cid dirá a la Policía que Bolsonaro le pidió "resolver el problema" del Rolex, una de las joyas que había recibido como regalo, y él, como "buen entendedor", lo vendió en una tienda de artículos de lujo en Estados Unidos para después entregarle el dinero.

No obstante, subrayó que la confesión de Cid solo se refiere al caso puntual del Rolex y no será extensiva a otro reloj de lujo, de marca Patek Philippe, que según las investigaciones vendió el mismo día a una tienda de artículos de lujo de Miami, Estados Unidos, en una única transacción a cambio de 68.000 dólares.

La diferencia entre ambos relojes es la fecha en que Bolsonaro recibió los regalos, el Rolex en 2019 y el Patek Philippe a finales de 2021.

Entre ambas fechas cambiaron los reglamentos que regulan los regalos de Estado, que antes permitían a los gobernantes quedarse con joyas y relojes, pero a partir de 2021 se pasó a obligar que estas piezas también fueran incorporadas al patrimonio del Estado.

La investigación de las joyas se suma a una decena de causas civiles y penales que cercan a Bolsonaro, quien el pasado julio fue inhabilitado políticamente hasta 2030 por sus repetidos ataques contra el sistema electoral.

La causa más grave investiga el ataque coordinado a Brasilia del 8 de enero, cuando miles de simpatizantes de Bolsonaro invadieron las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema en un intento de instigar un golpe de Estado.

¿Puede ser encarcelado Bolsonaro?

Para responder a esta pregunta La Izquierda Diario conversó con Danilo Paris, editor de Esquerda Diario de Brasil que nos dijo lo siguiente:

"Con todas las noticias de la últimas semana los principales medios de comunicación y analistas políticos salieron a decir que estaban presenciando un momento histórico, atribuyendo al STF (Corte Suprema) la salvaguardia de la "democracia brasileña" ante un "harapiento contrabandista" de relojes y joyas.

Teniendo en cuenta las novedades de los últimos días, existe la posibilidad de que Bolsonaro sea arrestado. No parece casualidad que todo suceda simultáneamente en la misma semana. Hay una ofensiva articulada y coordinada.

Además, el contexto internacional también puede ofrecer algunas sugerencias. El buen desempeño electoral del reaccionario Javier Milei en las elecciones primarias en Argentina hace unos días puede ser un factor en este cálculo. Estas acciones pueden estar relacionadas con el sentido de urgencia que suscita la posibilidad de un mayor fortalecimiento de su aliado en América Latina.

La pregunta que queda, y que ningún medio de comunicación importante quiere responder, es: ¿por qué Bolsonaro, quien se convirtió en la mejor opción para los principales medios y fue favorecido por el STF en 2018, ahora se ha convertido en un objetivo?

Hay que tener en cuenta que se trata de los mismos medios de comunicación y de la misma justicia que en 2016 apoyaron el golpe institucional contra Dilma Rousseff, que luego respaldaron al gobierno golpista de Michel Temer, que proscribieron y encarcelaron a Lula en 2018 y que finalmente allanaron el camino de Bolsonaro a la presidencia.

Decir ahora que su mandato reveló lo que realmente era no parece convincente. Bolsonaro ya había anunciado mucho antes y durante su campaña cuáles eran sus objetivos y había desplegado todo su racismo, homofobia, misoginia y sus planteos ultraliberales. Y sin embargo, todos ellos se embarcaron en el proceso que derivó en su llegada a la presidencia.

El principal problema es que un componente central, si no el principal, de la política se llama hegemonía. Así que nunca está de más volver al marxista italiano Antonio Gramsci. Entre las definiciones que utiliza el comunista sardo para explicar el concepto, se encuentra la capacidad organizativa de consenso ejercida en el ámbito de la sociedad civil. Lo cual, seamos sinceros, nunca fue el fuerte de Bolsonaro.

Incluso si ningún gobernante logra la organización total del consenso en la sociedad, al menos este intento debe llevarse a cabo. En tiempos “normales” de democracias burguesas, un mayor equilibrio entre coerción y consenso es fundamental para mantener la hegemonía burguesa, y el consenso no nace de un repollo, hay que construirlo.

Bolsonaro supo ofrecer un proyecto económico ultraneoliberal, y por eso ganó el apoyo de fracciones poderosas de la clase dominante. Una vez completado este programa, era necesario recortar los efectos no deseados. Es decir, la desestabilización permanente que provocó su modo de gobierno y que se volvió indeseable.

Un problema que la actual coalición de Gobierno de Lula y su vicepresidente neoliberal Geraldo Alckmin se propuso resolver, y así ganó apoyos entre sectores de las clases dominantes que antes no tenía. Por eso hoy Bolsonaro puede ser detenido por un reloj o por la denuncia de un hacker.

Esa parece ser la óptica de los grandes medios el bonapartismo judicial y distintos sectores de la burguesía brasileña: para estabilizar el régimen político sacudido por el golpe institucional de 2016 y permeado por un mar embravecido en los últimos años, hay que frenar a Bolsonaro. Sin embargo, todo indica que su legado económico será cuidadosamente conservado por todos aquellos que ahora quieren presentarse como su verdugo."