Silvia Lospennato y otras mujeres que votan contra mujeres. ¿Criticar a otra mujer es poco sororo? Origen, debates e ideas sobre la sororidad. Columna de cultura de El Círculo Rojo.
Celeste Murillo @rompe_teclas
Viernes 3 de mayo 08:30
· Una de las personas a las que Milei agradeció por la aprobación de la Ley Bases fue Silvia Lospennato, diputada del PRO.
· Quizás alguien no se acuerda pero en 2018, en varios medios se leía “la sorora Lospennato”, por su apoyo al aborto legal, llegó a publicarse su apasionado discurso de cierre. No importó que seis meses antes hubiera votado con la misma pasión contra la mayoría de las mujeres cuando apoyó la reforma previsional del entonces presidente Mauricio Macri.
· El la sesión del Congreso que le dio media sanción a la Ley Bases, Silvia Lospennato volvió a votar contra la mayoría de las mujeres y confirmó que el aborto legal fue una excepción en su trayectoria parlamentaria de votar contra la mayoría de las mujeres.
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¿Qué es la sororidad?
· La palabra viene de soror (del latín “hermana consanguínea”). Habla de una relación de amistad y solidaridad en contraposición al prejuicio patriarcal de que es imposible la amistad entre mujeres (porque se supone que existe una eterna competencia entre nosotras por ser elegidas por un varón).
· El término se impuso durante la segunda ola feminista en Estados Unidos y Europa en los años 1970 con las palabras sisterhood en inglés, sororité en francés (hermana en esos idiomas).
· Sororidad definía el vínculo entre mujeres en la lucha contra el patriarcado. Siempre tuvo un contenido político y siempre implicó debates.
Críticas y debates
· Una de las primeras en hablar de sisterhood (sororidad) fue Kate Millet, autora de Política Sexual y referente del feminismo radical.
· Una de las críticas más importantes y acertadas a la idea de sororidad vino de bell hooks, feminista negra estadounidense, autora de El feminismo es para todo el mundo.
· Criticaba la idea de sororidad porque escondía las diferencias entre las mujeres (explicaba que la opresión no es universal en el capitalismo, se mezclan otros problemas como la clase social, el origen o la etnia) y se concluía que el enemigo son los varones y no el patriarcado.
· bell hooks decía: “más que vincularnos sobre la base de una victimización común o en respuesta a un falso sentido de un enemigo común, tenemos que vincularnos sobre la base de nuestro compromiso político por un movimiento feminista que busca terminar con la opresión sexista”. Para ella esa era la “esencia" de la sororidad.
· En los años 1980 se extiende y amplía el uso de la palabra sororidad. También se hace más difusa, tiende a ser amistad y colaboración entre mujeres. Su contenido político queda en segundo plano. Pero los debates continúan, en un contexto en el que una parte del movimiento feminista ya estaba integrado a empresas, organismos oficiales y más adelante directamente gobiernos.
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Sororidad y feminismo
· Con el impacto de las movilizaciones feministas en el mundo, especialmente a partir de Ni Una Menos en 2015, la amplificación fue todavía mayor y a veces incluye distorsiones (sobre todo en redes sociales y medios masivos de comunicación): ser sorora suele reducirse a apoyar a otras mujeres, a no criticar a otra mujer. Su contenido político queda todavía más relegado.
· La sororidad no tiene que ver con eso. Si se aprueba la Ley Bases, nueve de cada diez mujeres no van a poder jubilarse, los empleadores podrán obligar a trabajadoras embarazadas a trabajar hasta 10 días antes del parto. Acá tomo prestado algo que dijo la diputada nacional del Frente de Izquierda, Myriam Bregman: “las que voten esto, nunca más se llamen feministas”.
· Diputadas como Silvia Lospennato del PRO o Karina Banfi de la UCR no eran sororas en 2018 y no lo son ahora. Son arquitectas de políticas que mantienen los privilegios de una clase minoritaria dueña de todo (donde además las mujeres son minoría), y reproducen la desigualdad para la mayoría, sobre todo para las mujeres, que son a su vez mayoría en el empleo precario y la pobreza.
· La sororidad habla de una hermandad en la lucha contra el machismo, contra la opresión. Y esto creo que es un piso, para pensar y luchar por otra sociedad, verdaderamente igualitaria. La filósofa inglesa Lorna Finlayson plantea un interrogante relevante con respecto a estos debates: “la pregunta importante no es si es posible que exista un capitalismo sin discriminación de género, sino si esa sería una igualdad por la que valga la pena luchar”.
Celeste Murillo
Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.