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Red Internacional
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El uso de la táctica en función de qué estrategia. ¿Qué expresó el espacio a la izquierda del gobierno en las elecciones chilenas?

Las elecciones de octubre mostraron una franja de un 5% a nivel nacional a la izquierda del Partido Comunista. En Antofagasta, el PTR se diferenció de las otras alternativas que tuvieron expresión en esta franja, defendiendo una alternativa de independencia política, anticapitalista y socialista.

Domingo 10 de noviembre de 2024

Los resultados electorales de gobiernos regionales y municipales muestran una nueva fotografía en el marco de la crisis orgánica en Chile. La imposición del voto obligatorio hizo que más de 13 millones de personas acudieran a las urnas (84,87% del padrón electoral), casi el doble que las elecciones anteriores. De estos votos, se registró entre el 10 y 25% de nulos, según la categoría.

Los resultados de las elecciones marcan un cierto giro hacia el “centro” con una leve inclinación a la derecha. La particularidad es que no se fortalecieron precisamente los partidos tradicionales y nuevos del centro político (la vieja Democracia Cristiana, ni Amarillos, ni Demócratas); sino que más bien quedó un nuevo equilibrio de fuerzas que marca una fragmentación política que decimos “a cuatro cuartos” donde ningún sector termina de imponerse.

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En esta nota nos interesa hacer un balance de la elección que realizamos desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) en Antofagasta, donde obtuvimos casi el 5% en la alcaldía y un 6.5% en concejales, agitando un programa claramente anticapitalista y de independencia de clases, y que puede contribuir a fortalecer la lucha por la construcción de un partido revolucionario en Chile que hoy no existe, y es urgente construirlo.

Un importante espacio electoral a la izquierda del Gobierno y del Partido Comunista

Por “izquierda” del oficialismo del Frente Amplio (FA) y del Partido Comunista (PC), hay un espacio del 5% importante de analizar y, a quienes plantear una estrategia de independencia política y anticapitalista de los trabajadores, mujeres y jóvenes, frente al mal memorismo y estrategias de conciliación de clases.

El PC ha dado cuenta de su derrotero como pata izquierda del régimen. En las últimas décadas comenzó a ocupar puestos ministeriales en el gobierno de Bachelet donde estallaron los casos Caval y SQM (tráfico de influencia y financiamiento ilegal de la política), y ahora más firmemente con varios ministerios en el gobierno de Boric. Su programa de superación del neoliberalismo ha tenido cero avance, la búsqueda de la igualdad, la plenitud de los derechos sociales, la justicia social, la democracia participativa y la soberanía popular, han quedado en los hechos olvidados por la responsabilidad con el Estado empresarial. Sin cuestionar el orden capitalista ni el modelo neoliberal, la idea de “buen vivir” o el “vivir como producimos” que levantó su candidato a alcalde Pablo Iriarte, en Antofagasta (zona de explotación y saqueo minero), no muestra más que una completa integración. Así también se muestra en el apoyo a políticas represivas como la militarización de la Araucanía para reprimir al pueblo mapuche.

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A la izquierda del gobierno aparecen nuevas formaciones, que en estas elecciones muestran un espacio objetivo a la izquierda del PC, que se manifestó en tres listas. Por un lado, el pacto Izquierda Ecologista Popular, donde participa el histórico aliado del PC, el Partido Humanista (PH), junto con el Partido Popular (PP) y el Partido Igualdad (PI); además de organizaciones como el Partido Comunista Acción Proletaria (PCAP) y ex Comunes de Karina Oliva. Se presentaron en algunas comunas de ocho regiones. Por otro lado, el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) presentó candidatura a alcalde en Antofagasta, junto a una lista de concejales (además de una candidatura en Arica). Por último, el Movimiento Socialista de las y los Trabajadores (MST) se presentó en dos comunas como independientes en el pacto conformado por el Partido Alianza Verde, que tiene como referentes a ex militantes de la concertación, no se referencia de izquierda ni clasista.

En este abanico de derecha a izquierda, este sector obtuvo un alcance de alrededor del 5% de la votación nacional. Para los revolucionarios es importante analizar las alternativas de esta franja para preparar el surgimiento de un partido de independencia política frente a los capitalistas y sus políticos.

El Pacto Izquierda Ecologista Popular obtuvo el 4,30% de la votación nacional obteniendo 1 consejero regional en Arica (PH), 17 concejales municipales (8 PH, 3 PP, 1 PH, 5 independientes) en las regiones de Arica, Atacama, Valparaíso, Región Metropolitana y Biobío.

Con menor impacto electoral, la participación del Movimiento Socialista de Trabajadores (MST) en el pacto de Ecologistas, Animalistas e Independientes (Partido Alianza Verde e independientes), pacto que se ubica mas a derecha que la Izquierda Ecologista Popular. El MST participó en este pacto en las comunas de Independencia y Paine, en alcaldes obtuvieron sobre el 6 y 7 %, respectivamente, y en consejeros y concejales tienen votaciones variantes bajo el 5%. El eje de su campaña fue el “vota protesta”, campañas de denuncias contra el alza de la luz o la corrupción.

Pese a los votos de este sector, la ubicación a la izquierda del gobierno no necesariamente significa una estrategia anticapitalista que rompe con la conciliación de clases que ha practicado por décadas el PC, como lo ha demostrado en el terreno internacional con el apoyo a los gobiernos posneoliberales en América Latina como Lula en Brasil, el Kirchnerismo en Argentina, Evo Morales en Bolivia, o el chavismo en Venezuela (todos fieles pagadores de la deuda externa). Un ejemplo muy ilustrativo fue el apoyo de Cristian Cuevas (PP) a Maduro en Venezuela.

Las propuestas de los candidatos de la Izquierda Ecologista Popular nos hablan de mayor redistribución y rol del Estado como garante y regulador. También ponen énfasis en “la gestión” y la “probidad”, y han hecho coro de la alianza “público-privada” para administrar los recursos naturales, algunos han planteado mayor financiamiento a las policías aumentando su financiamiento. Incluso, algunos de sus referentes han apoyado abiertamente al gobierno de Boric, como el reelegido alcalde Ìtalo Bravo en Pudahuel, quien una vez electo por el Partido Igualdad como alcalde el 2021, se acercó rápidamente al gobierno, repostulándose al cargo en la lista del oficialismo en las elecciones de octubre 2024. Un camino que está en veremos con el electo alcalde de Puente Alto, Matías Toledo (ex Partido Igualdad).

Estas variantes de izquierda, que se muestran como alternativas al derrotero del PC, terminan alimentando la misma estrategía de conciliación de clases e ilusiones en reformas sociales en el Estado burgués, que mantiene la explotación de la clase trabajadora beneficiando a los grandes empresarios nacionales y extranjeros con una democracia restringida a votaciones cada cuatro años, donde las decisiones importantes quedan en manos de unos pocos círculos empresarios. Expresión de esto es el caso de Luis Hermosilla, donde se ve el entramado entre empresarios, políticos y jueces. La lucha entre las clases parece no manifestarse ni el el PC ni en estos referentes a su izquierda.

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Sobre el MST, de tendencia trotskista, se presentó en la campaña electoral como una alternativa que no rompe con la conciliación de clase y que no pretenden una ruptura con el capitalismo. Al presentarse como independiente en el Partido Alianza Verde que es un rejunte de variadas tendencias, incluyendo a ex miembros de la concertación; al no diferenciarse de estos referentes; al tener una agitación sólo concentrada en el “voto protesta” con eje en la denuncia del alza de la luz, desplazó la centralidad estratégica que tiene la táctica electoral para los revolucionarios. Su agitación se referenció al estallido de la movilización popular, sin dar una propuesta de dirección que profundice en la independencia política de los trabajadores, mujeres y jóvenes. No agitó puntos programáticos transicionales que apuntarán a la independencia política, autoorganización de masas, el cuestionamiento a la propiedad privada de los grandes capitales ni a una perspectiva socialistas.

Una campaña con un programa clasista y anticapitalista

El Partido de Trabajadores Revolucionario,se diferenció estratégicamente en cómo afrontó la campaña política a la izquierda del PC. Los resultados electorales muestran un espacio, influenciado por el reformismo de izquierda, pero aún no conquistado para ideas socialistas. Con el objetivo de sentar una alternativa realmente distinta a la izquierda institucional de conciliación de clases y administradora del Estado burgués, puso al centro de su campaña la difusión de un programa que cuestionó desde el control de los medios de producción en manos de los grandes capitalistas y saqueadores de los recursos naturales hasta los privilegios de los políticos con altos sueldos y dispuestos a reprimir al pueblo trabajador y los sectores populares. Una alternativa anticapitalista y socialista en una elección es tomar la exposición que permite la campaña, para agitar y explicar ideas que permita atraer sectores para construir una fuerza real, un partido no sólo para obtener cargos de elección popular, sino tribunas políticas de ideas socialistas, que contribuya a la organización de sectores de trabajadores, mujeres y jóvenes, que incentive la organización en los lugares de estudio, trabajo, población, etc. Estas ideas contribuyen a la lucha de la clase trabajadora en una perspectiva de gobierno de trabajadores y socialismo.

El Partido de Trabajadores Revolucionarios se presentó en la comuna de Antofagasta, donde tenemos una destacada participación en el movimiento de trabajadores, mujeres, jóvenes y artistas, hemos conquistado posiciones sindicales, hemos sido parte de la coordinación y movimientos de trabajadores, mujeres y jóvenes de la ciudad. Durante el estallido social fuimos parte del Comité de Emergencia y Resguardo (que coordinó a cientos de trabajadores, activistas, artistas, profesionales bajo la autoorganización y la política de la huelga general, fuera piñera y asamblea constituyente, libre y soberana), que impulsó decenas de asambleas donde convergieron trabajadores de la industrial, la salud, la educación, etc. además de organizar las brigadas de auxilio con profesionales, trabajadores y estudiantes del área de la salud. En las elecciones post estallido logramos conquistar la concejalía de Natalia Sanchez, quien fue una voz a contra corriente en el concejo municipal de Jonathan Velasquez, con posiciones distinta al oficialismo y la derecha, por ejemplo, que frente a la crisis municipal se planteó la necesidad de luchar por una Asamblea Comunal Soberana, en vez de la destitución por secretaría en el Tribunal Regional Electoral (TER).

En estas elecciones a pesar de no reelegir la concejalía de Natalia Sanchez, quien tuvo más votos que varios de los concejales electos, se obtuvo una buena votación, considerando el escenario, que implicó más disputa con las ideas empresariales, xenofóbicas y securitarias que han tenido, evidentemente, muchísimo más espacio que las ideas anticapitalistas. Se logró la conquista de 9.670 votos con la candidata a alcaldesa la profesora Daniela Avilés y 13.557 votos con la lista encabezada por Natalia Sanchez a concejales en Antofagasta y una candidatura en la comuna de Arica. En el caso de Antofagasta obtuvimos un porcentaje del 4,54% en alcalde y 6,53% en concejales, atrayendo el voto del 5% que se expresó como fenómeno nacional. La diferencia fue el uso de la campaña electoral.

La diferencia fue que el uso de la táctica electoral no fue sólo la denuncia, sino agitar un programa transicional bajo una consigna defensiva “por educación, salud y todos nuestros derechos”, en educación agitamos el cuestionamiento a la educación de mercado, la fuga de los recursos público a los empresarios de la educación, en contra de la implementación de los Servicios Locales implementados por el gobierno de Bachelet que han mostrado un fracaso en distintas comunas, y por el financiamiento directo y la administración bajo control a las comunidades educativas. En Salud tampoco nos restringimos a la agitación de una política local, sino que planteamos la necesidad de un sistema único nacional de salud bajo control de trabajadores y usuarios. Frente a la crisis eléctrica planteamos la nacionalización de los servicios básicos controlados por las y los trabajadores; y cuestionamos abiertamente los privilegios de los políticos con la propuesta de que todo alto funcionario público gane como una profesora o trabajador calificado. Frente a la discusión de la seguridad, no solo buscamos mostrar los operadores políticos de la derecha ligados al narcotráfico, sino que explicamos el problema estructural que viven las familias trabajadoras y populares del país en el acceso a la educación, salud, vivienda mientras pasan frente a sus ojos el saqueo de los recursos y la instalación de zonas de sacrificios.

Si bien como PTR no obtuvimos cargos, si tuvimos una importante votación tras agitar un programa superior a las restringidas murallas que impone el municipalismo. En este contexto vemos la necesidad de fortalecer la izquierda revolucionaria y de independencia de clase en Chile, con una actividad en función de un objetivo estratégico, una preparación activa, del crecimiento de fuerzas. Se trató de buscar activamente aquellos sectores que se disponen a romper con las ideas malmenoristas y horizontes de “la medidas de los posible” del Estado capitalista. Una alternativa que buscó mostrar qué no basta con la sola denuncia y la idea de más recursos, sino mostrar los mecanismo que una y otra vez privilegian a los empresarios de la minería, industrial, salud, educación y vivienda, sus políticos, leyes, justicia y la propiedad privada que deja a la gran mayoría de la población sin poder de decisión ni control del trabajo social que realizan día a día para hacer mover el país y el mundo. Para que la clase trabajadora se ponga en posición de defensa de sus intereses y se proponga gobernar, es necesario que surja una alternativa de independencia política, que no repita las recetas de los partidos tradicionales administración de las instituciones del régimen ni de fortalecimiento de sus instituciones represivas. En este camino no puede haber ambigüedades. Realizar alianza con programas de conciliación de clases no hace más fuerte a una izquierda socialista.

Nuestra estrategia es que surja en Chile una alternativa obrera y socialista, que levante un programa anticapitalista, que emerja de la lucha de clases y la autoorganización en perspectiva de terminar con el capitalismo. El uso de la táctica electoral es para fortalecer este programa, por ello la campaña que realizamos nos permitió acercar e intercambiar estas ideas con cientos de jóvenes, trabajadores de la educación y la salud, artistas que fueron parte de los comandos y actividades, quienes amplificaron orgánicamente la campaña, mostrándonos claramente una alternativa a la izquierda institucional y a las influencia del mal memorismo, agitando ideas programáticas y socialistas, es en este sentido que la apuesta de presentarnos a elecciones fortalecen esta perspectiva estratégica de levantar una fuerza con ideas socialistas, que es un factor a canalizar a través de otras tácticas que apuntan a conocer ideas socialistas, como las intervenciones en los sindicatos, las actividades intelectuales y culturales en las casas socialistas, la intervención en los movimientos, entre otras iniciativas.