Todas las medidas de Temer son rechazadas por los trabajadores. Podemos transformar esa rabia en acción para derrotar por completo los ataques en curso y acabar con este gobierno.
Miércoles 3 de mayo de 2017 11:52
Transporte, escuelas, bancos, correos e industria paralizados. La huelga general del 28A en Brasil fue una gran demostración de fuerza de la clase trabajadora que está apareciendo en escena en la defensa de sus derechos. Apoyados en esa fuerza necesitamos preparar una huelga general hasta tirar las reformas y a Temer.
Temer no va a retroceder en sus ataques. Los empresarios los exigen y él hipotecó la continuidad de su gobierno para garantizar la generalización de la tercerización, el fin de los derechos laborales y centralmente, la reforma del sistema de jubilaciones. Todas esas medidas son rechazadas por los trabajadores, y sobre todo el que ataca el sistema previsional. Podemos transformar esa rabia en acción para derrotar por completo los ataques en curso y acabar con este gobierno.
Después de anunciar que esperarían una semana para volver a reunirse y planear nuevas acciones, las centrales sindicales cambiaron su discurso el 1° de mayo y ahora hablan de preparar una nueva huelga general de 48 horas y una "invasión" sobre Brasilia cuando la reforma jubilatoria sea votada. Tenemos que tomar estas palabras y convertirlas en acción. Tomar la declaración de una nueva huelga general de 48 horas para preparar una lucha radicalizada hasta tirar abajo a todas las reformas y a Temer. Es necesario acabar con todos los ataques, no solamente con la reforma jubilatoria, y tirar abajo a este gobierno golpista apoyado por la FIESP (Cámara de empresarios industriales), el FMI y por grandes medios como la red Globo, pero por nadie más.
El 28 la central Força Sindical anunció que su intención era una "reforma civilizada" y que Temer negocie los ataques. Paulinho, diputado federal por la fuerza Solidariedade, y presidente de esa central sindical lo volvió a reafirmar en el acto del 1° de mayo. Si Temer retrocede con la anulación del impuesto sindical (que estaba dentro del paquete de reforma laboral aprobado en Diputados hace unas semanas) y hace algunas modificaciones en la reforma previsional, Paulinho está dispuesto a bajarse de la lucha contra las reformas.
La CUT por su parte ha declarado que su política es la de presionar a los senadores para que estos reviertan las votaciones en la Cámara de diputados, limitando el potencial -inédito en décadas- de la disposición a la lucha mostrada por los trabajadores.
Para transformar toda esa energía en acción necesitamos construir miles de comités de base, que incluyan mucho más que a los dirigentes sindicales y militantes de izquierda, para organizar a miles de trabajadores en cada lugar de trabajo.
Tenemos que tomar esa lucha en nuestras manos, superando los límites que las direcciones de las centrales ya anunciaron que le pondrán a nuestra lucha.
Coordinando las acciones locales, estaduales de los comités podemos mover mucho más fuerza, exigiendo a las centrales sindicales un Encuentro Nacional de Delegados que prepare una huelga general hasta tirar a Temer y cada una de sus medidas.
La izquierda independiente del PT, los parlamentarios del PSOL, en especial los sindicatos organizados en la CSP-Conlutas y en la Intersindical, deben cumplir un papel destacado en la construcción de comités que reúnan a miles e imponer un plan de lucha consecuente en defensa de nuestros derechos y contra Temer.
Tenemos fuerza para tirar a este gobierno golpista. Muchos trabajadores piensan que además de preparar una huelga general, la otra fuerza que tenemos es el voto. Los revolucionarios no confiamos en que nuestro voto en un régimen podrido de privilegios y corrupción como este nos pueda ayudar a cambiar las reglas del juego, que es lo que necesitamos. Por eso, si vamos a votar proponemos que votemos diputados constituyentes para una Nueva Constituyente que en primer lugar anule todas las medidas de Temer; que reduzca las horas de trabajo sin reducción de salarios, para garantizar trabajo para todos; reestatice bajo control obrero cada empresa privatizada desde Collor de Melo hasta Temer, que acabe con el criminal pago de la deuda externa garantizando de esa manera recursos para las jubilaciones, salud y educación. Una nueva constituyente que haga que sean los capitalistas y no los trabajadores, los que paguen la crisis. Una constituyente como esta permitirá avanzar en cuestionar cada privilegio de los políticos, los jueces, los capitalistas y avanzar en un enfrentamiento superior y una salida profunda y revolucionaria a la crisis en nuestro país, como la que defendemos desde el Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT): un gobierno obrero de ruptura con el capitalismo.
Esta perspectiva estratégica se ve renovada por la fuerza que los trabajadores mostraron primero el día 15 de marzo y ahora en la huelga del 28 de abril. Podemos tirar abajo las reformas y a Temer, eso depende de nuestra organización desde la base y de convertir los anuncios de nuevas jornadas por parte de las centrales sindicales en un aumento de la acción de la clase trabajadora para poner el eje en la lucha contra los golpistas y todos los capitalistas.