Cuarto día de paro. Contundente, cada vez más. Docentes y comunidades originarias, junto a organizaciones sociales, políticas de izquierda y de derechos humanos confluyeron en la puerta del Grand Bourg. ¿Unir las demandas o cada uno por su lado?
Jueves 5 de marzo de 2020 22:01
El jueves muchísimos docentes se sumaron al paro derrotando la estrategia del gobernador Gustavo Sáenz que intentó mostrar durante días que el inicio de clases en Salta era normal. Ninguna normalidad ni acá ni en Tucumán, Santa Fe, Chubut ni tantas otras provincias que continúan con paros o medidas de lucha por salario y en defensa de la educación pública, mientras CTERA mira para otro lado.
Entre gallos y medianoche, hoy el gobernador realizó una nueva oferta superior a la primera del 2%, que los sindicatos discutirán a espaldas de la base en una nueva reunión este viernes. La cláusula gatillo, demanda sentida por la base, no forma parte de la propuesta. Que los delegados autoconvocados de la plaza sean parte, mucho menos. Por eso, el paro sigue.
Desde la tarde del miércoles, docentes se apostaron en las puertas de la Casa de Gobierno, en el Grand Bourg, para que los delegados sean recibidos en la mesa de negociación salarial. Pasaron las horas, la noche, amaneció, y siguieron ahí.
Alrededor de las 10 y 30hs una marcha se acercó, encabezada por el cacique Leonardo Simplicio y Norma Segundo, de las comunidades wichís Misión Salim y Carboncito, respectivamente. Organizaciones sociales, de derechos humanos, políticas de izquierda, con los diputados del Frente de Izquierda Claudio del Plá, del PO Salta, y Alejandro Vilca y Natalia Morales, del PTS Jujuy, a la cabeza.
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De repente, comunidades originarias, trabajadores ocupados y desocupados, docentes juntos en el mismo lugar exigiéndole al Gobierno que dé respuesta a sus reclamos.
Si docentes y comunidades peleáramos juntas, ¿no se fortalecería la lucha?
Desde la agrupación 9 de abril nos parece que la causa de las comunidades originarias es nuestra causa. Son originarios o descendientes de ellos las y los pibes que van a la escuela pública donde laburamos, y sus familias. Son las trabajadoras de la educación, en cada rol que cumplen tan importante para hacer funcionar las escuelas.
La causa por la tierra, contra los desmontes, por agua potable y para que no se mueran de hambre las y los pibes, por salarios, por el pase a planta, contra una pobreza estructural que en la provincia alcanza el 42% y en el norte es más brutal, es nuestra causa. Para que la plata vaya para salud, educación, vivienda, agua potable, y no para el pago de una deuda externa ilegal, ilegítima y fraudulenta al Fondo Monetario Internacional.
Para la 9 de abril, es muy importante unir las demandas porque las y los docentes, desocupados, wichís, de otras comunidades, somos trabajadores. La misma clase que hace mover no solo cada escuela, si no todo el mundo. Los enemigos que hoy enfrentamos son los mismos, son los terratenientes y sojeros que hacen sus negocios a costo del desmonte, que se la llevan en pala. Son los Gobiernos de Fernández y Sáenz que no sólo negocian paritarias de hambre con los sindicatos como la ADP, ATE, la CGT o CTERA, si no que garantizan la flexibilización, la desocupación, la precarización, la expulsión de los territorios ancestrales y son responsables de las muertes por desnutrición que en Salta ya se cobró la vida de 11 niños, niñas y bebés, entre ellos 10 wichís.
La cuestión de las paritarias no es exclusiva de las y los docentes, la pelea por cada una de estas demandas nos hermana y si ganamos nosotros, ganan ellos. Y si no se muere ni un pibe más por hambre, si se conquista el derecho al agua, si se paran los desmontes, ganamos todos.

Florencia Gasparini
Nació en 1979. Es maestra en escuelas públicas de Salta y militante del Partido de los Trabajadores Socialistas y de la agrupación de mujeres Pan y Rosas. Integra la redacción de La Izquierda Diario Salta.