Esta semana se puso sobre la mesa nuevamente la política aérea del gobierno y su intención de abrir los cielos (más aún) a holdings trasnacionales como Avianca o Flybondi.
Miércoles 4 de enero de 2017 10:41
La apertura a estas compañías de las rutas de cabotaje tuvo su puntapié inicial con el ingreso de LAN en el 2005 bajo el gobierno kirchnerista. Lo hicieron bajo el artificio de una sociedad construida con mayoría de capitales argentinos (reglamentación del código aeronáutico nacional) que incluso hoy se conoce que se edificó tras coimas millonarias para ingresar al país con aviones patentados nacionalmente (Lima Victor en el alfabeto aeronáutico).
La farsa sigue en pie y se profundiza. La llegada de Avianca, que ya tiene su Hangar, de la mano de la familia Macri y su compañía MacAir Jet es un botón de muestra. La fusión entre Avian y Taca (Avianca), tiene muchas posibilidades de ser adquirida en lo inmediato, por uno de los monopolios aéreos más grande del mundo: Delta AirLines, trasnacional Yankee que es fundadora de la alianza SkyTeam, programa del que forma parte Aerolíneas Argentinas. En vísperas de este negocio Avianca dejó en la calle a 200 trabajadores hondureños sin ninguna explicación más que su poder como compañía negrera imperialista. Esto son las Low Cost.
Flybondi viene de la mano de Quintana otro funcionario ligado a Lopetegui (ex CEO de LAN) y acusado por el propio Biró (Sec General de los pilotos de APLA) de ser el autor intelectual de la liberación de los cielos en detrimento de la línea aérea de bandera y en beneficio de los buitres de la aviación. Hablando de carroñeros, ni siquiera Paul Singer, el mayor de ellos, se queda afuera de este negocio en la Argentina: Hoy forma parte de la mesa chica de Avianca que dirige Efromovich el empresario boliviano nacionalizado colombiano-brasilero, un mercenario hecho y derecho.
Por si esto fuera poco, para enturbiar más las aguas, aparece RyanAir, una de las Low Cost más grandes de Europa y entre reuniones con el ministro de transporte Dietrich, formaliza su plan para ingresar al país.
Paso menos de una semana para que la audiencia a la que asistimos desde El Despegue denunciando su falsedad, se mostrara tal cual. El plan sigue su marcha y todos los días hay novedades al respecto.
En Aeroparque tampoco se para la pelota. Hay avances y retrocesos permanentes de las compañías aéreas que YA implementan la precarización y la tercerización del trabajo. LATAM, desde su fusión viene intentando imponer el plan Simplicity que, entre otras cosas, eleva a ritmos inhumanos la productividad de sus trabajadores. Ayer por la mañana sus trabajadores junto a sus delegados combativos, iniciaron asambleas para discutir este problema que ya vienen denunciando hace semanas, las colas de más de un kilometro de pasajeros esperando para chequearse no se pueden ocultar, el cansancio y la combatividad de los trabajadores tampoco.
En Aerolíneas Argentinas también el proceso deliberativo es muy extendido. Gran parte de sus trabajadores siguieron atentamente la última audiencia no sin desconfianza, pero a la escucha de lo que dirían sus dirigentes allí. Los tercerizados de la línea de bandera, que existimos y por miles en los aeropuertos del país, no somos ajenos a esta situación. De hecho muchos de nosotros creemos que para construir la fuerza suficiente capaz de frenar el ataque anunciado, es imperioso unir en un mismo frente defensivo a los trabajadores efectivos de Aerolíneas Argentinas y LATAM junto a los tercerizados, sin miramientos en las diferencias políticas, que las tenemos, para golpear juntos, todos los sindicatos y todos los trabajadores aeronáuticos.
Martín Brat es delegado de los trabajadores tercerizados de Aerolíneas Argentinas (Falcon)/ Agrupación Aeronáutica El Despegue
