“Estoy luchando contra todo un sistema”, dijo Maria Elena, la mamá de Jonatan Herrera, el joven de 22 años asesinado por la policía en 2015, en la conferencia de prensa que rechazó la unificación de las querellas y el juicio abreviado a los imputados. La causa de Jonatan viene siendo uno de los casos testigos de la impunidad con la que cuentan las fuerzas represivas en la provincia de Santa Fe.
Jueves 11 de febrero de 2016
El día de ayer se realizó una conferencia de prensa que rechazó el pedido de la Fiscalía de Homicidios de unificar las querellas y llevar a los asesinos de Jonatan Herrera a un juicio abreviado donde podrían quedar libres los efectivos de la Policía de Acción Táctica (PAT) responsables de la muerte del joven de 22 años.
Hoy se realizará una nueva audiencia, donde el juez López Quintana va a definir sobre la unificación de las querellas ante el pedido insólito del fiscal Adrián Spelta. Hoy se va a poner en discusión si la madre de Jonatan Herrera, María Elena, queda fuera de la misma con las abogadas que ella eligió, después de meses de estar representada por un abogado que no compartía su interés de saber la verdad y buscar justicia, que ponía el dinero por encima del juicio y castigo para quienes asesinaron a su hijo y que, como ella misma escucho en los pasillos de tribunales, quería cerrar todo rápido en favor de la Policía. Hoy se va a definir si Elena tiene menos derecho que un Fiscal o un Juez en buscar una cuota de justicia contra el Estado que le arrebató a su hijo el 4 de enero de 2015.
Menos derechos, mas impunidad
Como lo ha relatado su propia familia, la causa se llenó de irregularidades pero se puso cada vez más turbia: amenazas policiales, la actuación de una fiscalía que pone palos en la rueda y no investiga, información que se oculta a los familiares, narcoabogados que aparecen y recientemente las amenazas por parte de bandas narcotraficantes del barrio donde vivía “Jony” contra su familia, aquella que desde hace más de un año pelea incansablemente por saber la verdad y buscar lo más parecido a eso que se llama justicia.
El entramado narco – estatal detrás de un caso de gatillo fácil, donde lo que se evidencia por todos lados es al Estado encubriendo los crímenes que comete casi por “hobbie” mediante su brazo armado, en los sectores humildes de la Rosario más profunda. Los números hablan por sí solos.
Pero no es casualidad que intenten mantener al margen a aquellos familiares que vienen organizandose, en las calles, junto a organizaciones políticas y sociales, junto a otros casos de violencia institucional. Siempre es preferible solucionar puertas adentro, entre la justicia y sus abogados amigos, para perpetuar la impunidad.
La policía de Santa Fe es una de las más cuestionadas en el país: narcotráfico, trata, gatillo fácil aparecen seguido en las páginas de los diarios locales. Así y todo, desde el gobierno provincial se empeñan en limpiar su nombre - aprovecharon la volteada cuando los prófugos del Triple Crimen de General Rodríguez aparecieron en Santa Fe- pero en los casos de violencia institucional, es impúdica la forma en que todos los poderes del Estado se esfuerzan en que los trapitos no salgan al sol. El Poder Judicial es un engranaje clave para esto: es que, ecomo ya lo dijimos más de una vez en este medio, la justicia no es ni lenta ni rápida, es de clase. Por eso para los trabajadores, para los humildes, para los que quedan “fuera” del sistema, parece que nunca llega.