Hoy el movimiento obrero se encuentra dividido en 5 centrales. Las tres CGT, con dirigentes millonarios tras décadas en sus cargos, concentran el poder del sindicalismo peronista y su “modelo”. La CTA, con peso entre estatales y docentes, hoy está dividida en dos centrales. Quiénes son y qué números hay detrás de las cúpulas sindicales.
Jueves 21 de abril de 2016 13:30
HOY EN nuestro país el movimiento obrero está dividido en tres CGT y dos CTA. Se han dividido por su apoyo a distintos proyectos políticos, ajenos a los trabajadores. Hay millones de trabajadores afiliados, pero otros millones están por fuera de los sindicatos, precarizados, sin derechos laborales ni sindicales. Este mapa habla de la dispersión de fuerzas del movimiento obrero, pero también del peso social y político que siguen teniendo los sindicatos. Por eso la pelea para recuperar nuestras organizaciones es fundamental para la izquierda y el sindicalismo combativo. Al servicio del capital La mayoría de las noticias que nos dan diariamente las cúpulas sindicales dan bronca. Este año saltó a la vista que muchos de ellos cobran hasta 200 mil pesos por mes, lo que gana un trabajador en 2 años. Algunos están investigados por lavado de dinero (Caló- UOM) y otros tienen empresas en los paraísos fiscales (Pereyra, Maturano, Venegas).
Hace meses que cerraron un pacto de colaboración con Macri, después de apoyar a Scioli. Como si fueran funcionarios anuncian tarifazos (Fernández-UTA), como diputados votan a favor de los fondos buitres (Romero-Smata), hacen de fuerza de choque contra trabajadores en huelga (Camioneros de Tierra del Fuego). Las CGTs no han movido un dedo por los 120 mil despidos, ni por el brutal ajuste que sufre el pueblo trabajador. Pero ya nadie se sorprende. Los empresarios y el Estado capitalista invierten una parte de nuestra explotación en sostener esa casta de burócratas privilegiados, que a cambio de prebendas se encarga de garantizarles el orden en los lugares de trabajo y en las calles.
La burocracia sindical, dominada por el peronismo, es el principal freno para que la clase obrera pueda liberar todas sus fuerzas y así pelear por sus propios intereses. Por eso todos los gobiernos los sostienen, ayer y hoy. Dejándole el manejo de los fondos sindicales y obras sociales, el cobro compulsivo de las cuotas a sus afiliados (y no afiliados), la reelección indefinida en sus cargos, la impunidad de sus negociados. Moldes para fabricar burócratas Para nuestra lucha, la recuperación del Sindicato Ceramista fue fundamental. Y cuando comenzamos nuestra pelea contra la burocracia, nos planteamos que para cambiar algo, había que cambiarlo todo. No podíamos solo “recuperar” un sindicato, administrarlo “mejor”, luchar “un poco más” y que luego vuelva a ser lo que fue. Queríamos revolucionarlo, para que sea una herramienta de lucha. Si el Estado intenta todo el tiempo reglamentar nuestras organizaciones y las cúpulas aplastan todo tipo de democracia obrera, nosotros denunciamos “ese molde para fabricar burócratas”, como dice mi compañero Raul Godoy.
Entonces planteamos la reforma del estatuto del SOECN. ¿Qué hicimos? Pusimos como criterio principal el mandato de asamblea, que los dirigentes roten en sus cargos y vuelvan a trabajar, acortando el tiempo de mandato, que no se puedan reelegir y surjan nuevos compañeras y compañeros dirigentes. Además, contra el verticalismo del modelo peronista, destacamos la representación de las minorías, que fortalece la libertad de pensamiento y de distintas alternativas que defiendan los intereses obreros. En nuestro gremio, cualquier dirigente puede ser removido de su cargo con una asamblea del sindicato sin que se necesiten los pasos burocráticos que imponía el estatuto anterior.
Además, quienes ocupan la comisión directiva ganan lo mismo que los compañeros que trabajan en las líneas de producción. No nos quedamos en nuestros problemas “corporativos”, sino que luchamos junto a los desocupados, los docentes, los mapuches y todos los que se pusieran de pie. No nos quedamos en el “sindicalismo” ni el “apoliticismo”, sino que fuimos parte de las experiencias políticas de la izquierda y el clasismo en los últimos años. No nos quedamos en la fábrica, sino que peleamos para que los sindicatos se transformen en sindicatos militantes, activos. Para mantener en alto estas banderas que nos dieron origen, fundamos la Agrupación Bordó Marrón ceramista, Reivindicamos nuestra tradición de luchar junto a la izquierda clasista y ser parte de una alternativa obrera y socialista, lo que nos permitió conquistar una banca en la legislatura y luego volver a la fábrica como hizo Raúl Godoy.
Ahora volvió a asumir la banca. Por qué luchamos El PTS-Frente de Izquierda viene dando peleas contra la burocracia sindical. Impulsando listas clasistas en las elecciones de varios gremios e interviniendo en los conflictos que empiezan a darse contra el ajuste. Pero somos conscientes de que lo que podemos conquistar hoy en cada pelea sectorial, el día de mañana nos lo pueden arrancar. Y que la burocracia y las distintas variantes del Frente para la Victoria quieren capitalizar toda la bronca obrera y popular para sus proyectos políticos. Por eso, mientras luchamos codo a codo con todos esos compañeros, queremos aprovechar estas peleas para construir agrupaciones clasistas, referenciadas en el Frente de Izquierda. Porque sin poner en pie una organización militante, no vamos a poder enfrentar seriamente ni el ajuste, ni a las cupulas sindicales ni a los políticos millonarios.
Para terminar, quiero rescatar un punto que incorporamos al estatuto ceramista. Es el que propone “impulsar el apoyo mutuo internacional de la lucha de los trabajadores, pueblos y naciones contra la opresión y explotación capitalista”. Porque el internacionalismo es otra de las tradiciones más importantes de la clase trabajadora, que la burocracia sindical ha intentado borrar de nuestra cabeza. Por eso este 1º de Mayo, mientras le seguimos exigiendo a las cinco centrales que convoquen un paro general contra el ataque que sufrimos, marcharemos con las mismas banderas que levantaron aquellos mártires de nuestra clase.