Una Noche llena de nostalgia, magia y reencuentro. El pasado sábado 25 el artista presentó su nuevo disco en el Teatro Coliseo en CABA.
Lunes 27 de septiembre de 2021 10:02
Fotografía: descalzaporloscaminos.ph
Comenzaba a llenarse el teatro con su público. Hacía rato que lo extrañábamos en los escenarios.
Volvió el Raly, éste sábado por la noche tocó en Buenos Aires, la cita fue en el Teatro Coliseo, tras haber comenzado la gira el pasado viernes 24 en Rosario, presentando su nuevo disco: “1972”.
Un escenario despojado, íntimo. Cuelgan sobre el telón las fotografías de su infancia, que conforman el arte del disco; una muy especial, con el recuerdo de la pianista Elvira Ceballos, que falleció lamentablemente antes de escuchar el disco terminado. Elvira fue fundamental en la realización de “1972” y de “Radio AM”, como lo ha contado el mismo Raly en distintas ocasiones.
En el centro está la fotografía de sus padres, con su hermano pequeño y Raly en la panza de su mamá. Una foto coloreada, como eran antes. Hemos visto tantas fotografías coloreadas, en distintos álbumes, en viejas cajitas con objetos de nuestros padres, de nuestros abuelos quizás. Ver ahí en el escenario una de esas, resulta familiar, parece estar contando nuestra propia historia. La de una fotografía cortada y vuelta a pegar, según cuenta él, “con cinta scotch”. Como volver a pegar el alma, rearmándonos cada vez para volver a empezar.
Lo esperábamos tanto, y él abrió su corazón en esta presentación, las puertas de su casa donde habitan los sonidos de la infancia, las canciones que escuchaba cantar a su papá. Se creó un clima muy íntimo, entonces nos contó como en una reunión de amigos, cómo cantaba canzonetas italianas para su maestra de cuarto de grado, imitando la voz del niño Raly, o sobre el vals con el que se forjó la historia entre sus papás.
“Hoy tuve ganas de regresar a casa pero la casa ha quedado vacía entonces comprendo que esa casa va conmigo. Y van también ustedes como gotas salobres, en esas fotos cicatrizadas a fuerza de cinta scotch… La música nos abrazó… Y hoy puedo verlos sobre la piel de estas canciones…y entonces viajo hacia 1972 a darles el abrazo que no pude darles y hoy les canto” Fueron palabras narradas por Raly al respecto de este trabajo amoroso que es “1972”
Esta vez lo hizo acompañado por Marina Ábalos Gordillo en el piano, Marina es hija nada menos que del pianista y compositor de folclore Adolfo Ábalos, creador y director del conjunto de Los hermanos Ábalos. En el bombo, hizo su parte su hermano Dani Barrionuevo y en la guitarra, Carlos García y Luis Chazarreta, destacado músico riojano, que entre otros grandes con los que ha tocado podemos mencionar a Alfredo Zitarrosa, a Alfredo Abalos y Ramón Navarro, quien también, éste último, forma parte de la realización de “1972”.
Desfilaron zambas, valsecitos, cuecas, el gato y la chacarera. Casi todas las canciones, presentadas con una cálida introducción por parte de Raly, contando por qué forman parte del disco, su historia. Pasaron “Amémonos” “Zamba de la añoranza” compuesta por Adolfo Ábalos, “A unos ojos”, “Si yo fuera río”, entre otras. Hemos coreado “Calle angosta” “Gato en mis pagos” “Febrero en San Luis”, “Achalay mi mama”.
Ha sido una noche para meterse para adentro y recordar, amigos que están lejos, las manos de mi mamá en el delantal, los patios de la infancia, el orégano secándose al sol, mi abuela clavando un hacha en la tierra para cortar las tormentas.
Con los ojos llenos de lágrimas, en la penumbra de la sala, comencé a ver cómo se movían las parejas de baile al son de la chacarera, los pasillos del teatro parecían serpentinas, los pañuelos al viento, la sonrisa en los ojos y en la boca debajo de los barbijos. Toda la sala se llenó de sol, de Algarroba y Mistol. La magia del folclore estaba haciendo lo suyo.
No faltaron los temas clásicos de su repertorio como “Ey Paisano”, “Zamba y Acuarela” “Zamba de usted”, “Seremos agua”, entre otras, para terminar, al mejor estilo de las peñas, con unas chacareras que todo el mundo bailó.
Lo necesitábamos, queríamos más de Raly, después de la pandemia, de haber perdido tanto, de acumular tristezas. Entonces sobre el final llegaron “Chacarera del exilio” “Somos nosotros” y “Alma de Rezabaile”. Ahí andaban los musiqueros, los alquimistas de la gran revolución.
El bombo legüero volvió a repicar, La Telesita danzó esta noche en cada mujer que revoleó su pollera al son de la chacarera en el Coliseo.
Volvió otra vez el Coyuyo a regalarnos su magia. ¡Gracias Raly!