Después de semanas sin realizar grandes discursos ni dar esas entrevistas que tanto acostumbra a dar con periodistas afines, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal reapareció en los estudios de Radio Mitre (Grupo Clarín). Fue en la tarde del lunes con el periodista Alfredo Leuco en el programa “Le doy mi palabra”. En los últimos días el periodista fue, dentro del espectro macrista, de los más críticos respecto a la política económica de Cambiemos y cuestionó con dureza la vuelta a los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La reaparición de Vidal se dio en las horas previas al martes, considerado el “día D” por el vencimiento de Lebacs y la incertidumbre sobre la posibilidad de que parte de los fondos desembolsados por el Estado migren hacia el dólar, no es casualidad. Como lo vienen haciendo diversos funcionarios de Cambiemos, le tocó a ella salir a afrontar la más que difícil tarea de transmitir “tranquilidad” y “confianza”.
Obviamente en esta ocasión contó con la colaboración de Alfredo Leuco, quien previsiblemente se abstuvo de realizar cualquier tipo de pregunta que pudiera incomodar a su amiga Mariú (como las razones del descenso de su imagen y popularidad o qué hará con la la paritaria docente el marco de una inflación que ya se sabe que será muy superior a lo estipulado por el oficialismo).
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Aquí algunas de las “contundentes” y “tranquilizadoras” definiciones de Vidal, con una fuerte impronta zen y hasta con pasajes propios de un best seller de autoayuda.
“Estamos atravesando un momento de dificultad en un camino que sigue siendo el mejor camino posible”. “El gradualismo no es ni más ni menos que tratar de poner las cuentas del país en orden lo más lento que el crédito nos permita para que la gente no tenga que sufrir tanto. Parece simple pero es bien complejo, porque eso requiere que el mundo crea en nosotros, que los bancos crean en nosotros y que nos presten el dinero necesario para hacerlo de a poco”. Y que los ciudadanos crean, que son los que votaron- la avivó Leuco “Por supuesto, los ciudadanos. Porque más allá de los bancos y de quién nos preste el dinero, lo que pasó estos dos años en Argentina y lo que vaya a pasar en el futuro no depende solo de un gobierno sino de todo lo que cada uno de nosotros, desde el lugar que ocupamos, sea capaz de hacer. No estamos condenados al fracaso ni al éxito, sí estamos condenados a nosotros mismos y lo que estemos dispuestos a hacer”. “Somos capaces de superar este momento de dificultad. Sí es un momento de dificultad y hay que reconocerlo, no hay que negarlo. Hay que hacer la autocrítica que haya que hacer para mejorar y corregir. Pero quiero transmitir tranquilidad. Es un momento de dificultad, que siempre supimos que podía suceder porque era la debilidad o la fragilidad de este camino que elegimos que es el crédito externo, pero que definitivamente se puede superar si seguimos cada uno aportando lo mejor que puede dar desde el lugar que le toca y si entendemos que es un camino largo y difícil. Pero si hubiéramos elegido un ajuste brutal hubiera sido peor para el país y para su futuro”. “Como grupo humano que somos (el Gobierno) somos imperfectos. Y es imposible pensar un cambio de la profundidad del que encaramos en la Argentina en el 2015 e imaginar que no íbamos a cometer ningún error”. “No quiero que el árbol nos tape el bosque. Una cosa es reconocer una dificultad y ver que hay que hacer correcciones” y otra cosa es no ver que este “camino siga siendo el menos difícil para la gente y el posible para poder salir adelante”. “Era difícil y sigue siendo difícil transmitir la profundidad de la dificultad que encontramos. A veces es difícil para el ciudadano común imaginarse cuán cerca estuvimos en 2015 de una situación muy grave” ¿Y eso por qué no lo explicaron en su momento?- retrucó Leuco “Es que este era un país que estaba fundido y que tenía que pedirle fondos al mundo. Y es difícil ir a pedirle a alguien diciendo que uno está fundido. Yo pude decir que encontré una provincia quebrada, pero yo no era el Presidente”. “Yo quiero llevar la tranquilidad de que hoy tenemos un crédito en el mundo, que no estamos solos. Los que emprendimos y definimos ese camino lo hicimos para cuidar a la gente aún sabiendo que les íbamos a tener que pedir mucho y que le vamos a tener que seguir pidiendo mucho. Pero es el camino sin atajos que la Argentina necesita hace muchas décadas. Es el camino mejor posible”. “Entendemos el esfuerzo de la gente, pero les pedimos que no se angustien. Es un momento difícil, hay que reconocerlo. Pero tenemos todas las herramientas para salir, si no hacemos lo mismo que durante los últimos 40 años y si realmente creemos en nosotros mismos y estamos dispuestos a atravesar este camino” “Este es un esfuerzo de todos. Ahora también aquellos que son formadores de precios tienen la responsabilidad de no trasladar el valor de la moneda a los precios que no necesitan traslados, como ha sucedido otras veces en la Argentina. De esto no salimos solos, salimos juntos”.