El 22 de abril del 2020, familiares e internos del dormitorio 8 del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, denunciaron un presunto brote de COVID-19. Ahora, familiares e internos denuncian un traspaso de alrededor de 125 internos positivos en corona virus hacia el dormitorio 1.

La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Viernes 24 de abril de 2020
Según el testimonio de muchos internos, fue en la noche del día 22 que fueron trasladados unas 125 personas, cuya procedencia desconocen, y que por propias palabras de los custodios y las terapeutas, eran presos con coronavirus.
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Ante esta evidente situación de peligro de contagio, donde sanos y enfermos conviven en un mismo espacio, separados solo por una pared; las medidas de seguridad que les instruyeron a los internos fue “mantener la sana distancia y no acercarse al espacio de los contagiados”.
Resulta risible que en un lugar de confinamiento como lo es un reclusorio, que tiene más del 30% de sobrepoblación, se pueda mantener una sana distancia; máxime, cuando la transferencia de persona a persona es por estornudos y tosidos, como si una pared pudiera reducir el riesgo de contagio. Habría que añadir, que los internos refieren no contar con equipo de protección básico, como los son cubrebocas y gel antibacterial.
Asimismo, por voz de los custodios se han enterado que piensan trasladar a los reclusos originales del dormitorio 1 a población, cabe mencionar que el dormitorio 1 tiene la característica de ser donde se aplica el Programa de Intervención en Conducta adictiva, por lo que muchas personas que desean dejar el mundo de la adicción, ven con temor el estar en población, debido a que sería más sencillo recaer en drogas dado el mercado ilegal de venta de sustancias que impera en los centros de reclusión.
Sin embargo, el mayor peligro para todos es que la enfermedad se siga expandiendo al interior del Reclusorio, pues al cierre de esta nota, aún no han trasladado a los internos del dormitorio 1 a la zona de población, por lo que llevan 4 días hacinados con los contagiados, por lo que si en algún momento son trasladados, habrá posibilidad de expandir el contagio a otras personas.
Tanto familiares como internos hacen responsables de cualquier peligro contra la integridad y vida de los internos a José Alejandro Solórzano Barragán, Director General del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, pues como lo marca el artículo 163 del Reglamento de los Centros de Reclusorios del Distrito Federal, normatividad vigente y aplicable, expresamente se menciona que “El Director General está facultado para ordenar, por razones de seguridad de las personas o de las Instituciones el traslado de internos a otros Centros de Reclusión.”
Pues tanto la decisión de ingresar a los internos, así como el tiempo que ha demorado en evitar el contagio, son su responsabilidad; un mejor camino habría sido la reubicación de la torre uno de Tepepan, misma que el 19 de febrero de 212 fue remodelado para cubrir una mayor capacidad de pacientes, comentan los familiares.
La realidad del Reclusorio Oriente, solo demuestra la cara más cruel e inhumana del sistema, pues recordando al gran novelista ruso, Freidor Dostoievski; el grado de civilización de una sociedad se mide por el trato a sus presos, está claro que en la ciudad de México, una vez más son los pobres y desfavorecidos los primeros en ser sacrificados en las crisis.