Son las 19 horas. Todes hacen malabares para llegar hasta el barrio de Almagro. Una invitación que circuló con el impulso de algunas mujeres y disidencias, que propusieron un Conversatorio con Myriam Bregman, es motivo del encuentro.
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Sol Bajar @Sol_Bajar
Miércoles 7 de agosto de 2019 06:11
"Queremos hablar de la agenda feminista en tiempos de elecciones y en momentos donde piden que esperemos por nuestros derechos", decía el texto que difundieron, de teléfono en teléfono, entre allegadas y activistas del movimiento feminista.
"Muchas nos encontramos en estos años, en diferentes espacios pero con la misma lucha. Siempre nos preguntamos: ¿Cómo hacer para que nuestras demandas no terminen siendo un eslogan de campaña? ¿Cómo conquistar los derechos que nos niegan? ¿Cómo fortalecer nuestra organización, la de las mujeres, travestis, trans, lesbianas, bisexuales y personas no binarias?", decían, y destacaban que "queremos charlar de estas cosas con Myriam, que es una de las nuestras, para fortalecer esa perspectiva".
A la cita acudieron, entre otras, la filósofa Diana Maffia; la educadora Celeste Mac Dougall, de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, seguro y gratuito; las periodistas feministas Paula Giménez (Filonews), Candelaria Botto (Economía Feminista), Gustavo Pecoraro (El Vahído), Celeste Murillo (El Círculo Rojo), las comunicadoras Tamara Deisel y Flor Bueno, de Paren el mundo; quien escribe, Sol Bajar, editora de la sección de Géneros y Sexualidades de La Izquierda Diario, y Tomás Mascolo, con quien compartimos este oficio, en este medio, y es el primer varón trans que se candidatea en la historia argentina, justamente en las listas del Frente de Izquierda-Unidad.
Docentes e investigadores como el filósofo Blas Radi, la ensayista queer Mabel Bellucci, activistas del movimiento LGTB como Pablo Martinez Sobrino, Diego Vauxhall, Urko García y del movimiento de mujeres, como Martina Ferrento y otras integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, también fueron al encuentro. La diputada Nathalia González Seligra (MC); la directora de la Comisión de violencia institucional de la legislatura porteña, Alejandrina Barry; la referente obrera Catalina Balaguer, despedida de PepsiCo; la delegada del Indec Lía Pesaressi; el docente Santiago D’Ambrosio y jóvenes del PTS que también integran las listas del FIT-Unidad, como Guadalupe Oliverio, presidenta del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de la UBA, también participaron.
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Otras, que no llegaban a la cita, enviaron sus saludos y se encargaron de manifestar que ya quieren un segundo encuentro para seguir tejiendo estrategias y fortalecer la voz de la izquierda en estas elecciones.
Te esperamos la próxima!!! 💚 https://t.co/McdTpHlw0N
— Myriam Bregman (@myriambregman) August 6, 2019
Celeste MacDougall, docente y referente de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, fue la primera en hablar. Lourdes Oliverio y Magalí Peralta, la escuchan con atención. "Es una grosa", dice Magalí (18), la candidata más joven de estas elecciones. "Celeste estuvo en las charlas que hicimos en los colegios por la legalización del aborto, por la educación sexual integral, por la separación de las Iglesias del Estado. Es muy piola verla acá, bancando la lista de Nico del Caño y Myriam Bregman", dice.
"En un contexto tan complejo, donde se presentan cómo si fueran únicas sólo dos opciones, y donde si querés votar feministas hay sólo dos o tres nombres, nos parecía importante intercambiar con Myriam porque queremos que haya diputados y diputadas de izquierda, anticapitalistas, feministas y que no acepten presiones por estar en el Congreso", dice Celeste, y destaca que a eso se debe su apoyo al Frente de Izquierda-Unidad. "El ajuste va a venir, ya sea con Cambiemos o con el Frente de Todos, y cuando venga, ahí si va a haber dos opciones: estar a favor de los planes del FMI, o estar en contra. Por eso para mi es un orgullo estar acá", afirma.
Candelaria Botto, integrante de Economía Feminista, agrega otra reflexión: "nos quieren hacer creer que la marea verde ya pasó, pero nuestros derechos tienen una centralidad enorme". "Necesitamos bancas que defiendan esos reclamos, en el sentido de una agenda feminista y también de las y los trabajadores, porque sabemos que se vienen tiempos difíciles", sostiene. "Estamos a pocos días de las PASO y es clave que Myriam y muchas otras compañeras que representan esas luchas puedan estar". A su lado, asiente Martina Ferrento, de la Campaña Nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, y la periodista Paula Giménez.
Soy fan de @myriambregman, la sigo desde los juicios a genocidas. La admiro por su lucha consecuente y quiero, con todas mis ganas, que entre a ese Congreso lleno de dinosaurios a luchar por nuestros derechos 💚✊
Acá la evidencia de mi fanatismo: pic.twitter.com/LvOEAH1u1e
— La Candelaria 💚🔶 (@CandelariaBotto) August 6, 2019
Diana Maffía también fue a llevar su apoyo. La filósofa y feminista destacó que "hay muchas cuestiones que incorporar a la agenda desde una perspectiva feminista y socialista" y aportó un punto clave: "parece que es necesaria una fundamentación ética de la política, que tiene que ver con quiénes definen las normas, quiénes van a ser afectados por ellas y de qué manera se negocian o se privilegian esas normas en los Congresos y las legislaturas".
"Si nos atenemos a quiénes están hoy ocupando las bancas, esta ética es imposible de pensar", dice, y subraya que hay que romper con "un falso sentido común". "Que la voz de la izquierda esté en estas elecciones y llegue al Congreso y a las legislaturas, es romper con un pacto político perverso. Aún cuando sea una voz testimonial, es romper un pacto implícito que sostiene que ’así se hace política’. Una voz, que rompe con ese pacto, vale muchísimo", afirma, y señala que por eso está presente en la reunión, para sumar su apoyo al Frente de Izquierda-Unidad.
Con @myriambregman discutiendo una agenda política feminista pic.twitter.com/YvwtkTuogQ
— Diana Maffía (@dianamaffia) August 5, 2019
Mabel Belucci, autora entre otras de Historia de una desobediencia: aborto y feminismo, dice a su turno que le parece "importantísimo que la izquierda esté en el Congreso, en ese lugar donde parece que no hubiera resistencias". "Estoy acá para colaborar con el FIT-Unidad", afirma, y destaca que son muchos los temas en los que le gustaría aportar.
Gustavo Peccoraro plantea que "hay que ir por la reforma de la ley antidiscriminatoria, de la ley de SIDA, del cupo laboral trans". "La transversalidad del FIT-Unidad me da confianza para pelear por eso", sostiene. Urko, activista LGTB del Estado Español, suma su experiencia sobre en redacción de la ley de cupo laboral en esas tierras, donde padres y madres de niñes trans jugaron un rol clave.
Myriam escucha atenta. Toma nota. Hace algunos comentarios en voz baja y dibuja a veces garabatos en la hoja. "Los candidatos hablan como si supieran todo. Dicen palabras vacías. Nosotros con Nico (del Caño) queremos hacer otra cosa: aprender, escuchar y sumar a quienes quieran organizarse ante las miserias que prepara el FMI, gobierne quien gobierne".
"A un año del rechazo del Senado a la ley de aborto, queda claro que quieren un Congreso cada vez más clerical y celeteste. Pero eso no sólo habla del aborto clandestino y de la injerencia religiosa en la educación y en el Estado. También habla de otros ataques que se preparan, como la reforma laboral, la reforma previsional, los recortes presupuestarios que votan año a año los diputados y senadores oficialistas y opositores, de todos los partidos mayoritarios; los despidos, las suspensiones, la precarización laboral -advierte- y remarca que "vamos hacia un escenario difícil, y si ellos se preparan, nosotras, nosotros, nosotres, también tenemos que hacerlo".
Ningún celeste al Congreso
El Frente de Izquierda-Unidad, que viene de ampliarse con la incorporación de nuevas fuerzas, es la única alianza totalmente verde en estas elecciones. "Y no sólo es un orgullo. Es parte de nuestro programa", advierte Myriam, y destaca que "algo trágico sería que se utilice a las figuras del feminismo, que verdaderamente pelean por el derecho al aborto, para que atrás se metan los antiderechos de siempre".
Es lo que vemos, de hecho, no sólo en las listas de Cambiemos, sino también en las del Frente de Todos, que -entre otres- tiene como candidates a la ex gobernadora Bertone, que hoy aspira a llegar al Congreso Nacional de la mano de esta fuerza; a los candidatos tucumanos, elegidos por el propio Juan Manzur, el gobernador que encubre el trabajo infantil y que obligó a una nena de once años a parir, en febrero pasado; o a la senadora García Larraburu (FPV), que en 2018 votó en contra del aborto legal, "por creencias religiosas", y ahora integra como "premio" este mismo Frente de Todos, que lidera Alberto Fernández, para quien el aborto es un tema que "tiene que esperar".
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Siempre del mismo lado
Blas Radi, profesor de filosofía (UBA) y coordinador de la Cátedra Libre de Estudios Trans, toma la palabra. En su intervención, destaca que "en todos estos años el Frente de Izquierda mantuvo la coherencia política. Propusieron igualar lo que reciben como diputados con el salario docente, ellos lo hacen y donan el resto a las luchas, y fueron los únicos que se declararon abiertamente en favor de la legalización del aborto".
Catalina Balaguer, recordó el rol del movimiento de mujeres en la lucha contra los despidos de la multinacional PepsiCo, en 2017. "En la carpa que armamos hicimos una Asamblea enorme, convocada el Ni Una Menos. Fueron cientos de mujeres. Myriam estaba en primera fila, como cuando nos reprimió el gobierno de Vidal", recuerda. Las "leonas" de PepsiCo, como se las conoció entonces, son parte de ese enorme sector de mujeres que nació a la lucha contra los planes de ajuste, los despidos y tarifazos del gobierno de Cambiemos y los gobiernos provinciales.
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Mujeres que siguieron juntando motivos para rebelarse contra las injusticias que depara este sistema, que se pusieron de pie, se organizaron y pelearon por sus derechos, como en Siam, Madygraf (la ex Donelley), Coca Cola, el Hospital Posadas, la docencia o en el Nordelta, donde valientes trabajadoras domésticas se pusieron de pie ante el maltrato y la discriminación de los patrones del complejo. Muchas de esas aguerridas mujeres, también son parte de la lista que lleva a Nicolás del Caño como candidato presidencial.
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"Nos dicen que hay que elegir por un supuesto ’mal menor’, y nos dicen que esperemos, pero para ellos nuestra hora no llega nunca. Tenemos que tomar la política en nuestras manos y ponerla al servicio de que cada vez más mujeres, jóvenes y trabajadoras vean la necesidad de dar vuelta todo, de invertir las prioridades", dice, y a su lado sonríe la diputada Nathalia González Seligra, activa impulsora del proyecto que hace un año se debatió en el Congreso, y volvió a presentarse recientemente, por octava vez consecutiva. Una vez que terminó su mandato y rotó en su banca, Nathalia volvió la escuela.
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La alianza de la que habla Caty Balaguer tiene un objetivo profundo, estratégico, y hace a la perspectiva del feminismo socialista que mencionaba Myriam, anoto con una flecha en mi cuaderno, mientras charlamos entre mates, pochoclos y sonrisas.
Un feminismo de la clase trabajadora, que quiere unir a las obreras, a las estudiantes, a las amas de casa, a las inmigrantes; que tiene la ambición de liberar a toda la humanidad de la explotación capitalista y de la opresión patriarcal. Un feminismo que se proponga aportar al desarrollo de esas mujeres que todos los días se hartan y se rebelan ante las cadenas que impone este régimen social; para barrer a los sindicalistas que ganan como empresarios y están atornillados en los sillones; para poner esas instituciones al servicio de resistir los ataques del FMI y la carestía de la vida; para paralizar todo hasta arrancar el derecho al aborto y que no mueran más jóvenes y pobres por prácticas mal hechas; por el cupo trans, la equiparación salarial y todos los derechos que nos niegan, como plantea la declaración de candidatas y referentes del FIT-Unidad, publicada recientemente.
Pero también para ir por más, por mucho más: por la socialización del trabajo doméstico, con lavaderías, jardines infantiles, comedores públicos como los que se conquistaron en los primeros años de la revolución rusa; por la separación de las Iglesias del Estado; y por todos los derechos y libertades que nos corresponden.
La reunión termina, pero está claro que la juntada tendrá continuidad(es). El desafío del 11 de agosto está cerca y Myriam invita a todes a participar del acto de cierre previo a los comicios, hoy miércoles: "¡Vengan! ¡No saben la sorpresa que las espera en el Congreso!", cuenta, y sonríe de nuevo. Muchas suman sus comentarios de apoyo, se organizan, comparten materiales y comienzan a tejer la idea de un segundo encuentro.