La Unión Portuaria llamó a la paralización nacional de los puertos, el pasado martes 17 de marzo, en rechazo a la votación por la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, sobre la idea de legislar en torno a la reforma laboral impulsada por Bachelet.

William Muñoz Trabajador Industrial
Jueves 19 de marzo de 2015
Tan sólo con un día de anticipación, la Unión Portuaria anunció el paro nacional, por lo que la mayoría de los puertos de Chile paralizaron durante al menos tres horas, salvo los portuarios de Arica, Mejillones, Coquimbo y Valparaíso. La movilización se llevó adelante desde la base de los sindicatos de la Unión Portuaria.
¿Por qué hablamos de Reforma?
Esta Reforma Laboral surge como un intento por adelantarse a los procesos de lucha y organización que vienen dando los trabajadores. Adelantarse para contener y evitar que sigan aumentando las huelgas, paros y movilizaciones que se salen de los marcos legales establecidos. Es por esto que la reforma busca liquidar la combatividad de las luchas obreras, imponiendo el diálogo social entre sindicatos y empleadores.
Un ejemplo claro es el paro nacional portuario de fines del 2013 y principios de 2014, una movilización que se hizo “de hecho” y no “por derecho”, lo que derivó en una negociación colectiva por rama, que comenzó planteando la lucha por la media hora de colación. Es por esto y por las decenas de luchas obreras que hoy se habla de reforma laboral, ya que fueron los trabajadores movilizados quienes pusieron la discusión sobre el tapete.
¿Qué pasa con los Portuarios de Valparaíso?
Justo cuando puertos adheridos a la Unión Portuaria iniciaron un paro nacional contra la reforma laboral de Bachelet, finalizó el paro que estaba llevando adelante los portuarios de Valparaíso, tras la lucha por el traslado de las llamadas “cargas limpias” a recintos extraportuarios. Los trabajadores se movilizaron al interior de la empresa Ultrapor, y este martes 16 de marzo finalizó el conflicto, ya que se establecerá una mesa de diálogo tripartita para solucionar la problemática.
¿Hacia dónde vamos?
Ante el paro portuario podemos sacar varias conclusiones entorno a qué perspectivas tienen que tomar los trabajadores. La movilización que demostraron los portuarios sin duda es un hecho que sirve como una faro para los trabajadores de las distintas ramas productivas, marca el camino, ya que son las bases quienes llevan tras de sí la movilización. Por otro lado, la dirigencia se plantea que está en contra de esta reforma, apuntando su crítica por no ser parte de las organizaciones sindicales invitadas a conversar con los Parlamentarios, criticando de manera dura a la Central Unitaria de Trabajadores. Por otra parte, los dirigentes portuarios de Valparaíso dividen y no se pliegan al paro.
Es justamente en este escenario cuando los dirigentes sindicales juegan un rol clave en la orientación de la lucha. No basta quedarse con la crítica, ni apostar a ser un actor en el Parlamento, porque los cambios que los trabajadores necesitan no se decidirán con lobby en las alturas, menos llamando a confiar en las instituciones del Gobierno, sino que se conquistarán con movilización y organización de los distintos sectores obreros, planteando la necesidad de un Nuevo Código del Trabajo.
La “letra chica” de la reforma del Gobierno es grave, es contra los trabajadores, como la criminalización de los dirigentes, ausencias como la de la negociación por rama y otras. Así, lo que dan con la mano izquierda (como la titularidad sindical o el fin de los reemplazos), lo quitan con la mano derecha. Pero, hay una mano izquierda y una mano derecha barajando este naipe. Rechazarlo en seco, dejaría las cosas tal como están. Decir a secas que es “neoliberal” no da cuenta que, por la lucha sindical de los últimos años, están obligados a tener que ceder algunas exigencias del movimiento de los trabajadores. Aceptarlo sin más, es dejar que pasen la letra chica. Presentar una propuesta con indicaciones alternativas al proyecto, es dejar las cosas en manos de la cocina del Senado. Los trabajadores necesitamos una salida de fondo. Luchar por un Nuevo Código del Trabajo.
Movilicémonos por un Nuevo Código del Trabajo
Es por esto que toma vitalidad la lucha por un Nuevo Código del Trabajo, que liquide la herencia pinochetista, que termine con toda la precariedad y la subcontratación, que sea impuesto por la movilización de los trabajadores. Que levante la negociación colectiva por rama, el Tarifado Nacional por Oficio, que luche por un salario mínimo igual a la canasta básica familiar, que ponga fin al artículo 161 que permite los despidos “por necesidades de la empresa”. Estas son algunas de las peleas que tenemos como trabajadores, aún tenemos planteadas muchas más, sin confianzas en el gobierno de Bachelet, los empresarios o sus representantes.
Hoy más que nunca los trabajadores debemos hacernos parte activa de ese debate, y lejos de negarse de plano a un cambio en las relaciones laborales, debemos aprovechar este “ambiente de reformas” para utilizar toda nuestra fuerza e imponer nuestros términos, ya que lo que está en juego es qué tipo de sindicalismo y de movimiento obrero se forja.