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Red Internacional
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OPINIÓN. Reforma del secundario: los padres tenemos que apoyar a los chicos

Los CEOs del gobierno mandan, y la ministra de Educación Acuña planea ejecutar la reforma educativa "Secundaria del futuro". Los estudiantes están en contra y patean el tablero.

Miércoles 20 de septiembre de 2017

Mi hija va a un colegio técnico en el barrio de Flores, está en primer año. Su colegio está tomado, y el jueves pasado se quedó a dormir en la toma haciendo el aguante, estaba indignada y decía "Nos sacan 5° año". Era el día previo a la marcha en conmemoración de la Noche de los Lápices.

Producción video: Enfoque Rojo

¿Pero en qué consiste esa reforma? Entre otras cosas, el proyecto propone “nuevos desafíos” para la educación en base a datos porcentuales relativos a puestos de trabajos que aún no fueron creados y otros que desaparecerán. Esos datos tienen como fuente a una consultora especializada en mercado laboral llamada Snoop Consulting, cuyo presidente Gustavo Guaragna no se especializa precisamente en educación. Es la única fuente que aparece en todo el documento.

En 5° año el horario de cursada se divide en dos: 50% aplicado en la formación en “emprendedurismo” (que fomenta que se metan las empresas en la educación pública) y el otro 50% en pasantías en empresas privadas o en el Estado… traducción: mano de obra gratis, ni siquiera barata. Pero esto no es algo nuevo; las pasantías en Provincia de Buenos Aires se aplican desde 2011 con un decreto del kirchnerismo.

Dicen que esta reforma va a ir acompañada de nuevas tecnologías y cualquier padre se pregunta: ¿con qué plata lo van a hacer? Si ni siquiera arreglan cosas muy básicas de la infraestructura de las escuelas, aduciendo falta de plata. En el 2016 el macrismo votó el presupuesto más bajo de la historia para la educación y lo hizo con la ayuda de legisladores kirchneristas, que en algunos casos son hoy candidatos de Unidad Porteña, como María Rosa Muiño.

El viernes 15, después del trabajo, fui a la marcha por la Noche de los Lápices, invitado por mi hija. Los estudiantes se concentraban en el Palacio Pizzurno, pero como llegué más tarde me sumé en avenida Corrientes. Los turistas y transeúntes eventuales miraban entre sorprendidos y admirados a la nutrida columna de estudiantes secundarios movilizados preguntando y preguntándose: ¿dónde está Santiago Maldonado? Ese día se calcula que se movilizaron alrededor de 5.000 secundarios solo en la ciudad de Buenos Aires. ¡Y tienen toda la intención de seguir haciéndolo, aunque los ataquen desde muchos medios y los funcionarios!

En la movilización que hicieron unos días antes, junto a los estudiantes había una delegación de PepsiCo en lucha, las obreras y obreros que resisten en las calles el ajuste. Sentí orgullo de esa unión incipiente, de esa comunidad que amalgamada logra una fuerza insuperable. Ese es el camino para frenar esta reforma educativa, que es la antesala de la reforma laboral que quieren imponernos: tenemos que organizarnos juntos estudiantes, docentes, padres, toda la comunidad que sabe que se juega nuestro futuro.