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Red Internacional
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PLAN POSELECTORAL DE CAMBIEMOS. Reforma tributaria regresiva y ajuste presupuestario

Pablo Anino

Pablo Anino @PabloAnino

Jueves 6 de julio de 2017

La clase empresaria se queja permanentemente de una supuesta presión impositiva que hace que el “costo argentino” sea elevado. Encubren así el atraso de productividad por la baja inversión, la fuga de ganancias y la dependencia de las potencias imperialistas.

Beneficios al gran capital

Cambiemos les da la razón. La gestión de los CEO se inició sacando las retenciones (o bajando en el caso de la soja) a los agronegocios. También redujo o eliminó derechos de importación facilitando el ingreso de productos extranjeros.

En 2016, la recaudación por retenciones a las exportaciones se redujo 5,8 %. Entre enero y junio de este año volvió a caer 14,7 % en relación al mismo período del año pasado.

Además, la ley de la falsa reparación histórica a los jubilados traficó una disminución progresiva del impuesto a los bienes personales que grava mínimamente las propiedades, automóviles y en general la riqueza.

En los primeros seis meses de 2016, los ingresos tributarios por bienes personales se redujeron 28,7 %, lo cual implicó una pérdida de recaudación por $ 2.495 millones.

Argentina, según el propio ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en 2016 eliminó impuestos por el equivalente 1,7 % del Producto Interno Bruto (PIB): unos $ 137 mil millones que fueron mayormente a los bolsillos de los empresarios. Es decir que, en los hechos, Cambiemos fue practicando una reforma regresiva del sistema tributario.

El sistema tributario actual es sumamente regresivo debido a que se recuesta principalmente sobre el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que grava mayormente a los consumos populares: pagan proporcionalmente más quienes menos tienen y que destinan una parte mayor de su ingreso al consumo.

En lo que va del año el IVA aportó el 28 % de la recaudación total. Luego le sigue ganancias (21 %), que está cada vez explicado por lo que pagan los trabajadores.

Se estima que 1,4 millones de trabajadores pagan ganancias luego de la reforma de fin del año pasado. Mientras la renta financiera, los jueces y los curas están exentos.

Según el Presupuesto 2017, los gastos tributarios, que es lo que el fisco deja de percibir por tratamiento impositivo especial, suma $ 315 mil millones.

Dentro de los gastos tributarios, por las exenciones del impuesto a las ganancias el Estado deja de recaudar este año casi $ 85 mil millones por intereses de activos financieros y asociaciones sin fines de lucro.

Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indicó que el Estado argentino deja de recaudar casi el 50 % de lo que estaría en condiciones de percibir por el impuesto a las ganancias. Pero que eso ocurre no sólo por la actividad en negro, sino también por la subdeclaración de corporaciones e individuos.

Según Chequeado, sólo una de cada cinco de las grandes compañías (sobre 112 relevadas por ese portal) del país pagó el impuesto a las ganancias en 2015.

Como se sabe, las grandes empresas y los dueños del país tienen un ejército de profesionales a su disposición para ejercer la "contabilidad creativa".

No sólo eso. Las empresas gozan de otras desgravaciones o regímenes especiales, como el de la electrónica de Tierra del Fuego, el que beneficia a la minería o a las Pymes, entre otros. Por estos conceptos, la pérdida de recaudación, según el Presupuesto 2017, alcanza a casi $ 84 mil millones.

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Hacia adelante, el Gobierno pretende realizar reformas para hacer más regresivo el sistema impositivo en favor de los intereses empresariales. Para ese fin, está en funcionamiento una comisión bicameral en el Congreso que realiza el seguimiento de la reforma tributaria, de la cual todavía hay pocos detalles.

Desde la asunción de Cambiemos, a pesar del ajuste llevado adelante y gracias a la recesión, el déficit fiscal sigue muy elevado: el Gobierno dice que alcanzará el 4,2 % del Producto Interno Bruto (PIB) este año, pero para muchos analistas económicos podría alcanzar el 7 %.

Por lo cual, avanzar en una reforma impositiva que reduzca los ingresos del Estado no es nada sencillo porque agrandaría el déficit, al menos que se compense con una reducción presupuestaria profunda, algo que tampoco se puede descartar del Gobierno de Cambiemos. En este contexto, el ministro Dujovne dice que la reforma impositiva será gradual.

Cambiemos apuntaría a la eliminación (total o progresiva) del impuesto al cheque, con lo cual, según las estimaciones de Izquierda Diario, podría implicar relegar ingresos por $ 157 mil millones anuales.

Además, estaría analizando modificaciones en el IVA. Los trascendidos van en sentidos opuestos. En algunos casos se menciona que bajaría la tasa mientras que en otros casos se dice que la subiría para compensar con la coparticipación de este impuesto a las provincias, a las que convocaría a eliminar el impuesto a los ingresos brutos.

Ajustar el "gasto" social

El Gobierno pretende seguir con los tarifazos para compensar la baja a los subsidios a las ganancias de las empresas de servicios públicos. Y continuar con la reducción del poder de compra del salario de docentes, trabajadores de la salud y estatales. El objetivo es reducir el "gasto" social.

Incluso, el Ministerio de Modernización estableció el congelamiento de las plantas de empleados de los organismos de la Administración Pública Nacional. Para después de las elecciones se habla de reestructuraciones ministeriales que podrían incrementar el número de despidos que ya hubo en el Estado.

Dujovne y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quieren acordar junto a los gobernadores una ley de responsabilidad fiscal que lleve la causa ajustadora a todas las provincias.

¿De dónde sacar recursos?

La restitución de los niveles impositivos existentes previo a la asunción de Cambiemos permitiría recaudar $ 137 mil millones. La eliminación de los denominados gastos tributarios, como las exenciones a ganancias y los regímenes promocionales (considerando casos especiales como podrían ser las cooperativas de trabajo) aportaría otros $ 315 mil millones.

Una de las partidas que más sube en el Presupuesto 2017 es la correspondiente a los pagos de intereses de la deuda pública. No pagar esa deuda que beneficia a fondos buitre, el Club de París y otros especuladores, ahorraría $ 248 mil millones.

Estas medidas liberarían un total de $ 700 mil millones que permitirían, para dar un ejemplo, casi cuadriplicar el presupuesto de educación y salud que suman $ 247 mil millones en la actualidad.

Muchos más recursos estarían disponibles para atender necesidades sociales aplicando impuestos progresivos a las grandes fortunas.

De esta forma, se podría eliminar el IVA a los consumos populares y que el salario deje de pagar el impuesto a las ganancias.


Pablo Anino

Nació en la provincia de Buenos Aires en 1974. Es Licenciado en Economía con Maestría en Historia Económica. Es docente en la UBA. Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Es columnista de economía en el programa de radio El Círculo Rojo y en La Izquierda Diario.

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