La titular del FMI pidió que los candidatos presidenciales no se aparten del programa de ajuste. Ni Lavagna, ni CFK ni Kicillof respondieron el apriete.
Viernes 12 de abril de 2019 20:25
Silencio. Eso fue lo que abundó entre la dirigencia peronista luego de que Christine Lagarde formulara un fenomenal apriete a todos los eventuales candidatos presidenciales.
“Sería una tontería darle la espalda al trabajo que se está haciendo", había dicho la titular del Fondo Monetario Internacional el jueves. La afirmación constituye una abierta injerencia imperialista en la política nacional.
Como no podía ser de otra manera, Marcos Peña salió a "agradecer" el mensaje de Lagarde. Se sabe que en la Casa Rosada consideran que “lo mejor que le pudo pasar” a la Argentina es haberse endeudado con el FMI.
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Las declaraciones de la funcionaria merecieron una dura respuesta del Frente de Izquierda. El diputado nacional Nicolás del Caño (PTS-FIT) tildó de “virreina” a Lagarde y denunció el chantaje que intenta imponer.
La Virreyna Lagarde chantajea para que los candidatos se comprometan a continuar con sus planes de hambre y entrega. Hay que expulsar al FMI y romper el pacto de coloniaje. Son ellos o nosotros. Que la crisis la paguen los especuladores. pic.twitter.com/QC13FJ7ety
— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) 12 de abril de 2019
Las declaraciones de la izquierda contrastaron abiertamente con la mudez que inundó las filas peronistas. Ni Cristina Kirchner, ni Roberto Lavagna ni Axel Kicillof dijeron algo sobre las declaraciones de Lagarde. Hubo sí, tibias declaraciones por parte de Sergio Massa y Agustín Rossi.
El ex jefe de Gabinete de CFK afirmó que “el FMI solo le prestó plata a la Argentina, no la compró". Las declaraciones de Massa tienen por función despegarse del lugar donde siempre estuvo: cercano a la Embajada norteamericana, es decir al capital imperialista.
Por su parte, Rossi dice lo que su jefa política no puede. "Lo tonto sería pretender gobernar de espaldas a la mayoría, como hasta ahora", escribió el diputado nacional citando las declaraciones de la titular del FMI.
Cristina Kirchner mantiene un mutismo casi imperturbable en relación a lo que ocurre en el país. Ese silencio se extiende al tutelaje que ejerce el FMI sobre la política del Estado nacional.
El silencio de Kicillof y Lavagna no debería sorprender. Ambos ex ministros de Economía ya celebraron reuniones con los enviados del Fondo Monetario Internacional. Allí ratificaron la subordinación de sus espacios políticos a los dictados del organismo financiero dirigido por Lagarde.
El silencio tampoco sorprende en el marco de la activa participación en el ajuste que llevan adelante los gobernadores peronistas. Los discursos de oposición que se escuchan solo buscan distraer la atención, mientras se recortan partidas presupuestarias y se ofrecen aumentos salariales miserables.
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La falta de respuestas a Lagarde anticipa lo que serán futuros gobiernos peronistas y/o kirchneristas. En las actuales condiciones nacionales e internacionales, el respeto a los mandatos del FMI solo puede traer un ajuste brutal sobre las mayorías populares.