Desde el 20 de agosto, los repartidores de prensa de Madrid están en conflicto, algo que ha afectado la venta de periódicos y prensa diaria. Protestan contra la precariedad del empleo y el cese de contratos.
Viernes 27 de julio de 2018
Foto: UATAE
La medida de lucha es una respuesta a un intento unilateral de la empresa distribuidora (Boyacá) para imponer nuevas condiciones laborales a la baja, aprovechando que el 30 de agosto caducan la mayoría de los contratos de los repartidores, que son falsos autónomos. Boyacá quiere imponer el cese de 130 repartidores y la reducción del ingreso que perciben, en torno a un 55%.
Hablamos con Paco Asensio, de la Asociación de Repartidores de Prensa de la Comunidad de Madrid. Lo primero que denuncia es que los grandes medios de comunicación no reflejan el conflicto -salvo para desvirtuarlo-. Esto es así por “interés propio, ya que son los mismos medios que nosotros repartimos”, explica.
Lleváis más de una semana de huelga…
Si, habría que decir que no es una huelga, porque los trabajadores autónomos en este país no tenemos ese derecho, a pesar de estar reconocido el derecho de huelga en la Constitución. Debemos ser trabajadores de segunda, tercera y cuarta clase, para no tener ese derecho como el resto de los trabajadores.
Lo que hay desde hace una semana es un cierre patronal. El primer día hicimos un paro y un encierro en la empresa, mientras se estaba llevando una negociación, pero a las diez de la noche fuimos desalojados por la policía nacional, por los antidisturbios. Nosotros estábamos dentro de la empresa tratando que reivindicar la no aplicación de la línea roja que ellos habían planteado: 130 trabajadores a la calle y una reducción de nuestras percepciones económicas en torno al 55% o 60%
Y a partir de ese momento la empresa no los deja ingresar a trabajar.
A la mañana siguiente, los trabajadores trataron de acceder a la empresa y fue imposible porque estaba custodiada por la policía, nos tomaban el DNI, el número de la matrícula, y decían que no podíamos pasar a trabajar, ya que la empresa entendía que estamos despedidos, cuando todavía no hay siquiera una carta de rescisión de contrato.
Explícanos como funciona esta empresa, Boyacá.
Boyacá es el pirata número uno. Una empresa que no tiene propiedad de vehículos, que lo único que tiene son contratos con terceros, a los que obliga a rotular los vehículos. A excepción de la plaza de Madrid, donde los trabajadores vienen derivados de un convenio que se firma en el año 1991, después de una huelga de tres días. Pero con la reforma laboral de 1992 y unas negociaciones que hubo, nos obligaron a dejar nuestras relaciones laborales con las distribuidoras accionariadas por los grupos editoriales y nos obligaron a hacernos trabajadores autónomos o constituirnos en cooperativa. Perdimos la relación contractual como trabajadores por la reforma del año 92. Así nos llevaron a la precariedad del trabajador autónomo.
Que seáis trabajadores autónomos es una forma de precarizar el empleo, ¿no?
Si. Ya en el año 87 se ganaron varias sentencias denunciando que éramos falsos autónomos. Es una pelea que viene de muy largo. Pero un trabajador autónomo no tiene vacaciones, no tiene estipulado ningún tipo de descanso, no tiene defensa ante el patrón, está indefenso cuando hay que renovar un contrato. Un trabajador autónomo, el día que no va a trabajar, día que no cobra. Si me quiero ir de vacaciones, no tengo ningún tipo de ingresos durante ese tiempo, tenemos presiones fiscales, tenemos que aportar un vehículo...
Hay artículos en los medios de comunicación diciendo que los repartidores cobráis mucho dinero, como si no estuviera justificado el conflicto laboral…
Sale en los medios de comunicación que ganamos 4300 Euros, algo que no es cierto. Tenemos una facturación de 4300 euros, pero a eso hay que descontar la amortización del vehículo que necesitamos para ejercer nuestro trabajo, hay que restar una media de alrededor de 600 euros de cuota de autónomo -al ser gente de determinadas edades y pensando en no morirnos de hambre cuando nos jubilemos-, tenemos que tener un seguro de vida y de accidentes -ya que estamos en la calle toda la noche, con los peligros que conlleva-, tenemos que pagar las averías de nuestro coche, pagar el seguro de los vehículos… Es decir, que de esos 4300 euros, lo que en realidad nos queda como trabajadores autónomos es en torno a los 1800.
¿Qué estáis reivindicando?
Necesitamos un diálogo para desbloquear este cierre patronal. No aceptamos la linera roja que nos plantea la distribuidora con 130 no renovaciones de contrato y con una reducción en la percepción diaria contratada de en torno al 55%.
Lamentablemente, al día de hoy, después de todos los comunicados a los agentes políticos de la asamblea de Madrid, al Ayuntamiento, sindicatos y grupos editoriales, instando a que hagan una mediación, no ha habido ninguna respuesta.