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Mundo Obrero. Bronca contra los tarifazos y resistencia a los despidos: ¿y las conducciones sindicales?

Macri y Vidal están de vacaciones pero el ajuste no descansa. Como se ve en Fabricaciones Militares y en UEP La Plata, crece la disposición a la lucha. La CGT se borra y otros dirigentes no pasan de las palabras a los hechos.

Cecilia Rodríguez

Cecilia Rodríguez @cecilia.laura.r

Sábado 6 de enero de 2018 00:00

Los vericuetos de Dietrich y los titulares de Clarín no logran ocultar que los aumentos en el transporte son un nuevo ataque al bolsillo del pueblo trabajador. Sobran ejemplos de que beneficiar a las empresas privadas que gestionan los servicios públicos no redunda en un bien para la sociedad: al cierre de esta edición, 50 mil usuarios siguen sin luz en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. La revolución de la alegría se parece más a un funeral en el siglo XIX.

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Capeando a fuerza de shows –como el de Vidal en la juguetería - la crisis que abrió la reforma jubilatoria en la base electoral de Cambiemos, el gobierno sigue prometiendo un “futuro mejor”, pleno de inversiones que, a esta altura, tendrían menos intenciones de llegar que Godot.

Por supuesto, en vez de rever los fundamentos de una política económica que no cierra y que incluso algunos empresarios empiezan a poner en duda (como afirma en una reciente editorial el economista Alejandro Bercovich) el gobierno sigue aplicando un ajuste para liquidar aún más los ingresos y conquistas de los trabajadores. Así, esta primera semana de 2018 se pisó el acelerador de una ola de despidos en el Estado con el supuesto objetivo de “reducir gastos” mientras continúa la destrucción de puestos de trabajo en el sector privado.

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Como contra partida -y lejos de “reducir gastos”- llueven bendiciones para los empresarios, con una reforma impositiva que les perdonó más de 200 mil millones de impuestos y con una nueva baja de las retenciones a la soja. Si esto no les bastaba a los golosos exportadores, ahí tienen un dólar que superó, por segunda vez en pocos días, los $19.

Hasta Mirtha Legrand, que no suele ser simpática con las causas populares, salió a criticar esta manía cambiemista de recortar siempre por los más pobres (habría que “quitarle algo a las petroleras y a las mineras, que tienen tantas subvenciones”, dijo). Pero los CEO´s no tienen oído ni para la histórica anfitriona de los almuerzos televisados.

Despidos y disposición a la lucha

La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) calcula que a nivel nacional se efectuaron en estos días más de 1200 despidos en diferentes dependencias estatales. Lo nuevo es la resistencia que surge desde abajo.

Los casos testigos son el de la Unidad Ejecutora Provincial (UEP) de La Plata (que desde la semana pasada iniciaron una toma pacífica del establecimiento contra 200 despidos) y el de Fabricaciones Militantes de la localidad de Azul, en donde el reclamo de los trabajadores logró una movilización masiva del conjunto del pueblo. La rebelión popular obligó al Intendente (un “traidor” del PJ que saltó la tranquera hacia Cambiemos) a convocar a un comité de crisis.

Es que las jornadas del 14 y el 18 de diciembre no solo dejaron como saldo un triunfo pírrico del gobierno que, gracias al PJ y a sectores del kirchnerismo, logró votar la reforma jubilatoria. También dejaron una idea muy peligrosa para los CEO’s, resumida en la consigna “unidad de los trabajadores”: la idea de que se puede derrotar el ajuste.

En el ámbito industrial, donde ya se liquidaron 62 mil puestos de trabajo desde la asunción de Macri hasta ahora, se empieza a notar un incremento de conflictos. En Pepsico Mar Del Plata se paró la planta exigiendo un bono de fin de año, mientras que los petroleros de Santa Cruz salieron a un paro contra reducción de puestos de trabajo .

En el mundo metalúrgico, Trabajadores de Rapistand en La Matanza pararon y cortaron la ruta en reclamo por salarios adeudados y, trabajadores de Envases del Plata lograron arrancarle a la UOM Morón acciones de lucha que permitieron reincorporar provisoriamente a los despedidos. Esto se suma al conflicto de Stockl, en Almirante Brown, que no se interrumpió por el año nuevo.

En esta sintonía, en las últimas semanas de diciembre vimos un contundente paro de Aceiteros en el cordón de San Lorenzo, contra la desidia patronal que llevó a la explosión en la plata de la ex Nidera. La acción confluyó con el reclamo contra los despidos en Fabricaciones Militares de Fray Luis Beltrán.

En el Subte, el fin de año llegó con un importante paro que logró que un trabajador sancionado y discriminado volviera a trabajar, a pesar de que la mayoría de la conducción kirchnerista del sindicato no apoyó el reclamo. En Jujuy luego de liberar a los detenidos, continúa la lucha contra 338 despidos en el Ingenio La Esperanza y en MAM Neuquén sigue la lucha por la reincorporación de 25 obreros suspendidos y despedidos.

Ante este crecimiento de la disposición a la resistencia, el gobierno ratifica su escalada represiva con la detención de César Arakaki del Partido Obrero y otros tantos luchadores que participaron de las movilizaciones contra el saqueo a los jubilados. Pretenden disciplinar a los trabajadores y trabajadoras para que acepten sin chistar el robo, el ajuste y la transferencia millonaria desde los bolsillos del pueblo en beneficio de un puñado de empresarios y multinacionales.

Las direcciones sindicales no pasan de las palabras a los hechos

El ajuste no se tomó vacaciones, pero la CGT sí. Luego de haber entregado el paro y la movilización para frenar la reforma jubilatoria, no se sabe a dónde está el triunvirato. Su última intervención pública fue convocar a una fantasmagórica Confederal de la Central para “marzo o mayo”, cuando el gobierno ya declaró sus intenciones de hacer votar la reforma laboral para febrero o marzo.

En línea con la ausencia de la Central, el kirchnerismo, que se declama opositor, no da señales de vida para convocar a algo parecido a una resistencia activa contra el macrismo. Ya fueron responsables, con la ausencia de Scioli y lo suyos, de permitir que pasara la reforma jubilatoria. También sorprende el silencio del moyanismo, que así como dejó pasar la reforma previsional no está haciendo nada para preparar la lucha contra los próximos ataques.

La política de “claudicación permanente” de la CGT y la inactividad del kirchnerismo y el moyanismo puede contrastar con la ubicación de otros dirigentes que cuestionan el ajuste y declaran sus intenciones de enfrentarlo, como Sergio Palazzo de La Bancaria. Sin embargo, no faltan trabajadores de base que cuestionan al que algunos medios llaman “el nuevo Moyano” por haber aceptado una conciliación obligatoria ilegitima en el conflicto contra Maria Eugenia Vidal por el recorte jubilatorio en el Banco Provincia. De hecho, legisladores de Unidad Ciudadana apoyados por Palazzo terminaron por votar la contra-reforma.

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En el caso de ATE, este sindicato convocó a un paro y movilización tardío contra las cesantías, que ya se esperaba que se concretaran desde al año pasado. Sin preparar un plan de lucha con anticipación, el gremio recibió el cuestionamiento del Movimiento de Agrupaciones Clasistas -impulsado por el Frente de Izquierda y el PTS- por no haber convocado y organizado el paro en las bases, a su vez que se negaron a que la marcha y el acto fueran encabezados por los principales ejemplos de lucha y resistencia: la UEP de La Plata y Fabricaciones Militares de Azul. Adicionalmente, desde las organizaciones clasistas cuestionan que ATE no haya tomado el paro del jueves como el inicio de un plan de lucha y exigen a todas las centrales sindicales ponerse a la altura de las circunstancias.

Las jornadas del 14 y el 18 de diciembre, la enorme movilización que se expresó en las calles contra el saqueo a los jubilados, el descontento que recorrió el país y hace bajar la aprobación del gobierno y los conflictos que se desarrollan actualmente demuestran que existe la fuerza suficiente para enfrentar los despidos en el Estado, que son la antesala de un duro ataque contra el conjunto de los trabajadores. Si esta fuerza de cientos de miles y millones que miran con ojos atentos lo que se viene, no se expresa en las calles, será responsabilidad de las conducciones sindicales cómplices que, gracias a su inactividad, impiden que las mayorías derroten el ajuste de una pequeña minoría de CEO’s y empresarios.


Cecilia Rodríguez

Militante del PTS-Frente de Izquierda. Escritora y parte del staff de La Izquierda Diario desde su fundación. Es autora de la novela "El triángulo" (El salmón, 2018) y de Los cuentos de la abuela loba (Hexágono, 2020)

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