La extrema derecha ha crecido sobre el descontento dejado por el gobierno “progresista”. Mientras Sumar y compañía nos piden que nos conformemos con lo que hay porque la derecha es peor, Vox crece dándoselas de contestataria. Aquí va mi respuesta contra los fachas y los “progresistas” que nos pide votarles a ellos con la nariz tapada por responsabilidad.
Miércoles 19 de julio de 2023
“Sé bien que la juventud de cada época tiene el deber de ser rebelde, de soñar a lo grande, de no contentarse con migajas ni doblegarse ante las imposiciones de los poderosos”. Estas son las palabras de Santiago Abascal en el spot de campaña de Vox dirigido a la juventud con el lema “¡Este 23 de julio, SÉ REBELDE!". Si bandera de la rebeldía la toma con bastante éxito la derecha, entonces ¿qué hace la llamada “izquierda”? Eso nos preguntamos muchos.
Después de la mencionada frase, el vídeo electoral habla de vivienda digna, precariedad, paro juvenil y marchar del país en busca de oportunidades. Lo que no te dicen es que su política habitacional es barra libre para los bancos y fondos buitres, de manera que los alquileres continúen subiendo y los grandes propietarios llenándose los bolsillos. Igualmente, tampoco te cuentan que su propuesta laboral es más flexibilidad para que las empresas tengan aún más barato despedir y precarizar.
Acto seguido se refieren a las “calles inseguras”, las “tradiciones, historia y símbolos nacionales” y la defensa de tus creencias. Las imágenes que se muestran son totalmente intencionadas en ese sentido. Abascal con la bandera de España, Abascal tomando vino, Abascal con puro y boina apoyado en un burladero, Abascal en moto, Abascal con una monja… Así que primero te hablan de los problemas que sufres para posteriormente echarle la culpa de todos ellos a los inmigrantes, los independentistas y las feministas.
Al final, el mensaje es que lo contestario es un señor de misa, toros y vino, pero dicho así cala menos entre la juventud. De hecho, su discurso en machista, racista, LGTBIfóbico y neoliberal ha sido compartido en campaña con la ayuda de youtubers de derecha. El líder de Vox ha sido entrevistado por Pedro Buerbaum y Wall Street Wolverine entre otros.
Dime con quién te juntas y te diré quién eres, ¿no? Buerbaum nació en 1995 y ha llegado a facturar 4’5 millones de euros con su marca de gofres en forma de pene. Proviene de familia de empresarios y, siendo adolescente, ya montó varios negocios de venta online con productos que compraba de China. Estudió ADE – ¡cómo no! – y terminó la carrera en EE. UU. Víctor Domínguez (Wall Street Wolverine) es otro joven, inicialmente influencer con una marca de fitness, defensor acérrimo del libre mercado que se mudó a Andorra para pagar menos impuestos. Si los referentes para Vox en la juventud son dos chavales de pasta es justamente porque su política está dirigida a beneficiarles a ellos.
La extrema derecha y sus influencers hacen gala del discurso del emprendimiento y el hombre hecho a sí mismo para hacerte creer que, si eres pobre, es porque quieres y eres un fracasado. De esta manera, ocultan que sus políticas son precisamente para garantizar tu precariedad. Venderles a los jóvenes de clase trabajadora que su salida está en emprender es tan falso como hacerle creer al esclavo que algún día podría ser amo.
Por su parte, Abascal lleva toda la vida viviendo de la política profesional. Iván Espinosa de los Monteros viene de familia de la nobleza con parientes como Eugenio Espinosa de los Monteros, embajador de la España franquista en Alemania durante la dictadura nazi. Jorge Buxadé procede de una familia ligada al Opus y al Ejército, además de haber militado en Falange. Vox no es antisistema, sino que representa los más rancio de este Régimen del 78 heredero del franquismo.
Entonces, ¿cómo es posible que la derecha, absoluta defensora de este sistema, se haga pasar por rebelde? Justamente porque es quien se muestra a la contra. Mientras, Sumar insiste en votarles para pactar con el PSOE después de cuatro años de gobierno “progresista” en el que han permitido la caída de los salarios, la subida de los alquileres y el aumento de la factura de la luz.
En esta legislatura el PSOE y Unidas Podemos no les han tocado un pelo a los grandes propietarios en la nueva Ley de Vivienda. Tampoco han alterado la reforma laboral del PP que, después de la pintura progresista aportada por Yolanda Díaz y los principales sindicatos, ha sido revalidada. Si no te convence, la respuesta de Sumar, ERC u otros partidos similares es decirte que los votes porque lo que vienes es peor. Normal que crezca la desafección y la abstención.
El terreno queda libre para Vox a la hora de vender que la culpa de tus problemas es de los inmigrantes, los independentistas y las feministas. Además, si tenemos en cuenta que el gobierno “progresista” ha llevado a cabo una masacre en Melilla, mantenido la persecución hacia el movimiento democrático catalán e infiltrado policías en los movimientos sociales manipulando sexual y emocionalmente a mujeres… Lo que nos encontramos es el blanqueo de las políticas de la derecha y la extrema derecha.
Ante esta situación, hace falta politizar el malestar y demostrar que la verdadera rebeldía es anticapitalista. Somos una generación marcada por las crisis donde muchos hemos sido criados por nuestros abuelos y abuelas. Justamente, la mejor lección que nos han dejado es que no hay derechos ni conquistas para la clase trabajadora sin lucha, sin organización en los centros de estudio y de trabajo. Esta es la vía para parar los ataques de la derecha, convirtiendo la rabia en organización para pelear por una salida anticapitalista a los problemas que sufrimos el pueblo trabajador.
Para ello, necesitamos enfrentar a aquellos que, precisamente, hacen todo lo posible para que esto no pase. Hablo del PSOE y Sumar – con Podemos incluido – que nos dicen que no hagamos mucho ruido porque si no viene la derecha mientras aplican su agenda. Pero me refiero igualmente a ERC que gobierna para la patronal catalana desde la Generalitat después de convertirse en dignos herederos de Pujol. Tampoco nos sirve el anticapitalismo fake de la CUP. Porque eso de gobernar ayuntamientos como lo hacen los Comunes o pactar con los partidos de la burguesía catalana independentista muy anticapitalista no es.
Ser rebelde es ir contra los capitalistas y sus partidos. Defender el reparto de las horas de trabajo y la reducción de la jornada laboral sin reducción del salario, pero no en función de las ganancias de las empresas, sino atacando las mismas. Rebelde es luchar por impuestos a las grandes fortunas y los beneficios empresariales para sufragar el aumento del presupuesto de sanidad y educación. Ser inconformista es pelar por la nacionalización sin indemnización y bajo control de los trabajadores de las compañías energéticas para controlar los precios y llevar a cabo la necesaria reconversión acorde con la vida en el planeta.
Porque ser rebelde no es volverse contra las mujeres, las personas inmigrantes y el colectivo LGTBI. La rebeldía es tirarse contra la monarquía, la Iglesia, el aumento de los presupuestos militares y el imperialismo español que expolia recursos en todo el mundo. En definitiva, luchar por expropiar a los expropiadores que nos roban el tiempo, la vida, nuestros derechos. Ser rebelde es luchar por construir un socialismo desde abajo.
Es momento de que la juventud, las mujeres, las personas migrantes y el resto de la clase trabajadora organicemos nuestra fuera en una izquierda de clase, socialista y revolucionaria, que apuesto por desarrollar la lucha de clases. Este 23J me niego a caer en la trampa del mal menor, me niego a dar apoyo a quienes le han abierto camino a la derecha. Yo voto nulo.