Ante la aceptación de la paupérrima oferta paritaria por parte de ATEPSA, los trabajadores de los servicios de navegación aérea de la EANA (Empresa Argentina de Navegación Aérea), se organizaron desde abajo en asambleas para repudiar la medida burocrática de la conducción del gremio y se votó una caravana a la puerta del sindicato.
Jueves 7 de enero de 2021 17:17
Después de cuatro meses de conflicto y a solo un día de iniciarse las medidas de acción directa, la dirección del sindicato que nuclea a los Controladores Aéreos cerró la paritaria ya vencida de la pauta 2020 en un 25 %, muy por debajo de la inflación acumulada. La conducción del sindicato decidió unilateralmente firmar una paritaria a la baja luego de haber sido rechazada por las bases y plenario de delegados. Como respuesta, una asamblea de más de cien controladores votó realizar una caravana al sindicato en repudio.
Delegados Autoconvocados, asambleas de base y una nueva práctica entre los controladores
Delegados independientes de la conducción de ATEPSA de todo el país empezaron un proceso de autoconvocatoria a mediados de agosto cansados de la pérdida salarial que venía sufriendo el sector en los últimos cuatro años. Cerca de 30 delegados de los principales aeropuertos fueron convocando asambleas de base para luchar por una recomposición salarial exigiendo un 50 % de aumento. Un proceso desde abajo que se expresó también en la elección de delegados paritarios independientes de la conducción, hartos de que el Secretariado Nacional entregará una y otra vez el salario y las condiciones laborales.
La empresa estatal EANA, conducida por el gobierno nacional, no ofreció más de un 7 % de aumento, a tono con las paritarias estatales. Esta mísera propuesta por la empresa, fue ratificada por funcionarios del Ministerio de Trabajo de la Nación y de la Jefatura de Gabinete en las distintas audiencias de conciliación que hubo a lo largo de estos meses. La diferencia entre está paritaria y la del resto de los sindicatos nucleados en FAPA y demás sindicatos que agrupa a trabajadores del Estado, es que al interior de los Controladores los delegados independientes impulsaron asambleas de base de manera permanente, donde las y los trabajadores del sector rechazaron una y otra vez la miseria que ofrecía la empresa, sentando una nueva tradición democrática en el sector. Estas instancias fueron acompañadas por acciones y caravanas en Córdoba, Buenos Aires y Resistencia.
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La conducción de ATEPSA, que el año pasado hizo campaña a favor de Alberto Fernández, buscó por todos los medios evitar medidas de fuerza contra su propio Gobierno. Alegando supuestas responsabilidades políticas y riesgo de quedar aislados, la dirección sindical de desmoralizar a los trabajadores, de convencerlos que no se podía luchar y que había que "agarrar" lo que se ofrecía. Sin embargo, las bases no se movieron del reclamo salarial y en noviembre, agotadas las audiencias paritarias, se votó masivamente ir a medidas de fuerza que fueron evitadas por la conciliación dictada por el Ministerio de Trabajo.
Acuerdo a espaldas de la base y respuesta desde abajo
A mediados de diciembre, acercándose la fecha del vencimiento de la conciliación, EANA y el Gobierno tuvieron que elevar la oferta a un 25 % que sería pagado en tres tramos hasta marzo del 2021. La conducción de ATEPSA vio en esta nueva oferta una oportunidad para cerrar las paritarias y evitar ir a medidas de fuerza, por lo que llamó de manera imprevista a un plenario de delegados nacional para que avalara el acuerdo. Sin embargo, se impuso el rechazo al nuevo ofrecimiento. La conducción salió derrotada en su maniobra no pudiendo imponer su mayoría dentro de los delegados. Algo inédito en el sector. Nuevas asambleas de base en diciembre, en los principales aeropuertos, volvieron a ratificar el plan de lucha y medidas de fuerza una vez vencida la conciliación.
La conducción, entre la presión de las bases y los aprietes de su Gobierno, decidió realizar una extensión "voluntaria" de la conciliación que vencía el 28 de diciembre, extendiéndola hasta el 7 de enero. De esta manera buscaba ganar tiempo para nuevas maniobras aprovechando las fiestas y el fin de año para buscar cerrar la paritaria a espalda de las bases. Sin poder apelar a ninguna instancia que legitime su decisión, en el día de ayer la Dirección convocó a un plenario nacional para informar que la decisión estaba tomada pero la respuesta de las bases no se hizo esperar, con tan solo dos horas de anticipación los delegados independientes llamaron a asamblea de la que participaron más de cien trabajadores, con protagonismo de Córdoba y Ezeiza, donde se impuso el repudio a la conducción por la arbitraria decisión tomada y se convocó una caravana a la sede del sindicato.
Algunas conclusiones
Nadie puede negar que fue un año atípico en todo el mundo y que la industria aerocomercial sufrió un fuerte parate en su actividad. Pero ante esta situación en el sector y, ante una crisis social y económica generalizada, el gobierno nacional y la gran mayoría de las conducciones sindicales aliadas optaron para que seamos los trabajadores quienes paguemos las consecuencias de la crisis profundizada por la pandemia. Esas opciones explican los millones de puestos de trabajo que se perdieron, casi el 50% de pobreza y la pérdida salarial en casi todos los sectores. Entre los bancos y los jubilados el gobierno eligió los bancos cerrando el año con un nuevo ajuste contra los adultos mayores.
Los controladores aéreos se organizaron para evitar que esto sea así en su sector que ya venía golpeado por cuatro años de ajuste del gobierno anterior. Se empezó a sembrar otra tradición con las asambleas de base para que sean los trabajadores y no la conducción quienes decidan. A tomar en sus manos las decisiones, en llevar adelante acciones independientes. La crisis económica lejos está de terminar y la política de la conducción de ATEPSA demuestra que prefieren resignar las condiciones de vida de los trabajadores antes que enfrentarse al gobierno, por lo que las lecciones de este conflicto organizado desde abajo tiene que ser sólo el puntapié para continuar la organización de las bases porque la unidad y el debate democrático en asamblea es la única fuerza que tenemos los trabajadores.
Pero no es la única lección a sacar. En este conflicto se demostró que los trabajadores tenemos que mantener una total independencia de la empresa pero también de los gobiernos. La conducción del sindicato demostró que cuando hay que decidir, su elección es optar por su gobierno que impuso un nuevo ajuste. Los trabajadores no le debemos nada a este gobierno, la organización desde abajo es necesaria para garantizar también que sea la voluntad de los trabajadores la que decida y no la subordinación a algún gobierno de turno. Pero esta lucha tiene que ir de la mano de recuperar los sindicatos para que sean realmente una herramienta de lucha de los trabajadores. Esta es una tarea pendiente junto con buscar la más amplia coordinación y unidad con otros sectores.
A lo largo de la negociación paritaria la conducción planteó que los controladores estaban aislados del resto de FAPA. Esto es así, el resto de las conducciones no movió un dedo en apoyo a los controladores ni por sus propios afiliados. Pero no es menos cierto que este año estuvo lleno de peleas de trabajadores de distintos sectores para evitar pagar la crisis. Sin ir más lejos los compañeros de LATAM siguen luchando contra el cierre y despidos masivos. La unidad y coordinación con estos sectores no significa diluir el reclamo particular sino fortalecerlo. La lucha por sector y divididos, es mucho más difícil y justamente las conducciones sindicales burocráticas cumplen ese rol, el de separar a los trabajadores mientras los empresarios y gobiernos se unen para atacarnos. La organización democrática desde abajo, la independencia de las empresas y gobiernos pero también la unidad y coordinación de todos los trabajadores es fundamental para enfrentar lo que se viene.
La caravana que fue votada en la asamblea del miércoles 6 de enero es la continuidad de esta pelea que no tiene que quedar ahí sino que hay que seguir avanzando en el camino que se empezó a recorrer este año para recuperar el sindicato, profundizar la más amplia democracia de los trabajadores y avanzar en la unidad con otros sectores como única vía para enfrentar el ajuste en curso.