Eduardo Di Pierro, militante del MAS en los ’80 falleció durante este sábado. A continuación, Ricardo Bordón, compañero de Di pierro, le escribe un homenaje recordándolo.
Domingo 9 de junio de 2019 22:49
El sábado 8 de junio falleció en la ciudad de Río Gallegos un histórico dirigente obrero de la construcción llamado Eduardo Di Pierro que era militante en el MAS de los años ochenta. Ricardo Bordón, que también fue dirigente de la lucha minera en aquellos años, escribió para La Izquierda Diario un homenaje a la lucha incansable de Di Pierro.
Eduardo Di Pierro ya estaba jubilado pero aún seguía sin bajar los brazos a pesar de su avanzada edad. Fue militante del MAS en aquellos primeros años de la década del ochenta, trabajando como obrero de la construcción donde fue protagonista de una dura y ejemplar lucha (para muchos luchadores y militantes de izquierda) contra la burocracia sindical de la UOCRA y ATE.
Incluso llegó a ganarles la conducción a los burócratas peronistas y con la Lista Naranja llegó a ser secretario general de la UOCRA Santa Cruz por dos años hasta que fue intervenido el sindicato bajo una maniobra que lo expulsó de la conducción. Fue un dirigente clasista que buscaba la unidad las filas obreras y así lo demostró solidarizándose con la lucha minera en contra de las privatizaciones de YCF, luego contra la desidia estatal que mató a 14 mineros en junio del 2004, la lucha docente contra el ajuste del gobierno kirchnerista y la última lucha de los mineros contra los más de 500 despidos del 2018.
Ricardo Bordón lo conoció muy de cerca y escribió un homenaje de despedida a Eduardo Di Pierro:
“Lo vi en el aire con ése salto elegante, su forma plástica de caminar, su constancia y temperamento. El viejo club YCF lleno, las tribunas, los cánticos, la mística, ellos y esa generación de básquet rioturbiense. Uno de esos era Eduardo Di Pierro.
Lo admiraba, pero no me animaba a saludarlo y hablar con ese hombre que dejaba su esfuerzo en ese gimnasio de grandes hazañas deportivas. Después con la vida de uno a cuestas, a la par del devenir histórico de la empresa querida YCF (o YCRT como se llama ahora), esa leyenda de la década del 70 cuando enfrentaba a la burocracia de mí gremio ATE, desde la mina, los talleres y desde las oficinas surgen aquellos con esa coraza de la conciencia de clase, con ese amor a los suyos, con el ideario de la unidad, la solidaridad y la fraternidad, se ponen al frente de las bases de los trabajadores.
Recuerdo esa noche que regresé del colegio secundario y el televisor en blanco y negro dando la noticia en el viejo noticiero de Canal 3, sobre una asamblea de miles de mineros en la cancha de Mina 3 y los disparos que salían desde el bosque. Dicen que eran los burócratas que venían de Buenos Aires a quebrar la lucha, la huelga y allí también estaba Eduardo Di Pierro.
Junto a otros trabajadores crearon el SUCE (Sindicato Único de los trabajadores del Carbón Estatal) pero la burocracia sindical ganó. Después las huestes cívicas, militares y los sectores eclesiásticos instauraron a sangre y fuego la más cruel y genocida dictadura militar. Di Pierro, González, Díaz y Portela fueron exonerados del Estado.
En la década del ochenta y por mí trabajo en Planta Depuradora lo conocí realmente a Eduardo, hablando, aprendiendo y conociendo su honestidad en sus análisis políticos. Con su fidelidad al método asambleario y su obediencia al mandato de los trabajadores.
Su militancia al lado de los obreros en el sector de la construcción, su gremio la UOCRA, enfrentando a la poderosa multinacional SADE. Y ganaron el acto eleccionario, la conducción a nivel provincial allá en los primeros años ochentas. Después la burocracia nacional lo acorraló y lo acusó falsamente de malos manejos.
Lo acompañé varios días en ése sindicato vacío, casi sin calefacción, ni energía eléctrica y la tanqueta policial con la ametralladora apuntando a la seccional.
Saliendo durante las noches a realizar asambleas en los barrios o en casas a medio construir y la resistencia de los obreros y él en medio de una crisis personal, alentando a los compañeros, dando salidas, planteando perspectivas. Yo sabía de su tremendo dolor y de su enorme entereza.
Una noche tumbados en esos colchones en el piso y sabiendo que la lucha estaba perdida Eduardo me dijo- ya está Ricardo- y me abrazó cómo a un hermano menor y me volví agónico, triste a otra lucha en Río Turbio.
Tal vez lo que escriba ya sea muy largo.
Entonces Eduardo Di Pierro me quiero despedir de vos agradeciendo todo lo que me brindaste, me diste, me enseñaste, tu hogar, tu pan ganado o como canillita mayor de Río Gallegos. Respetado por muchos, hasta los que frecuentan ése otrora exclusivo club British.
"Te admiré como deportista pero más como dirigente clasista.
Voy a soltar unos lagrimones y no puedo dejar de decir Hasta la Victoria Siempre.
"La Clase Obrera va al Paraíso”.