Son cientos de familias tucumanas que llegan al Valle engañadas con falsas promesas laborales. Ahora se encuentran sin comida, sin techo y sin dinero para regresar a sus hogares.
Jueves 31 de enero de 2019
En la ciudad de Villa Regina, decenas de familias trabajadoras duermen en las plazas y son ayudadas por los vecinos que les acercan colchones, abrigo, comida y agua, un hecho similar se denuncio semanas atrás en Cipolletti. Son sobre todo tucumanos, que vienen a Río Negro con la promesa de trabajar en la cosecha de fruta pero al llegar a la provincia, nadie los emplea. Muchas de las familias incluyen bebés, situación por la cual un grupo de vecinos motorizados por mujeres de la ciudad de Villa Regina realizaron una colecta para pagarles los pasajes a algunos de ellos y permitirles volver a sus hogares.
La solidaridad obrera no se hizo esperar, mientras tanto los dirigentes UATRE y el Sindicato de la Fruta que prometieron trabajo para 16 mil personas hoy hace un silencio rotundo, muestra de la complicidad de esta burocracia con los empresarios frutícolas y del desprecio hacia las familias trabajadoras. Además, hace unos días, trascendió que en el Valle Medio se realizó una denuncia por condiciones inhumanas en que 37 obreros golondrina trabajaban y vivían en una chacra de Lamarque.
Frente a esta situación, Laura Santillán, referente del PTS en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores de la provincia declaró: “la trata y explotación de trabajadores migrantes es un verdadero drama de la esclavitud argentina del siglo XXI. La burocracia de la fruta conoce bien y es parte de este entramado de trata y explotación que juega con la dignidad de miles de familias, mientras los empresarios siguen engordando sus bolsillos con el precio internacional de la fruta”.
En referencia a las propuestas del PTS añadió: “los rionegrinos sabemos bien cómo es el trabajo de la fruta, se trabaja hasta 16 horas por día y los recolectores trabajan hasta los domingos, por eso proponemos trabajar 6 horas, 5 días a la semana, el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados y que todos ganemos según la canasta familiar. En este contexto de ajuste a pedido del FMI, las empresas quieren maximizar sus ganancias, por eso los hacen dormir a la intemperie y pasar hambre una semana, para después poder sobre-explotarlos por 2 mangos. Esto es intolerable, nuestras vidas valen más que las ganancias de un puñado de empresarios”.