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Red Internacional
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PANDEMIA Y SALUD PÚBLICA. Rosario: trabajadores de la salud expuestos al Covid-19 y la precarización

En las últimas dos semanas se contabilizaron 7 casos positivos dentro de distintos nosocomios y más de 250 personas aisladas. En el marco de la pandemia la precarización a la que están expuestos las y los trabajadores de la salud se hace evidente e insostenible.

Martes 14 de julio de 2020 15:57

Los casos más recientes se dieron a conocer este lunes, uno de ellos en el Sanatorio Británico donde 2 trabajadores de la salud que resultaron contagiados fueron aislados junto con otros 59, el contacto se habría dado a través de una mujer oriunda de Villa Constitución, quien fue operada de urgencia.

Por otro lado el policlínico Pami 2 confirmó otros dos casos positivos. Se trata de una enfermera y un traumatólogo. Por ese motivo aislaron a 35 trabajadores y cerraron el área de quirófanos. Recordemos que en el mes de abril se hizo viral la denuncia de un médico de dicho efector, donde denunciaba la falta de elementos de protección para el personal poniendo en riesgo a trabajadores y pacientes.

La semana pasada también se dieron casos positivos dentro del personal de salud, uno pertenece a una trabajadora de la localidad de Granadero Baigorria. Otro caso se dió en el Hospital Español. Pero el más resonante fue el de una enfermera que presta sus servicios en el Centro de Salud 21 de Cabín 9 y en IPAM de la ciudad de Rosario, donde se tuvieron que aislar 158 personas y cerrar dicho centro dejando a todo un barrio sin atención.

Debido a esta situación empleadores del sector privado presionan a que los empleados que trabajan también en el ámbito público asistan solamente a uno de los dos, alegando que de esa forma no habría circulación de la enfermedad ya que dentro de los hospitales es mayor el riesgo de contagio en. Pero ¿cómo harían entonces los trabajadores de la salud para poder subsistir?

En el caso del PAMI desde ATE denuncian que son 300 los trabajadores que no forman parte de la planta permanente, se les paga por hora, no tienen ningún reconocimiento de convenio colectivo, ni ART que los cubra. Esto despertó la preocupación dentro del gremio: “no sabemos quién se va a hacer cargo de las consecuencias que pueden tener o si les van a pagar el salario porque al estar aislados no están yendo a trabajar”. Declaró Guillermo Grant ante los medios.

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El personal de salud es, desde el primer momento quien estuvo poniendo el cuerpo frente a la pandemia, siendo los más expuestos pero también los más precarizados. Las formas de contratación que se dan dentro del sector en su mayoría son bajo la modalidad de monotributistas, no rentados, o están directamente en negro por lo que no cuentan con ART o aportes jubilatorios. En casos como los médicos residentes que cubren jornadas de hasta 36 horas sin francos, o los médicos reemplazantes en centros de salud que vienen supliendo licencias desde el mes de marzo con los llamados “contratos COVID”, hoy son estos mismos profesionales los que tienen que doblar sus esfuerzos para cubrir a sus compañeros que permanecen aislados ya que desde las entidades no dan otras soluciones.

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La implementación de los testeos masivos a tiempo habría sido una herramienta clave para evitar la propagación del virus y así prevenir el contagio. En el caso de los trabajadores de la salud que se encuentran en la primera línea, esto conlleva a que se saturen los equipos de trabajo ya que el aislamiento sin test genera que decenas de trabajadores deban abandonar sus puestos sin ser reemplazados por otros, generando una sobrecarga a quienes deben continuar con sus tareas pero con menor personal. A su vez es urgente el pase a planta permanente de todos los trabajadores para que se les reconozcan sus derechos laborales, como licencias pagas.

Ante la emergencia sanitaria se vuelve necesaria la conformación de comités de higiene y seguridad en cada efector público, conformado por los propios profesionales y trabajadores de la salud que puedan ser quienes decidan cómo actuar, controlen la implementación de los protocolos así como que existan los elementos de bioseguridad necesarios para defender las necesidades y derechos de los trabajadores y los propios pacientes.