Desde La Izquierda Diario reproducimos la opinión de una trabajadora e integrante de la Comisión de Mujeres de Madygraf.
Erica Paz Comisión de Mujeres | MadyGraf
Martes 15 de marzo de 2016
Comenzamos el 8 de marzo yendo a la fábrica temprano con las compañeras de la comisión de la comisión de mujeres. Habíamos hablado en una reunión de la comisión de ir a decorar la fábrica con afiches y fotos, y hacer un volante y un pin para repartir a todos nuestros compañeros. No es no, decía uno. ¡Basta de femicidios!, otro. Juegoteca y guardería en cada lugar de trabajo y estudio.
Entre charlas y risas, unas pegaban los carteles y fotos de nuestra lucha, otras compañeras repartíamos los pines y volantes que los compañeros recibían con entusiasmo. Y en medio de tanto intercambio por el éxito de la jornada se hizo la hora en la que habíamos quedado de encontrarnos con todas las compañeras de la fábrica para ir a la marcha.
Nuestros compañeros se quedaron a cubriendo nuestros puestos de trabajo, mientras nosotras organizábamos los autos, y los cargábamos con carteles por la expropiación, y los llenábamos con cuadernos y pines para vender y recaudar fondos para poder armar nuestra juegoteca, que es un sueño que estamos cerca de cumplir.
Ni bien llegamos y empezamos a caminar buscando al resto de las compañeras veíamos la cantidad de mujeres que habían dicho presente; eran cientas tomando las calles con sus canciones de repudio hacia el gobierno.
Y mientras mirábamos a esas mujeres levantando con orgullo sus pancartas, las vimos con las remeras azules que llevan Madygraf en el pecho. ¡Ahí están, ellas son, las obreras sin patrón! Vendiendo ya los cuadernos y pines, esperando que comience la marcha.
Ya estaba por empezar cuando se acercó una compañera de Pan y Rosas, nos llevó hasta la cabecera para que pudiéramos estar delante de todo, y nos dijo que levantáramos nuestras pancartas bien en alto para que todo el mundo nos vea. ¡Que el mundo las vea y nos escuche! repitió emocionada.
Y Ahí estábamos nosotras con nuestras remeras azules exigiendo que se terminen los femicidios, que no haya ni una menos, exigiendo el aborto libre, legal y seguro, peleando por los derechos de todas las mujeres trabajadoras.
Una vez en Plaza de Mayo, junto con otras compañeras de diferentes organizaciones y lugares de trabajo, y con los nervios a flor de piel y el corazón que latía mas fuerte coronamos esa jornada de lucha gritando bien alto: las mujeres del mundo seguimos organizándonos por nuestros derechos, terminemos con la opresión y la explotación.
¡Viva el día internacional de las mujeres trabajadoras! ¡Viva el día de la mujer!
