Así lo confirmó un trabajador de nosocomio ayer, horas antes de confirmarse el primer caso positivo de COVID-19 en la provincia.
Miércoles 18 de marzo de 2020 10:32
En Salta se conoció este martes el primer caso importado de coronavirus. Se trata de un salteño que había estado en Madrid, España, y regresó el viernes pasado a la provincia. A los minutos de conocerse la noticia, las redes empezaron a explotar.
Por la noche, el discurso escueto y vago del gobernador dejó muchos interrogantes, pero dos certezas: queda suspendido el transporte de pasajeros público desde las 00 de hoy y el Gobierno dispondrá de las fuerzas represivas para “disuadir” a las personas que no hagan la cuarentena en sus casas, “una Policía atenta a las tareas de control”. “Desde las 00h”, dijo “hay que ser responsables y aislarse”.
Responsabilidades
Desde el Gobierno de Sáenz, sus ministros y hasta el propio gobernador, en todo el día de ayer hicieron hincapié en la responsabilidad individual de cada salteño, a tono con el discurso del Gobierno de Alberto Fernández.
El Gobierno que hace unos meses pareció descubrir que en Salta hay pobreza y que las niños y niños en el norte mueren por desnutrición, es el que hoy pone el estado de alarma en el cielo y habla de responsabilidad. Pero Sáenz y su gabinete, al igual que el anterior Gobierno de Juan Manuel Urtubey y sus pares nacionales, son los responsables de que en Salta haya un sistema de salud público incapaz de contener epidemias como las que está en curso.
Como muestra, fue la misma ministra de Salud Josefina Medrano quien manifestó hace unos días que aún no hay respiradores para las camas que tienen los hospitales preparadas para recibir a personas contagiadas por el COVID-19. Además, como se denunció en febrero por este medio, en el norte de la provincia, hay un único médico para atender las 6000 personas que componen dos comunidades.
En consulta con LID, un médico del Hospital San Bernardo denunció que hoy en día “seguro ningún sistema de salud está preparado para una pandemia”. El trabajador de la salud sostuvo que “si pasara como en Italia se mueren a pasto un montón de gente, el sistema no hay chance que aguante. El Hospital, por ejemplo, tiene la mayor parte del tiempo todos los respiradores ocupados. Sin pandemia ya está saturado”.
Lo que muestra a las claras la crisis sanitaria por el coronavirus es que hace años las prioridades de los Gobiernos de turno nos son responder a los problemas y necesidades de la salud. Y que elementos de higiene mínimos, en cada lugar de trabajo y estudio, se garantizan en forma personal. De ninguna manera están cubiertos por presupuestos cada vez más acotados en el ámbito de la salud, educación y asistencia social.
Lo que se necesita de forma urgente es el aumento de presupuesto, una medida que ni Sáenz ni Fernández siquiera balbucean. Está claro, entonces, por qué para ellos es más fácil individualizar, vigilar y castigar, mientras se discute y rediscute cómo pagar una deuda externa que es ilegal, ilegítima y fraudulenta.