Así lo denuncian las y los trabajadores de la salud junto a las condiciones en las que deben hacer frente al COVID-19, un fuerte contraste con el "régimen de sanciones" con el que Sáenz pretende reforzar la represión y multas de 1000 pesos por no tener barbijo.
Daniela Planes Docente y referente del PTS Frente de Izquierda Salta | @DaniPlanesS
Martes 7 de abril de 2020 14:04
Ante la grave de situación por la pandemia del COVID19, la ministra de salud Josefina Medrano dijo a una radio local que hay dos escenarios posibles para la provincia. En el más benigno, no habría más de 400 muertos. En el peor, las muertes llegarían a 1.500, sobre un total de 10 mil contagiados. Frente a este anuncio se tendría que aumentar la inversión en el presupuesto para salud.
Mientras se está pendiente de cómo se desarrolla la pandemia, son las trabajadoras y trabajadores de la salud quienes están en primera línea. Quienes reciben aplausos todas las noches, por ser principales protagonistas, los que día a día ponen sus conocimientos al servicio de la población que sufre la desidia del sistemas de salud desfinanciado y vaciado durante años, gobierno tras gobierno , haciendo malabares con los pocos recursos que provee el Estado.
Como plantearon trabajadores y trabajadoras de la salud del Hospital de Oran “Mínimo, necesitamos más barbijos. Ni qué hablar de las batas N°3, las hidrófugas, que no tenemos”. Mientras, la Asociación de Profesionales de la Salud de la Provincia de Salta (Apsades) informó que la provincia recibió el 50% de los equipamientos e insumos solicitados. Así también lo muestra el personal del hospital Papa Francisco que aún espera todo el material prometido por el Gobierno, considerando que este nosocomio fue catalogado como referente para la atención del COVID-19.
Además el gobernador Sáenz ordeno el uso de barbijos en forma obligatoria a partir del 13 de abril, en el caso de Salta de no usarse se sancionaría con una multa de 1000 pesos. Así el gobernador sanciona medidas punitivitas en vez de apuntar a la producción masiva y la distribución gratuita de barbijos.
¿Qué se necesita?
No se puede naturalizar que los y las trabajadoras de la salud estén sin los elementos necesarios para prevenir el contagio. El Estado debe garantizar todos los insumos en los hospitales y salitas. Es urgente la producción propia de test rápidos o la compra inmediata de los mismos. Con las recientes declaraciones de la ministra se hace aún más evidente la necesidad y urgencia de contar con los test para detectar el virus de forma rápida, aislar y evitar su propagación.
Los testeos masivos se tienen que acompañar con la unificación del sistema de salud, todos los recursos con los que se cuenta en el sector privado deben estar bajo la órbita estatal, sumándose a lo ya existente en el sector público y ser controlado por sus trabajadores, como así también la producción de los laboratorios. Solo así se puede garantizar la producción y el acceso al alcohol en gel, jabón, lavandina, guantes o barbijos para las y los trabajadores de la Salud y la población. Y también garantizar más camas y respiradores para todos aquellos que necesiten tratamiento.