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Red Internacional
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Géneros y Sexualidades. Salud Trans en Chile: de invisible a una propuesta sin garantías

Los Estados y sus instituciones han invisibilizado la realidad trans históricamente, apoyados por las iglesias y la derecha, negando Derechos Humanos básicos como es, por ejemplo, el acceso a la salud. En Chile, las expectativas de avanzar al respecto son altas por el recién asumido gobierno de Boric, que se dice feminista. Sin embargo es difícil creer que sin lucha será garantizado el derecho a la salud para les tras, sabiendo que existen aún presxs políticos de la revuelta y mapuche y estado de sitio en el Wallmapu.

Viernes 8 de abril de 2022

Los Estados y sus instituciones han invisibilizado la realidad trans históricamente, apoyados por las iglesias y la derecha, negando derechos humanos básicos como es, por ejemplo, el acceso a la salud. Si bien, la salud no es un derecho plenamente garantizado por los Estados para nadie, especialmente Latinoamérica, las necesidades específicas de las personas trans (aquelle que no está conforme con el género asignado al nacer y transiciona al género sentido propio) apenas existen. Como consecuencia de esto la expectativa de vida de una persona trans en Latinoamérica es de tan solo 35 años, siendo que la de una persona cisgenero (persona que se identifica con el género asignado al nacer) es de al menos 79 años.

El acceso a la salud de calidad es diferente según el rango socioeconómico, de cuánta capacidad de pago se tiene, dejando de ser un derecho para transformándose en una mercancía asegurada solo para los más ricos, es un problema de clase impulsado por el capitalismo. El estado es quién debería garantizarlo para todes, incluyendo un plan específico para las personas trans, en donde se asegure el acceso a acompañamiento sico-emocional por parte de profesionales con perspectiva de género, tratamientos hormonales y todo lo que necesario en la transición de cada persona. Partiendo, incluso, por algo tan mínimo como que se respete el uso del nombre social, tanto en lo administrativo como en el trato, en todos los lugares en donde se preste atención de salud de todo tipo, sin importar si es pública o privada.

Salud Trans en Chile: algo completamente invisible para el sistema público

Actualmente, las expectativas son altas con respecto a lo que se pueda lograr en materia de derechos trans. Específicamente, en cuanto a salud, el programa del gobierno de Boric declara que: “Se desarrollarán campañas de visibilización de atención inclusiva en centros de salud y se impulsarán acciones formativas del personal. Se enfatizará el cumplimiento de las circulares 18, 21 y 34”. Si bien, es necesario visibilizar y formar al personal de salud, lo cierto es que esto es insuficiente, además de ser una propuesta completamente escueta en cuanto al cómo piensa garantizarse esto.

En noviembre del año 2020, el MOVILH (Movimiento de Integración y Liberación Homosexual) realizo una encuesta que donde se explica que " la alta vulnerabilidad de la población trans se refleja en que en la actualidad el 43,2% no está estudiando, ni tiene un trabajo remunerado, mientras que el 38,6% ha recibido al menos una vez en su vida dinero a cambio de sexo. Esto, en un contexto, donde el 93% ha sido discriminada en razón de su identidad de género y, en consecuencia, el 39,5% encuentra obstáculos que le han impedido estudiar, cifra que se eleva al 66,7% cuando se trata de buscar trabajo”. Es claro que no sólo es una cuestión cultural sino que es algo estructural y que los estados y distintos gobiernos refuerzan. Si una persona trans es discriminada de forma que no tenga donde vivir, estudiar ni trabajar, casi no existen herramientas públicas en Chile que garanticen algo. Y las que existen no funcionan de manera correcta. Existe una gran precarización en las vidas de la población trans, provocando daño profundo emocional y sicológico: la tasa de ideas suicidas en es del 61,1%.

Además de un plan de salud trans dentro del sistema público, es necesaria también la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI), que sea aplicada desde las primeras infancias y que esté en concordancia con el sistema de salud, buscando enseñar y acompañar en la construcción de la afectividad, en la prevención del abuso sexual, prevención de las enfermedades e infecciones de transmisión sexual, entre otros, con perspectiva de diversidad sexo-genérica para que sea liberadora y no opresiva. La implementación de esto además aportaría que en los espacios educativos cambiase la dinámica y hubiese cada vez menos represión sexual e identitaria y así las personas diversas y disidentes no sean discriminadas, poder vivir de manera tranquila su infancia y no tengan que reprimir su identidad ni su sexualidad por miedo a ser discriminados.

Es muy importante para esto que los profesionales de la salud sean idóneos para la tarea y sepan sobre los procesos. No es posible que hoy en día endocrinólogos importantes priven a jóvenes y adolescentes el derecho de vivir su transición médica de manera plena y segura para su salud, como lo hizo el Dr. Rafael Ríos, quién hizo una apelación para detener y cancelar todos los tratamientos de supresores hormonales y hormonizaciones cruzadas a los menores de 16 años, a pesar de que estos procesos de deberían de comenzar antes de el inicio de la pubertad que es entre los 9 y 12 años y suspender estos es una total privación de derechos.

Por esto desde Pan y Rosas creemos necesario que se garantice de la salud gratuita de calidad en donde se implemente un plan de salud trans, que incluya acompañamiento psicológico y emocional, que no excluya a los menores de edad y se complemente con la implementación de la ESI, todo financiado con el impuesto progresivo a los grandes empresarios. lo antes dicho es algo básico que podría ser entregado por el gobierno actual. Sin embargo, Boric y su gobierno feminista liberal, que mientras tiene un gabinete con paridad de género y la primera diputada trans de la historia del país, mantiene estado de excepción en el Wallmapu y presxs políticos de la revuelta y mapuche, declara en su programa "visibilización" y que impulsará acciones "formativas del personal" sin ningún tipo de propuesta concreta, como un "saludo a la bandera". Por esto es importante que diversidad y disidencia nos organicemos en conjunto con el movimiento feminista que no sea trans excluyente y con el pueblo explotado y oprimido para unir las luchas, para conquistar en las calles no sólo cosas mínimas como acceso a salud de calidad, si no que todos nuestros derechos.


Aukan Galdames

Docente Transactivista - Militante de Pan y Rosas Chile