En el municipio comandado por el intendente macrista Gustavo Posse, una vez más cuestionado por manejos poco claros en el sector de la construcción, la empresa constructora Zadil S.A. intenta quitarles a los vecinos del barrio “La Uruguay” el único espacio verde de la zona.
Lunes 27 de agosto de 2018 00:00
“La Canchita” está ubicada en la intersección de Cardenal Copello y Udaondo, en el límite entre Beccar (San Isidro) y Victoria (San Fernando). Se trata de un espacio que supo ser un basural y fue recuperado gracias al trabajo de vecinos y distintas organizaciones sociales.
Allí donde el estado burgués estuvo ausente, surgió la auto organización para generar un punto reunión del barrio “La Uruguay”. Allí se realizan todo tipo de actividades comunitarias relacionadas con la recreación, el deporte y el arte.
De acuerdo a un comunicado difundido el jueves último 23 de agosto por el FAR en Marabunta, organización que acompaña la lucha de lxs vecinxs, “hoy la empresa pretende construir en un terreno que fue cedido al municipio por Nación para continuar con los negocios inmobiliarios que la gestión de Gustavo Posse incentiva desde hace años, desestimando incluso las obras de vivienda inconclusa q están en frente del predio. Viviendas q lxs vecinxs vienen sacando adelante al día de hoy”.
El mismo comunicado, que invitaba a sumarse a la concentración en “La Canchita”, desarrollada durante la mañana del viernes 24 de agosto, recordaba que la ley de acceso justo a la tierra (ley 14.449) dice que el uso de la misma debe ser aprobado por el consejo de habita local; confirmado por consejerxs, vecinxs y organizaciones de todos los barrios del municipio. “Esto de ninguna manera sucedió ninguna manera sucedió”, denunciaron desde la organización.
Si bien el municipio se había comprometido a esperar a la reunión vecinal para permitir la continuidad de la obra, Zadil continuaba avanzando con su proyecto inmobiliario especulativo, hasta la concentración del viernes.
Una vocera de la organización informó que el supuesto dueño del terreno se acercó a la concentración. “Él sostiene que fue comprado de buena fe para construir viviendas. Pero dado este conflicto, se comprometió a esperar un mes para seguir construyendo. Hasta entonces la idea es poder rastrear el origen de ese terreno y si realmente es legal la compra”.
El supuesto dueño llegó acompañado por personal municipal y custodia policial. El municipio, por supuesto, no dio ninguna respuesta. “Ellos sostienen que el terreno es privado y no pueden intervenir -explicó la compa-. No se comprometieron para nada a colaborar. Eso es lo que más dudas nos genera. No tienen como demostrar esa legalidad. Y son quienes más acceso tendrían a investigar los pases de mano de esa tierra. Sin embargo, no dieron respuesta alguna a pesar de las demandas de vecinxs”.
Entre los representantes del estado burgués que se acercaron a la toma, se presentó un concejal de Unidad ciudadana de San Isidro con dos secretarios, quienes se comprometieron a acompañar la investigación.
El acuerdo implicó una reunión con la empresa para dentro de un mes, con el objetivo de evaluar la situación dominial de “La Canchita”. Mientras tanto, acompañarán la investigación que se abrirá respecto a todos los antecedentes relacionados con el terreno.
“En principio para la comunidad haber frenado la obra es una conquista, aunque sea parcial”, concluyó la compa. El mero hecho de que la obra se haya frenado indicaría que existe algún tipo de irregularidad con la obtención del terreno.
Lxs compas y lxs vecinxs saben que la lucha por “La Canchita” recién comenzó, una lucha de tantas en medio de una crisis económica de la que se sacan rédito, entre otros burgueses, los especuladores inmobiliarios. Y, como de costumbre, allí está Cambiemos para ayudarlos.