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Red Internacional
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San Nicolás: un movimiento de mujeres, dos direcciones.

El pasado jueves, organizaciones de mujeres, políticas, sociales, sindicales y familiares de víctimas de femicidios, volvieron a las calles para marchar contra la violencia machista. La misma concluyó en dos actos diferenciados.

Sábado 27 de noviembre de 2021 20:11

En el marco del día de lucha contra la violencia hacia las mujeres, las calles de San Nicolás se llenaron de cientos de pibas, trabajadoras, desocupadas, que salieron a gritar Ni Una Menos, contra la violencia machista y contra el ajuste de los gobiernos y el FMI.

En una marcha de más de 600 personas, las calles volvieron a ser testigos de la fuerza de las mujeres y disidencias, que cerraron en dos actos simultáneos.
Uno de los actos cerró la marcha frente al municipio y del cual fueron partícipes organizaciones de mujeres, políticas, sociales y sindicales que conforman la “Multisectorial” de mujeres que actualmente son parte del gobierno.

Desde hace años el Movimiento de Mujeres de San Nicolás está atravesado por una política por parte de las organizaciones de mujeres que conforman el Frente de Todos, que pretende arrogarse la representación del conjunto del movimiento de mujeres, pero con espacios y micrófonos cerrados que no hace más que vedar y dejar afuera las voces críticas y lo que la oposición y las independientes que pelean todos los días, gobierne quien gobierne, tienen para denunciar. Esta situación además de crear mecanismos que dejan por fuera cientos de voces y la participación de la bases, se convierte en un obstáculo mayor cuando lejos de construir el movimiento de mujeres, se limita cada vez mas a aislarlo y levantar demandas que no cuestionan ni denuncian las políticas del Gobierno nacional y provincial que cada vez se recrudecen sobre el colectivo de mujeres y disidencias.

El otro acto, del cual fueron parte mas de 300 personas, fue protagonizado por las agrupaciones de mujeres del Frente de Izquierda Unidad, por Pan y Rosas, el Plenario de Trabajadoras y las mujeres y juventud del Polo Obrero.

El programa fue claro: “Basta de femicidios, travesticidios y violencia machista”; “El ajuste del FMI y los gobiernos también es violencia”; “Aparición con vida de Tehuel”; “ESI laica y científica en todas las escuelas”.

La pandemia y las políticas de ajuste del gobierno nacional y los gobiernos provinciales empeoraron las condiciones de vida de millones de mujeres y disidencias sexuales, condenando a mujeres y niñas a la absoluta miseria. Lo que se necesita es plata para vivienda, refugios, trabajo, educación y para un plan de emergencia contra la violencia de género, todas cuestiones elementales, básicas, que permitirían al menos paliar la situación de las víctimas de este flageo. Sin embargo, lo que se prioriza es el pago de la deuda con el FMI.

En lo que va del año, hubo 227 femicidios y 10 transfemicidios o travesticidios en el país: uno cada 30 horas. La provincia de Buenos Aires fue la jurisdicción donde se registraron la mayor cantidad de casos. Además, del total de femicidas, 27 son agentes o ex agentes de las fuerzas de seguridad y 17 de ellos tenían dictada una medida cautelar de prevención. La impunidad que los encubre es la misma que protege a los asesinos de Elías Garay durante el ataque que sufrió la comunidad mapuche en un territorio militarizado por la policía de Río Negro y la Gendarmería Nacional, a la Metropolitana que asesinó a Lucas González o la Bonaerense que desapareció y asesinó a Facundo Castro, y que actualmente sigue dejando impune los homicidios de Ulises y Ezequiel en nuestra ciudad.

Mientras se destina más presupuesto para armar a las fuerzas de “seguridad”, el gasto que se destina a la creación de viviendas y a la atención y prevención de la violencia machista, se siguen recortando. El Estado dio claras respuestas y mostró cuales son los intereses que privilegia con la represión a Guernica, comandada por Axel Kicillof y Sergio Berni y en el barrio Fuerza de Mujeres de la Villa 31, con la represión a manos de Larreta.

Todas estas son expresiones del brutal ajuste que recae doblemente sobre las mujeres y las disidencias sexuales, en la juventud que no tiene posibilidades de aspirar a un trabajo genuino con plenos derechos y en los barrios populares de todo el país.

La creación de Ministerios y Secretarías de Género, lejos de cambiar la realidad que viven las mujeres y disidencias y de tirar abajo el patriarcado, solo sirven para sostener estas políticas de ajuste. Por eso también es urgente que los sindicatos como la CTA, ATE y Suteba, sean quienes se pongan a la cabeza de la organización para enfrentar los planes de ajuste del gobierno de la mano del FMI.

El movimiento de mujeres y disidencias tiene el enorme desafío de recuperar la fuerza de la marea verde y el Ni Una Menos, para unirla con la pelea de quienes se levantan por el derecho a la vivienda, contra el ajuste, contra la precarización laboral, contra el gatillo fácil, y contra toda forma de violencia machista.