Está convocada para las 16h en la plaza central. Semanas después de la XXXI marcha en CABA, donde una multitud se movilizó por la visibilización y en contra de la discriminación a la comunidad LGBTIQ+. Desde Pan y Rosas en el FITu denunciamos el ajuste del gobierno y el FMI. La marcha local se convoca con consignas políticamente correctas pero sin denuncias a los responsables del ajuste que golpea nuestros cuerpos.
Sábado 19 de noviembre de 2022
Fotografía: Enfoque Rojo
En esta tercera edición, la comisión organizadora, que se presenta como Colectiva Transfeminista APartidaria, convoca a marchar bajo tres consignas centrales. La primera de ellas reza que "la deuda es con nuestra existencias”. Tal como lo planteamos y denunciamos desde Pan y Rosas en el último Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias que se realizó en San Luis, las mujeres y diversidades somos la primera línea ante el ajuste del Gobierno bajo la bota del FMI y la oposición de derecha que pide más.
Denunciar que la deuda es con nosotres implica denunciar también al gobierno del Frente de Todos, con Alberto Fernandez, Cristina y Massa a la cabeza, quienes son los garantes ante el ajuste. Como lo vemos en el proyecto de presupuesto 2023, presentado por el oficialismo y ya aprobado en la Cámara de Diputados, el cual contiene un fuerte ajuste en áreas sociales, prioriza el pago de la deuda y el cumplimiento de las metas del FMI.
La segunda y tercera consigna plantean, textualmente, “sin reparación no hay justicia social” y “Ley integral Trans”. Ahora nosotres nos preguntamos: ¿Hay justicia social cuando devalúan la vida de las trabajadoras, pagando una deuda externa?; ¿Es justicia social que voten un presupuesto de ajuste para el 2023, deteriorando aún más nuestra calidad de vida?, ¿Es justicia social tener un Ministerio de la mujer que no tiene incidencia real frente a las problemáticas de las mujeres y las disidencias?. El contrato social se cae de maduro cuando en los hechos llevan adelante las políticas de ajuste.
Como Pan y Rosas en el Frente de Izquierda Unidad participamos de la 31° marcha que se realizó el 5 de noviembre en CABA, denunciando todo esto, porque sabemos que somos les estudiantes, las mujeres y LGBTIQ+ de los barrios, les que estamos detrás de las vinchas en los call centers, en las aulas, en las fábricas, hospitales, pedaleando en las bicicletas de Rappi o Pedidos Ya, les que sentimos el ajuste en nuestros bolsillos y en nuestros cuerpos.
San Martín está gobernado por el propio Frente de Todos y no se queda afuera de esta lógica. La marcha se da en un distrito donde se expresa brutalmente la vulnerabilidad que sufrimos las disidencias, las mujeres y el pueblo pobre. Hace menos de un mes, nos sacudió la noticia de Brenda, una trabajadora sexual, que sufrió un intento de transfemicidio y ahora está internada con el 70 por ciento del cuerpo quemado en el Hospital Eva Perón. Mientras, el municipio hace oídos sordos a los reclamos que denuncian persecusión de la policía bonaerense y municipal.
“Nos vemos violentadas por la policía provincial y municipal que hace su caja chica con nosotras. Esto pasó con otras compañeras como Mónica, Marimar, Brenda y otras tantas más, que quedan invisibilizadas”, sostuvo Paola Acevedo, coordinadora y referente de El Teje de San Martín, a la Agencia Presentes cuando se conoció el caso. Estas denuncias también deberían expresarse en la marcha y brillan por su ausencia en la convocatoria.
Como sabemos, la primera marcha del orgullo surgió en Estados Unidos a partir de la revuelta de Stonewall, cuando trans, lesbianas y gays, cuestionaron el sistema y enfrentaron la persecución de la policía de Nueva York. Hoy, 53 años después de Stonewall, debemos retomar la tradición de lucha y coordinación del movimiento LGBTIQ+, como cuando las organizaciones de diversidades inglesas se unieron a las huelgas impulsadas por los trabajadores mineros contra el ajuste del gobierno de Margaret Thatcher. Desde Pan y Rosas, creemos que silenciar las responsabilidades políticas sobre nuestra realidad de ajuste y opresión, poco tiene que ver con reivindicar al orgullo surgido en la revuelta. Porque nos sigue faltando Tehuel y queremos su aparición con vida ya, además de que día a día sufrimos las peores atrocidades de este sistema. Vamos a seguir luchando por todo lo que nos falta conquistar y arrebatar. Por la separación de la Iglesia y el Estado y contra el ajuste de los gobiernos y el FMI que nos roba nuestras vidas.
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Desde Pan y Rosas y el PTS, nos venimos organizando a lo largo de todo el país para poder fortalecer las luchas que atravesamos y protagonizamos, como por ejemplo se dio esta misma semana con los residentes de salud. Proponemos la conformación de una gran coordinadora para constituir un polo de los sectores combativos de la clase trabajadora, del movimiento de mujeres, disidencias de la juventud y del pueblo pobre, que defienda un programa para que la crisis la paguen los capitalistas y podamos derrotar, rompiendo la tregua de las centrales sindicales con el régimen, el plan de ajuste del gobierno, la derecha y el FMI. Por medio de esa organización, en los hechos podemos coordinar nuestras demandas de cada sector, como por ejemplo la Ley integral trans y como fueron los ejemplos como la lucha de Higui, los trabajadores del neumático y salud, que nos mostraron que luchar sirve.
Macarena Schvintt
Graduada de IDAES de la Universidad Nacional de Gral. San Martin.