El sábado 16 de julio pasado, comenzó un importante conflicto laboral en el yacimiento minero Cerro Moro, ubicado en cercanía de la localidad de Puerto Deseado. Dicha empresa minera está explotada por la empresa multinacional de capitales canadienses Yamana Gold, extrayendo oro y plata. Allí existen reclamos laborales y falta de respaldo del gremio AOMA, ante las medidas de fuerza que están llevando los trabajadores, con una militarización policial enviada por el gobierno provincial de Alicia Kirchner.
Miércoles 20 de julio de 2022 22:32
El gobierno provincial se ufana de la producción minera que existe en Santa Cruz y la riqueza que genera, intentando ser un modelo de extractivismo para el resto del país. Recientemente, la vicepresidenta del gobierno nacional Cristina Fernández, afrimó que Santa Cruz es la provincia con más ingresos de dólares per capita, a través de la minería y el petróleo . Sin embargo, esas millonarias ganancias no la perciben las y los trabajadores que viven en la provincia y tampoco los trabajadores que se desempeñan en yacimientos como Cerro Moro.
Cerro Moro
La Izquierda Diario entrevistó a Lucas Olaz, uno de los delegados que encabezan el conflicto en Cerro Moro, desnudando la precariedad laboral, los bajos salarios, la falta de seguridad laboral, las dificultades y riesgos para llegar al yacimiento. También remarcó la complicidad del gremio AOMA, junto a Yamana Gold y el gobierno provincial para aislar la lucha que llevan quienes trabajan allí.
¿Dónde se encuentra Cerro Moro?
Cerro Moro esta ubicado a 120 kilómetros de Puerto Deseado, por la Ruta Provincial 47, en el kilómetro 86, donde está la Estancia El Mosquito.
¿Cuántos trabajadores hay en la empresa minera?
Más o menos, dentro de la empresa madre y en el convenio de AOMA, serán unos 750 empleados entre los dos turnos. Con el resto de las contratistas llegaremos a unas 800 personas trabajando en Cerro Moro.
¿Cómo empezó el conflicto y cuales son los reclamos?
El conflicto lleva varios años. Yo llevo cuatro años trabajando y venía de otro yacimiento llamado Cerro Vanguardia.
Cuando llegué, Cerro Moro todavía no estaba declaradada como una empresa minera y no estaba construida la planta de procesamiento. Soy técnico mecánico en la parte de la planta de trituración y proceso. Me habían hecho una buena propuesta como experiencia y cuando empecé a trabajar en Cerro Moro, cobraba la mitad de lo que cobraba en Cerro Vanguardia. Nos prometían que en cuanto saquemos el primer lingote de oro, iba a mejorar pero nunca fue así.
Nunca llegó el despegue salarial que nos habían dicho. Incluso las paritarias no las manejaba el gremio, lo negociaba la Cámara Argentina Empresarios Mineros. Recién este año se liberó las paritarias y ya no decide la CAEM, las escalas de porcentajes para los diferentes yacimientos.
Este año tuvimos elecciones de delegados ya que no teníamos elecciones desde el año 2013. Ese año se eligieron cuatro delegados entre setenta empleados. Dos de esos delegados se van del yacimiento y quedan dos delegados y uno de ellos se libera de su función por tareas gremiales y no vuelve a trabajar más. El único delegado que quedaba, empezó a gozar de privilegios e impedía que haya elecciones a delegados y siempre respaldado por la propia comisión directiva del gremio.
En el año 2019 se llamó a elecciones de delegados y me presenté a candidato, pero a una semana de las elecciones se suspende sin justificación. En verdad era porque los candidatos que se presentaron no estaban bien vistos por la comisión directiva del gremio. Luego llegó el año 2020, no hubo elecciones por la pandemia y tuvimos que esperar hasta este 2022, donde quedamos elegidos como delegados cuatro, de los cuales tres lideramos la medida de fuerza y no respondemos a la comisión directiva de AOMA. Es porque nosotros no somos ajenos a la realidad de los compañeros y el dirigente máximo del gremio tiene que respaldarnos porque vivimos la falta de seguridad, no somos bien remunerados y ya llevamos cuatro años así. Somos gente calificada que nos fuimos instruyendo para estar aquí electos.
Entonces la gota que rebalsó el vaso, fueron los caminos que llevan al yacimiento. Son intransitables en épocas invernales. Chocan los vehículos y en un trayecto de 120 kilómetros que deberíamos tardar dos horas en transitar, tardamos seis o siete horas. Eso ocurre porque la empresa no realiza las mejoras, no nos proveen de vehículos 4x4 y los vehículos que transitan quedan atascados en el barro.
Hicimos una asamblea para discutir este problema y le dimos dos meses a la empresa para que lo resuelva. A la comisión directiva del gremio provincial y nacional también le pedimos una reunión con el secretario general de AOMA, pero tampoco nos respondieron.
Entonces la asamblea decidió realizar una medida de fuerza porque no se garantizaba la seguridad, los vehículos están mal mantenidos para el avance en la mina subterránea, tampoco se tiene los chequeadores de multigases. Ocurrió que en uno de los portales se estuvo tres días sin trabajar, porque el aparato multigas no detectaba que tipo de gas había en la galería y podía ser nocivo para la salud. Luego la gente siguió yendo a trabajar a pesar de que el aparato marcaba error y saltaba la alarma constante, demostrando que es algo nocivo. Después se llegó a la conclusión que era gas sulfhídrico y tiene un olor nauseabundo similar a huevo podrido.
Tampoco hay análisis periódicos y la última vez que se hizo la revisación médica fue hace cuatro años atrás. Trabajamos con sustancias químicas como el cianuro, el peroxido, con cal y otras sustancias peligrosas. Por eso necesitamos análisis periódicos para saber si nos está afectando nuestra salud.
La medida se decidió en asamblea, el sábado 16 de julio fue de una huelga de brazos caídos, comenzando con los trabajadores que somos de la empresa madre, junto a quienes trabajan en las empresas contratistas y votaron en la elección de delegados. Esperábamos el respaldo de la comisión directiva, porque ya no tenemos seguridad de que vamos a volver sanos y salvos a nuestras casas.
Nuestros reclamos eran acerca de los análisis periódicos, los aportes jubilatorios, las pasantías, que deberían ser para quienes están estudiando aquí en la mina. El caso es que ingresó personal femenino mediante un plan de 500 mujeres, que es un programa de precarización laboral en su máxima expresión, ya que cobran $33.000 de bolsillo, trabajando 12 horas por día y con el régimen de 14 por 14 días. En otras empresas, las mujeres que trabajan en un plan similar cobran $60.000 y aún así es precarización laboral porque tampoco les alcanzaría con ese sueldo para vivir aquí en Santa Cruz.
Por eso, seguimos esperando que se haga presente el ministerio de trabajo. Únicamente se presentó Renato Bonilla, como policía de trabajo, representando al Ministerio de Trabajo provincial de zona norte. Lo hizo sin mostrar credenciales que avale su cargo de funcionario. Nos presionó diciendo que estábamos haciendo algo ilegal, aún sin saber cuáles eran los reclamos que hacíamos. Le dijimos que queríamos una recomposición salarial, que se nos respete los días caídos y que hable frente a los compañeros. La gente cuestionó la prepotencia con la que hablaba Bonilla.
Hay que remarcar que la mano de obra cobra en pesos argentinos y cada vez es más barata, pero las empresas ganan en dólares. Los recursos que extraen no son renovables. Además, esta empresa minera no deja nada en Puerto Deseado, porque no se nota que aporte a la sociedad. Hay intereses políticos que impiden que se destrabe esto. Pero no es imposible ganar este conflicto. Nosotros tenemos una consigna que dice: “Moro unido, no será vencido”.
¿El lunes 18 de julio, ingresó una dotación de infantería de la Policía de Santa Cruz allí?
Ingresaron de una manera poco amistosa y persiguiendo a la gente. Sabemos que están en alguna parte del yacimiento. Nosotros nos refugiamos en el salón de usos múltiples para no caer en alguna provocación. Pareciera que estamos en una dictadura militar porque tenemos que andar de a cuatro compañeros y no correr riesgos. Dentro de la gente que estamos, hay cuatro mujeres con un valor impresionante porque van al frente como muchos hombres no lo hacen. De esa manera se demuestra que el reclamo que estamos realizando es justo.
Mientras las y los trabajadores denuncian las deplorables condiciones laborales, Yamana Gold y los medios de prensa oficialistas del gobierno provincial, acusan a los delegados agrupados en la Agrupación 27 de Julio como violentos. Los amedrentan con la policía para derrotar el conflicto. El secretario general Javier Castro del gremio AMOA, no se solidarizó con el reclamo laboral y mucho menos con las denuncias de los delegados de Cerro Moro, llegando a coincidir con el Ministerio de Trabajo de una medida ilegal.
Durante el mes de mayo, Yamana Gold publicó que tuvo un trimestre excepcional, produciendo 25.254 onzas de oro y 1.530,686 onzas de plata. Es una producción de más de un 70% y espera aumentar su producción.
Los contrastes son notorios entre las ganancias millonarias en dólares para las empresas mineras, pero con salarios cada vez más devaluados para quienes trabajan.