Un 11 de julio de 1971, se nacionalizó el cobre, y se rememora como día de la dignidad nacional, aunque el 70% está en manos de empresas privadas nacionales y extranjeras para que después digan que “no hay plata” para salud, educación y pensiones.
Nicolás Miranda Comité de Redacción
Miércoles 12 de julio de 2017
Desde la creación de Codelco en 1976, la empresa estatal ha entregado más de 100 mil millones de dólares al Fisco. Las empresas imperialistas, en cambio, se han llevado 120 mil millones de dólares solo entre 2005 y 2014.
Si esos 120 mil millones de dólares se hubiesen, por ejemplo, invertidos como fondos soberanos, rentarían un flujo de más de 7 mil millones de dólares por año. Se estima que el costo de la gratuidad universal para la educación, es de 4.500 millones de dólares. Sobraría para invertir en la Salud, y terminar también con el negocio de las Isapres que resulta en una salud para ricos y otra para pobres.
Además, de las ganancias que se llevan saqueando el metal rojo, casi ninguna de estas empresas imperialistas paga los impuestos a la renta, a lo más, el impuesto específico a la minería, mal llamado royalty, con una ínfima cantidad. Es que poseen múltiples mecanismos para evadir el pago de impuestos, como declarar ganancias menores a las reales.
Tan así es, que en el 2016, la minería estatal aportó 884 millones de dólares, mientras que la gran minería privada solo 30 millones de dólares. Más aún, aunque los yacimientos son de propiedad del Estado, gracias a las leyes conjuntas de la dictadura y los gobiernos de la Concertación, se pueden concesionar. Y hoy, más del 70% está en manos de empresas privadas nacionales y extranjeras.
Después dicen que no hay plata para salud, educación, pensiones o vivienda.
No todo termina ahí. Con la privatización, paulatinamente ha ido aumentando la explotación del trabajador minero. La mejor muestra es que casi el 70% de los trabajadores son externos, subcontratados, para rebajar los sueldos y debilitar la organización sindical.
Se ha terminado ya el “súper ciclo” de los precios del cobre, pero el precio actual está todavía por encima del promedio de los últimos 40 años, que permitieron fabulosas ganancias para los privados y un aporte importante de Codelco al estado para financiar los gastos sociales. Además, Chile por sí solo posee casi el 40% de las reservas mundiales del mineral, lo que le permitiría regular los precios mundiales.
Aunque parezca increíble, la propia dictadura, que dio el inicio al proceso de privatización que culminó la Concertación, mantuvo en la Constitución de 1980 la vigencia de la Ley de la Nacionalización de 1971, por lo que la gran minería puede ser nacionalizada por un decreto de la presidencia y sin pagar un solo peso por los yacimientos nacionalizados, e indemnizando solo las instalaciones.
Pero no se trata solo de leyes o de grandes acuerdos nacionales. La nacionalización de 1971, tuvo como trasfondo el ascenso de la lucha de clases, con los trabajadores y con ellos el resto del pueblo pobre, avanzando y haciendo retroceder a los empresarios para la conquista de sus derechos e intereses.
Ahora se intenta nuevamente privatizar Codelco. La derecha lo tiene entre sus objetivos hace rato, y con Piñera volverán a intentarlo engañosamente, hablando de una “apertura a la Bolsa”. La Nueva Mayoría le abre la puerta, permitiendo que en su directorio estén los gerentes de las grandes transnacionales, y dejando hacer malos negocios que producen pérdidas para crear un clima que hable de la “ineficiencia estatal” que sea favorable a la privatización. Por eso, no solo hay que re-nacionalizar el cobre e impedir el saqueo de las multinacionales, sino que ponerla a producir bajo gestión de sus trabajadores.