Este miércoles, Canadá pasó a ser el segundo país en legalizar el uso recreativo de la marihuana. Esta noticia abre paso a poner en cuestión la política prohibicionista de casi el total de los gobiernos a nivel mundial, ¿quién gana con la ilegalidad?

Camilo Jofré Profesor, militante del PTR e integrante de la agrupación de trabajadores de la educación Nuestra Clase.
Viernes 19 de octubre de 2018
Este miércoles en Canadá, uno de los siete países cuyo peso económico, político y militar los hace pertenecientes al grupo de los siete (G7), se convirtió en el segundo país en legalizar el uso recreativo de la marihuana, rompiendo con su prohibición luego de 95 años.
El país a través de estadísticas censales arroja que 42,5% de canadienses ha probado marihuana, y el 16% de ellos consumió dentro de los últimos 3 meses. La expresión de casi un siglo de prohibicionismo se contrastaba con los altos índices de consumo en el país.
¿Un avance para la conquista de nuestros derechos?
Hay muchas cosas que poner en cuestión cuando hablamos sobre la legalización de la marihuana:
Primero, es central entender por qué en un país que más allá del alto consumo por parte de sus habitantes, pudo convertirse luego de Uruguay en el segundo país en legalizar la marihuana.
La primera respuesta, es que no solo en Canadá, sino que a nivel mundial, la lucha por la legalización de la marihuana viene cada año sumando a más personas, siendo en su mayoría jóvenes que chocan una y otra vez con las políticas prohibicionistas y conservadoras de sus respectivos gobiernos.
Una segunda respuesta, puede ser que su uso en el comercio, ya se ha concretado de alguna u otra forma, siendo la marihuana parte de un mercado que estos últimos años ha venido en aumento, y que se vincula precisamente con el cuestionamiento que millones empiezan a hacerse, dotando al movimiento de una cultura pro cannabis.
Estos elementos de conjunto irán desarrollándose en el tiempo, pero tampoco podemos caer en que es una lucha que avanza por sí sola, con un motor puramente cultural. La llegada de sectores reaccionarios a gobiernos como el de Brasil, deberían alertar a quienes apuesten a conquistar el derecho de la legalización.
Aun así, la legalización en Canadá abre paso y empuja a que millones de jóvenes vean que es posible conquistar este derecho.
Un paso adelante contra el narcotráfico
La primera mitad del siglo XX, se caracterizó por las medidas prohibicionistas de los gobiernos burgueses que apuntaban a ilegalizar la marihuana. Esto abrió todo un mercado de organizaciones dedicadas al narcotráfico, siendo este uno de los más grandes negocios que llega a vincular a políticos, el sistema policial, y el poder financiero. No solo eso, hoy en día los gobiernos ocupan la ilegalidad para criminalizar, perseguir y reprimir a la juventud.
Son precisamente los sectores más precarizados de la sociedad, los que más pagan el peso de la ilegalidad. Son jóvenes, mujeres, inmigrantes que por algunas sumas de dinero intentan ingresar drogas en las fronteras. No son los grandes narcotraficantes quienes se ven afectados por los negocios que realizan, en donde juegan con la vida de personas que arriesgan todo por un par de monedas.
Legalizar la marihuana en Chile y el mundo, le pondría fin al negocio de los grandes narcotraficantes que impunemente se benefician a través de su prohibición. Pero al mismo tiempo es necesario debatir si serán las grandes empresas, o los trabajadores y el pueblo quienes puedan acceder a ella sin que esta se termine convirtiendo en un nuevo negocio.