La Plaza Syntagma ha sido escenario de movilizaciones por segundo día consecutivo, después de una jornada de huelga general contra los recortes del gobierno Syriza.
Josefina L. Martínez @josefinamar14
Jueves 18 de mayo de 2017
El Parlamento griego votaba la noche del jueves un nuevo plan de recortes y ajustes contra el pueblo griego: tijeretazo a las pensiones y subidas de impuestos para los ingresos más bajos, mientras se reducen las cargas fiscales para los ricos. Todo un paquete a la medida de la Troika (BCE, FMI, UE), a tono con los planes privatizadores y neoliberales que vienen aplicando los gobiernos griegos desde que estalló la crisis, hace casi una década.
People gather in Syntagma to protest against further austerity measures being voted tonight in the Parliament#Greece pic.twitter.com/NRWQTRIdbX
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Tension continues at Syntagma in Athens#Greece pic.twitter.com/sDsLjBW1aB
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People haven't left Syntagma despite the tear gas. Some more tension a few mins ago#Greece pic.twitter.com/1Wcw2cozrJ
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Al mismo tiempo que se desarrollaba la movilización, se mantenían huelgas parciales en el transporte, los ferries y las clínicas. El miércoles Grecia vivió una huelga general que paralizó los trenes, buses y el metro, además de afectar los servicios públicos y el sector privado. Más de 15.000 personas participaron de la manifestación convocada por los sindicatos, que terminó con represión, cargas policiales y gases lacrimógenos.
Los sindicatos y la izquierda denuncian que el paquete de medidas del gobierno de Syriza es un “cuarto memorándum”, impuesto nuevamente mediante el chantaje de las instituciones financieras y de la Unión Europea. "No a los viejos y nuevos memorandos", "Levantaos contra nuevos robos y engaños", decían algunas de las pancartas que desfilaron por la plaza en el centro de Atenas.
Alexis Tsipras negoció las nuevas medidas de recortes y ajustes con los organismos financieros y Bruselas, a cambio de un nuevo desembolso para el “rescate” griego. Se trata de un circulo viciado de endeudamiento, recortes y empobrecimiento para el pueblo, que viene funcionando en Grecia desde hace años. El objetivo del gobierno es recortar unos 4.900 millones de euros anuales de los presupuestos.
El gobierno de Syriza, que cuando llegó al poder era presentado por la izquierda mundial como un ejemplo de una “nueva izquierda antiausteridad”, terminó siendo el agente directo de los planes de la Troika en Grecia, repitiendo las políticas antiobreras de los gobiernos anteriores, conservadores y socialdemócratas. Esto ha provocado una profunda decepción en amplios sectores de trabajadores y jóvenes que habían depositado esperanzas en ese partido. Pero también ha generado mucho enojo, y este comienza a expesarse en una nueva oleada de protestas.
"Las cosas solo podrían cambiar si una plataforma de izquierdas alternativa a Syriza presentara un programa con el que fuera capaz de convencer y movilizar al pueblo", decía en declaraciones a la prensa María, una maestra de 60 años. María, como muchos de los que votaron a Tsipras en 2015, considera que el gobierno de Syriza "ha engañado dos veces al pueblo, la primera con el programa de Salónica y la segunda con el referéndum".
La huelga general del miércoles ha sido la primera del año contra el gobierno de Syriza. Seguro no será la última.
Josefina L. Martínez
Nació en Buenos Aires, vive en Madrid. Es historiadora (UNR). Autora de No somos esclavas (2021). Coautora de Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.
