Descuido y falta de previsión coronaron la administración de Margarita López Portillo al frente del Radio Televisión y Cinematografía, reportes oficiales hablan de cinco muertos, cincuenta y un heridos, y la desaparición de más de seis mil filmes.
Lunes 25 de marzo de 2019
A las 15:50 horas del 24 de marzo de 1982 la estación de bomberos recibe una llamada de emergencia que reportaba un incendio en la Cineteca Nacional ubicada en ese entonces en la esquina de Tlalpan y Río Churubusco. Poco se pudo hacer, las llamas devoraron el acervo fílmico nacional conformado por 6,500 títulos, muchos de los cuales eran copias únicas.
La versión oficial de la Procuraduría General de la República dictaminó que el incendio se provocó por un corto circuito en el área superior de las bóvedas y al trasmitirse el calor a las inestables películas de nitrato provocaron las llamas y la explosión. “Sin embargo, otras fuentes afirmaron que el incendio se debió al descuido y la falta de previsión por parte de las autoridades correspondientes”. [1]
El entonces presidente José López Portillo estaba al final de su mandato y había sobrevenido una crisis económica de gran magnitud, además había sido cuestionado por su nepotismo. Ejemplo de ello fue su hermana Margarita López Portillo la cual estaba al frente de la Dirección General de Radio Televisión y Cinematografía (RTC) de la que dependía la Cineteca Nacional inaugurada en 1974.
La misma noche del incendio la directora de RTC declaró, “Yo sabía el peligro que había; así que para mí es doblemente doloroso: se pudo evitar y no se evitó”. [2]
La hermana del presidente hacía referencia a que la Cineteca se construyó sobre las bóvedas destinadas a la preservación de películas de acetato, material no inflamable ni explosivo, pero que con el tiempo albergó unas 2 mil películas de nitrato esto porque no se contaba con las instalaciones especializadas que requería este material inestable.
“…nos dijeron: dejen sus cosas ahí, ahorita regresan y vimos como salía humo gris denso, luego se convirtió en color naranja; en ese momento llegaron nueve bomberos supuestamente iban a apagar lo que se estaba quemando, pero el humo se soltó más fuerte y dijeron: ¡Corran porque esto va estallar!”.
“…nos dijeron: dejen sus cosas ahí, ahorita regresan y vimos como salía humo gris denso, luego se convirtió en color naranja; en ese momento llegaron nueve bomberos supuestamente iban a apagar lo que se estaba quemando, pero el humo se soltó más fuerte y dijeron: ¡Corran porque esto va estallar!”.
Esto narró una trabajadora de la Cineteca Nacional quien recordó como salían muchos chicos con uniforme verde de la sala Fernando de Fuentes donde se exhibía la película La tierra de la gran promesa de Andrzej Wajda.
En el Salón Rojo se proyectaba Retrato de una mujer casada, fue de las primeras salas en ser evacuada, en un principio los asistentes se negaron, especialmente porque en la película de Wajda se desarrollaba una explosión, esto recuerda el crítico de cine Jorge Ayala Blanco en el documental Los rollos perdidos (2012) de Gibrán Bazán.
El incendió duró seis horas y al final los diarios reportaron cinco personas muertas, 50 lesionadas y la evacuación de 150 niños de una casa cuna cercana. Las ruinas humeantes fueron el testimonio del fracaso de la administración de los hermanos López Portillo, que había carbonizado la memoria fílmica del país.
Tras las investigaciones muchos pidieron responsabilizar a la dirección de la RTC, incluso un diputado federal del Congreso de la Unión pidió a Margarita López Portillo proporcionar los nombres de los responsables y planteó que de no hacerlo sería tachada de cómplice.
Recordemos que desde 1976, cuando inicia la administración de José López Portillo, hubo una decena de cambios en los mandos de la Cineteca Nacional, además que se había hecho notar que arquitectónicamente no era correcto poner salas públicas en las cercanías de bóvedas de almacenamiento.
Nunca se responsabilizó a nadie del incendio, Jorge Durán Chávez director de Cinematografía fue el único que renunció. El especialista de cine Emilio García Riera pidió la renuncia de la señora López Portillo [3] Esto nunca se dio y se llegó al absurdo de nombrarla “Mujer del año”.
Nueva Cineteca
Será hasta 1984 cuando la Cineteca Nacional será reubicada en la Plaza de los Compositores sobre esto recuerda el catedrático Miguel Barbachano Ponce, “… resucitó de sus cenizas gracias al esfuerzo de un fideicomiso institucional. Hay que revivir el caso, el cual confiere a las autoridades”.
De esta manera y gracias a donaciones de autores como Fernando de Fuentes, Gabriel Figueroa, el Canal 13 que en ese entonces era estatal, etc., la Cineteca Nacional empezó a incrementar nuevamente su acervo.
Así, el recinto cinematográfico más importante del país ha subsistido con ampliaciones y remodelaciones, como en el sexenio de Felipe Calderón cuando se inauguraron cuatro salas nuevas y un estacionamiento, lo que implicó un aumento del presupuesto original que nunca fue aclarado.
En semanas recientes se dio un escándalo: la adquisición de petates llamó la atención sobre la administración del actual director Alejandro Pelayo quien por segunda ocasión dirige la Cineteca y hasta el momento no ha sido relevado por la administración de Morena.
Es importante poner atención en estos momentos en la Cineteca Nacional pues el sector cultural es uno de los más golpeados por la austeridad de la Cuarta Transformación. Esto puede poner en riesgo el acervo fílmico nacional, no está de más mantenerse atentos y aprovechar las instalaciones hay mucho de su acervo disponible para el público en generak y también para los cinéfilos.
[1] Villalva Peniche, Sue-Allen, tesis Estudio de una instancia estatal para la difusión cinematográfica: la Cineteca Nacional, Universidad Anáhuac, Escuela de Ciencias de la Comunicación, México, 1999, pág. 105
[2] Rodríguez Amante, Luz Abril, tesis Silencio… luces… cámara: Cineteca Nacional (Reportaje), UNAM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, México, 1998, pág. 29.
[3] En su libro Breve Historia del cine mexicano, publicado en 1998, plasmó esta severa crítica:
“La gestión de Margarita López Portillo resultó calaminosa Rodeada de consejeros culturales con una inculta idea del cine, una idea atrasada y desdeñosa, y de otros motivos por voracidades inconfesables”.