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Red Internacional
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Elecciones en Brasil. Segunda vuelta en São Paulo: desde la extrema derecha al Frente amplio

Las elecciones municipales en São Paulo están siendo un verdadero laboratorio para la extrema derecha con el objetivo de renovarse para disputar el liderazgo al bolsonarismo más radical. Sin embargo, lo que ha quedado claro es que, a pesar de las diferencias y disputas, las diferentes variantes del bolsonarismo están unificadas en el ataque a la clase trabajadora. Y aunque Bolsonaro se encuentra inhabilitado para participar de las elecciones, logró que su Partido Liberal (PL) se haya posicionado en la segunda vuelta de las elecciones.

Domingo 27 de octubre 11:26

Según un sondeo del instituto Datafolha del día jueves 24/10, Ricardo Nunes, actual intendente de Sao Paulo, del MDB (Movimiento Democrático Brasileño, de centro derecha), respaldado por Jair Bolsonaro, sería reelecto. La encuesta indicó que Nunes goza de una importante ventaja (49%) sobre el diputado Guilherme Boulos, del PSOL (Partido Socialismo y Libertad), apoyado por Luiz Inácio Lula da Silva, (35%). En el sondeo, un (14 %) declaró que votará en blanco o nulo y otro (2 %) dijo estar indeciso.

Estos candidatos, ambos aspirantes a la alcaldía de la ciudad más poblada de Sudamérica, con 12 millones de habitantes, fueron los dos más votados en la primera vuelta, hace tres semanas. Nunes fue el vencedor de la primera vuelta de las elecciones, que se llevó a cabo el pasado 6 de octubre, con un 29,48 % de los votos, frente al 29,07 % que consiguió Boulos, líder del Movimiento Social de los Sin Techo (MST). En tercer lugar quedó el empresario e influencer ultra derechista Pablo Marçal, candidato autodeclarado “antisistema” y que se quedó a las puertas de la segunda vuelta con un 28,14%.

Ricardo Nunes es la expresión de la extrema derecha en la defensa de las privatizaciones, con el actual gobernador del estado Tarcísio de Freitas como su principal referente, logrando posicionar a su candidato en primer lugar y reforzando la perspectiva institucional de una extrema derecha oficialmente bolsonarista, aunque sin Bolsonaro “en cuerpo y alma”.

Por otro lado, Pablo Marçal, posicionándose como representante de la base más dura y reaccionaria del bolsonarismo, demostró que llegó para quedarse, con un voto muy activo en esta segunda vuelta.

Esta extrema derecha sigue adelante con el proyecto de privatizar los bastiones de los servicios públicos en São Paulo, como Sabesp, el Metro y el CPTM.

Este partido de extrema derecha tiene las manos llenas de sangre, responsable de una de las mayores masacres de São Paulo, en el litoral paulista. Esto también se combina con una política de militarización de las escuelas, ataques a profesores y trabajadores municipales y una política represiva que tiene su principal objetivo a los trabajadores del subterráneos de São Paulo, con 8 trabajadores despedidos, numerosas advertencias y varias multas al sindicato, así como la persecución de los profesores y despidos a diario.

La extrema derecha se prepara para avanzar con nuevos ataques, como la reforma previsional, la reforma laboral, el avance de las privatizaciones, medidas que son fruto del golpe institucional de 2016, del gobierno golpista de Michel Temer y del gobierno de Bolsonaro, y que expresan la ofensiva de la derecha y de la extrema derecha contra la clase trabajadora y el pueblo pobre, que contaron con el apoyo y la ayuda de las instituciones del régimen, como el Tribunal Supremo, que estuvieron a favor del impeachment de Dilma Rousseff y del encarcelamiento arbitrario de Lula, abriendo paso a Bolsonaro.

La continuidad de los ataques contra los trabajadores

El hecho de que estas reformas y ataques neoliberales continúen bajo el gobierno de Lula, es una expresión concreta de que el Frente Amplio no enfrenta a la extrema derecha, sino que mantiene todos los ataques en nombre de la gestión del capitalismo. De esta manera le abre el camino y fortalece a la extrema derecha.

El “techo fiscal”, una medida que había sido aprobada por Michel Temer para limitar los gastos del Estado federal fue reformulada por Lula (Arcabouço Fiscal), ligada a la recaudación pública. Para cumplir y preservar este ataque, todos los partidos, incluido el PSOL y con el voto de Boulos, se mostraron favorables al recorte de la Prestación Continuada en Efectivo (BPC), que garantizaba un salario mínimo a las personas discapacitadas y a los ancianos en situación de extrema pobreza. También como parte de estos ataques, el gobierno de Lula declaró recientemente que quiere subastar 22 terminales portuarias hasta finales de 2025. Todas estas son medidas que afectan a millones de trabajadores, jóvenes y los sectores más pobres.

El techo fiscal, junto con la financiación a través del BNDES (Banco de desarrollo de Brasil), favorecen las condiciones para que las privatizaciones avancen en São Paulo. Si a esto le sumamos que Tarcísio y su partido Los Republicanos tienen Ministerios en el gobierno de Lula, que el PT fue en coalición con el Partido (PL) de Bolsonaro en 85 municipios durante las elecciones y que el gobierno de Lula entregó el Plan Safra más multimillonario de la historia al agronegocio, es imposible ocultar que la política de conciliación de clases está fortaleciendo a la extrema derecha. Esto también se puede ver en los resultados de las elecciones municipales. Con el llamado “centrão” como principal ganador de las elecciones, el PL de Bolsonaro también salió fortalecido a nivel nacional.

¿Y por qué después de dos años de gobierno de Lula son los partidos de derecha y extrema derecha los que están más fuertes?

La presencia de Alckmin como vicepresidente de Lula, así como la entrega de varios ministerios al “centrão” desde el inicio de su mandato, ya eran indicadores del fortalecimiento de los partidos de centro derecha y de extrema derecha. En otras palabras, el gobierno Lula concilia para administrar el capitalismo y los negocios de la burguesía, continuando los ataques del régimen anterior. Esta política de conciliación de clases tiene su expresión en el terreno electoral, apelando a la política del “mal menor” para justificar el llamado al voto a candidatos y frentes cada vez más amplios con figuras de partidos burgueses y conservadores.

Un llamado a enfrentar a la extrema derecha

Es necesario enfrentar a Nunes a Marçal y a todos los concejales electos de los diferentes matices del bolsonarismo, como Lucas Pavanato que quiere liderar un fuerte ataque a la población trans. Ya hay sectores que están enfrentando las medidas antiobreras de la derecha como los trabajadores del Hospital Federal do Bairro (HFB) en Río de Janeiro, que se movilizan contra el proceso de precarización y privatización.

La candidatura del Frente Amplio en San Pablo está compuesta no sólo por Guilherme Boulos, sino por Marta Suplicy, quien no sólo apoyó el golpe institucional de 2016, sino también fue una de las impulsoras de la reforma laboral de Michel Temer.
Esta lista también le ha dado lugar a un coronel de la policía militar, ex comandante de la ROTA en São Paulo, uno de los principales instrumentos represivos surgidos durante la dictadura. El Frente Amplio también ha recibido el respaldo entre sectores del gran capital y grandes empresarios.
De este modo las candidaturas del Frente Amplio demuestran de antemano que no se proponen defender los derechos de la clase trabajadora ni de quienes sufren a diario la violencia policial, ni tampoco enfrentar a la derecha.

Muchos trabajadores y jóvenes tienen sus expectativas puestas en que con el voto a la candidatura de Boulos del Frente Amplio se puede derrotar a Nunes y a la derecha. Aunque no compartamos esta posición, desde el Movimiento Revolucionario de los Trabajadores (MRT) estaremos en primera fila, como siempre lo hemos hecho, en la lucha contra Nunes y Marçal y todas las variantes del bolsonarismo, y junto a los trabajadores y jóvenes que no quieren una nueva alcaldía de extrema derecha en São Paulo y votarán a Boulos, nulo o abstención. Pero advertimos que la lista encabezada por Boulos no es una verdadera alternativa porque está aliada con la derecha golpista, con el gran capital y como dijo Boulos en su «carta al pueblo de São Paulo», gobernará «sin ataduras», refiriéndose a la izquierda y a su pasado como líder del MST. Los resultados electorales de la primera vuelta demostraron que esas alianzas sólo fortalecen a la derecha y a la extrema derecha nacional.

Por eso reafirmamos la urgencia de preparar la lucha contra todos los ataques, partiendo de la movilización de la clase trabajadora de São Paulo en los últimos años, que ha enfrentado medidas privatizadoras como lo vienen haciendo los trabajadores del subte, los trabajadores de Sabesp, los trabajadores del CPTM, los profesores, los trabajadores tercerizados, unificando estas luchas y movilizándonos para derrotar todas las reformas neoliberales y la defensa de los derechos de la clase trabajadora y de todos los sectores oprimidos.

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Hecha en base a información de Esquerda Diário, parte de la Red Internacional de La Izquierda Diario.