Si hay un jugador del cuál sea grato escribir unas líneas, éste es el caso. Malo, pendenciero, indisciplinado, carismático y super talentoso. Y sobre su condición de atleta, un físico particular, con una increíble potencia, fuerza y poder. Todo esto al servicio de una mente y técnica superiores.
Viernes 6 de febrero de 2015
Foto: sitio web imgarcade.com
¿Qué tipo de jugador fue este “gordo malo”? ¿De qué jugaba? ¿Por qué no ganó ningún anillo? Muchas preguntas y pocas respuestas. Quizás nos podríamos acercar a una definición de su juego, la cual sólo se aplicaría a él, porque no hubo muchos parecidos. ¿Qué jugador con una talla de 1.98 jugaría abajo del aro en la liga mas poderosa? Es más: liderando siempre en sus equipos la tabla de rebotes, tapas y puntos. Uno que entonces sea muy fuerte, sino el más fuerte. De lo contrario no serían posibles sus estadísticas y el juego que lo vimos explayar.
En sus inicios ya evidenciaba un… ¿obstáculo?; su peso. Desde la secundaria a los primeros años de universidad le costó mostrarse y resaltar por su juego. Pero esto cambió rápidamente cuando dio rienda suelta a su voracidad por los rebotes y capacidad para realizar tremendas tapas. Sumado a una muy buena cantidad de puntos anotados.
Fue así como los 76 ers se fijaron en él, y fichó en el 5to puesto del draft de 1984, dos puestos detrás de Jordan. Justo un año después que su flamante equipo se coronase campeón, con los legendarios Julius Earving (el Dr J) y Moses Malone.
Como ya dijimos tenía problemas con su peso: llegó a pesar 139 kilos en sus años de universidad. De esto da cuenta el "Loco" Montenegro en una de sus anécdotas (sí, porque el Loco conoció la NBA ya en los 80, pero eso es otra historia). Contaba que al compartir habitación con el gordo, éste le pedía que lo despertase más temprano que a la hora de ir a entrenar. Entonces salía a correr, fajado, para llegar más liviano al entrenamiento. Dónde lo esperaban con una balanza y una multa si no daba bien el peso.
Foto: sitio web sbnation.com
Aunque aclaremos el punto de su peso, aún es difícil comprender como hacía para agarrar un rebote, correr la cancha y enterrarla pegando un tremendo salto. Es evidente que a pesar de sí mismo corría y jugaba muy ágilmente. He aquí su virtud, su capacidad atlética no saltaba a la vista como en otros jugadores. Por citar un caso, Karl Malone, “El Cartero”, tenía unos brazos que equivaldrían a la pierna de un adulto promedio. Pero sin embargo, aunque era un Coloso y un fortísimo jugador no tenía la impronta amenazante de Barkley. Parecía que estaba movido por otro tipo de fuerza o designio, que lo llevaba más allá de sus límites.
Esta fuerza le daba coraje para fajarse con más de uno, y de los pesos pesados, ningún tierno ni “pecho frío”. Tuvo peleas con Bill Laimbeer, un carnicero, miembro del equipo más violento, los Bad Boys de Detroit. Algún roce con Pippen, muy desfavorable para Scottie. También con Denis Rodman, otro loco. Y una legendaria pelea con Shaquille O’Neal. En un forcejeo debajo del aro, Barkley agarró la pelota y se la tiró en plena cara. Atónito, luego de un instante, Shaq con sus 2 metros y 16 centímetros más sus 160 kilos se le fueron encima en el acto. Y cuál luchadores de sumo se trenzaron en un choque de antología. Por suerte no duró mucho y lograron separarlos. Hoy comentan juntos los partidos y comparten programas. Así era este tipo, se encargaba de esta clase de jugadores, porque los emparejaba en fuerza y potencia a pesar de su desventaja física.
Si bien jugaba de 4, podía salir a tirar al perímetro, correr la cancha y dribblear. En los Sixers fue ídolo absoluto, liderando todos los años en puntos rebotes y tapas. Pero ante la negativa de ganar un anillo emigró a los Phoenix Suns. Allí siguió descollando y logró alcanzar una final con el como M.V.P. Pero no pudo ser, la perdieron ante la dinastía de los Chicago de los 90.
Jugó un poco más en Phoenix y luego pasó a Houston, donde estaban Hakeem “The Dream” Olajuwon y Clyde “The Glyde” Drexler. Ansiosos de ayudarlo a ganar un título. Esto no sucedió, Barkley empezó a tener problemas en sus rodillas y ya no fue el mismo de otrora. Se perdió muchos partidos y al segundo año en el equipo se retiró.
Podemos decir para la estadística que ganó títulos en su universidad, los Olímpicos del 92 en Barcelona, con el mejor equipo de todos los tiempos y que es considerado uno de los mejores 50 jugadores en la historia de la NBA.
Pero más allá de títulos y lauros individuales, fue un jugador único e impresionante, difícil de imitar. Uno para tener siempre en mi equipo…por favor, nunca en contra.