El gobierno de Gerardo Morales gestiona subsidios a un empresario con un largo prontuario de vaciamiento de empresas tras recibir subsidios del estado. Aquí algunos ejemplos.
Miércoles 25 de mayo de 2016
Días atrás La Izquierda Diario informó sobre las gestiones que viene haciendo el empresario Sergio Taselli ante el gobierno nacional por subsidios para la empresa de su propiedad Aceros Zapla. Así lo dieron a conocer sus representantes en la última audiencia de conciliación obligatoria con los trabajadores de la planta acerera y el gobierno de la provincia. En dicha oportunidad, la empresa hizo saber mediante un “escrito” que se encuentra en “estado de crisis” por la caída de las ventas y la suba de los servicios, y que ha solicitado al Estado nacional el subsidio Incentivo para Fabricantes de Bienes de Capital así como el programa REPRO.
En la misma nota, se daba cuenta del apoyo del gobierno de Gerardo Morales a este pedido de la empresa. El ministro de trabajo de la provincia, Jorge Cabana Fusz, decía en el diario el Tribuno: “La postura de la empresa es no despedir gente y con este bono, vamos a conseguir que se conserven los puestos de trabajo y que la empresa siga trabajando en la provincia”.
Muy lejos de las palabras halagüeñas del ministro Cabana Fusz, a Sergio Taselli lo menos que le interesa es “conservar los puestos de trabajo” de los obreros. De hecho, en su historial el empresario kirchnerista carga con una larga lista de empresas vaciadas, cientos de familias que han quedado en la calle y desvíos de fondos estatales millonarios.
Dos ejemplos
Yacimientos Carboníferos de Río Turbio.
La compañía estatal Yacimientos Carboníferos Fiscales de Río Turbio, privatizada por el menemismo en 1994, estuvo en manos de Taselli desde ese año hasta el 2002. Durante esos ocho años, pese a recibir un subsidio anual de 25,5 millones de dólares por parte del Estado y de tener asegurada la venta de toda la producción a la usina termoeléctrica de San Nicolás (Buenos Aires), el empresario K no solo no cumplió con las inversiones ni con los mínimos de producción estipulados, sino que se dedicó a desmantelar la empresa, llevándose maquinaria a otras empresas suyas, no haciendo el mantenimiento requerido, liquidando los sistemas de seguridad, reduciendo la plantilla de operarios, etc. Según algunos datos, de los 1335 trabajadores con que contaba la compañía al momento de la privatización, al terminar el ciclo Taselli solo quedaban alrededor de 700. Todo esto con la abierta complicidad de la Comisión Fiscalizadora formada por representantes del gobierno nacional y del gobierno de la provincia de Santa Cruz.
Esta política depredadora de Taselli desembocó luego en la tragedia de 2004, que dejó un saldo de 14 mineros muertos: el fuego se inició en un rodillo de la cinta transportadora con la que se sacaba el carbón de la mina; el puesto del operario que se encargaba de controlar el normal funcionamiento del dispositivo fue eliminado en la gestión privada de Taselli. Aún hoy esas muertes siguen impunes.
Transportes Metropolitanos.
Privatizados los ferrocarriles a mediados de los años noventa, las líneas Roca, San Martín y Belgrano Sur del Gran Buenos Aires pasaron a ser manejadas por el consorcio Metropolitano. Taselli se hizo del control de la compañía en 1999, y durante su administración las condiciones de los trenes y las instalaciones de la empresa no hicieron sino deteriorarse.
En 2004, debido al mal funcionamiento del material rodante y de las vías férreas, se produce un accidente en la línea San Martín, que dejó varios muertos entre los pasajeros. Por este hecho el gobierno de Nestor Kirchner le quitó la concesión de esta línea. Los inconvenientes constantes y los reclamos de los usuarios, que un día terminaron en la destrucción de una de las terminales de la empresa, llevó que se le quitara las concesiones de las otras dos líneas en 2007.
Solo ese año, según algunas fuentes, Taselli recibió por subsidios de parte del Estado para las líneas Roca y Belgrano Sur 30 millones de pesos por mes.
El dueño de Aceros Zapla enfrenta hoy varios juicios y hasta es investigado por la justicia suiza por lavado de dinero proveniente de los subsidios recibidos por sus empresas. En Argentina en 2013 se reabrió la causa por el vaciamiento de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, por la que ya había sido procesado antes; Taselli está acusado de desviar a otra de sus empresas los subsidios estatales y de fraguar otras operaciones fraudulentas. Asimismo, junto al exsecretario de Transporte Ricardo Jaime y otros exfuncionarios, tiene otra denuncia por defraudación la administración pública debido a incumplimientos en las prestaciones de servicios ferroviarios entre 1994 y el 2005 en la línea General San Martín, por lo que se habrían quedado con la suma de 495.408.412 pesos.
Aceros Zapla no es la excepción
Aceros Zapla no ha escapado al método predatorio con el que Taselli operó y opera en sus otras empresas. Luego de pagar el precio simbólico de un dólar, el “vaciador serial” (así lo llaman muchos trabajadores en la fábrica), arribó a la acerera en el año 1999, y en los poco más de tres lustros que lleva en la empresa, ha reducido su capacidad operatoria a su mínimo histórico, clausurando el alto horno y otros varios sectores, y reduciendo su personal de 1200 a 400 obreros (muchos de los cuales hoy están tercerizados).
El desguace de la fábrica, que ha redundado en la pérdida de competitividad así como de la calidad de la producción, lo ha llevado a perder parte importante de los mercados que la empresa tenía, entre ellos el de la industria automotriz que le compraba aceros especiales, y a limitarse casi exclusivamente a la producción de hierro redondo para la construcción.
Aun así, el kirchnerismo nunca le dejó de brindar sus favores, ya que, aparte de energía subsidiada (que recibió toda la industria), le dio el programa Reprodurante 12 meses en los años 2008-2009 y, sobre todo, le consiguió nuevos mercados y jugosos negocios con el Estado.
Hacia una nueva estafa
Hoy, después de habérsela “llevado en pala” durante la “década ganada”, Taselli despide y suspende trabajadores en Aceros Zapla, y hasta ha llegado a dejar semiparalizada la fábrica durante la semana pasada suspendiendo la producción en el sector Acería. Con estas acciones pretende chantajear a los trabajadores; el mensaje emitido en un lenguaje crudo es que la empresa está en un “estado de crisis” y que si ellos no renuncian a sus demandas y aceptan el ajuste, la empresa no puede continuar produciendo.
El gobernador Gerardo Morales, que semanas atrás les había dicho a los trabajadores acereros que él no iba a ser “el maletero” de Taselli, tuvo que tragarse sus palabras y, como un empleado fiel y obediente, validar la demanda empresarial ante el Estado nacional. El ya citado Cabana Fusz fue claro en este sentido: Taselli “no va a despedir”, pues, con los subsidios, “vamos a conseguir que se conserven los puestos de trabajo y que la empresa siga trabajando en la provincia”. No quedan dudas de que el chantaje no era solo para los trabajadores. Tampoco quedan dudas respecto a qué intereses responde el gobierno del contador Morales, que persigue y encarcela a los trabajadores y los luchadores sociales, y se arrodilla ante los empresarios.
“Organizar la resistencia al ajuste”
Para que la empresa “siga trabajando en la provincia” y así evitar más despidos, el gobierno y la patronal intentan obligar a los trabajadores a dar su apoyo al programa REPRO. Con este subsidio, el Estado pagaría parte de los sueldos a los obreros de Aceros Zapla, hasta el equivalente del salario mínimo (hoy en 6.060 pesos). Pero como ya dijimos, esto no es más que un engaño: que el último año hayan caída las ventas y se hayan reducido las ganancias no niega el hecho de que la situación de la fábrica sea estable si tomamos los últimos cinco años, y ni hablar si tenemos en cuenta todo el período de crecimiento económico iniciado en 2002, en el que —repetimos— Taselli, literalmente, “se la llevó en pala”.
La presión llevó a que los trabajadores en asamblea decidieran mayoritariamente firmar a favor del Repro. Pero con la exigencia de que antes la empresa previamente les pague todo lo adeudado. En la asamblea de las 14 de ayer se votó también no firmar hasta antes no iniciarse las paritarias.
El delegado del sector mantenimiento de Aceros Zapla Julio Mamaní ha planteado que, “para no ceder ante el chantaje”, la empresa “abra sus libros contables”. Con esta simple medida, se pondría al desnudo toda la farsa patronal, que escudado en una supuesta “crisis” prepara una nueva estafa.
Mamaní, de igual forma, ha llamado a los trabajadores de Aceros Zapla a “organizar la resistencia al ajuste”, lo cual implica en primer lugar “que los trabajadores tengamos una política independiente y no depositar ninguna expectativa en el gobierno de Morales ni en la oposición del PJ-FPV, que son los representantes de la patronal vaciadora”.