El sindicato petrolero no fue parte de la movilización del 21F. Ese día, en el marco de la venta a un socio inversor en la refinería de Dock Sud, negoció un acuerdo monetario con la empresa, mientras ésta va las condiciones laborales de los petroleros.
Miércoles 28 de febrero de 2018 10:39
Negociaciones entre cuatro paredes
Como ya es costumbre, el sindicato mediante su comisión interna que asumió en una elección ilegal, comentó un acuerdo monetario, cuando ya estaba "negociado" y firmado por Shell y Mario Lavia, Secretario General del sindicato de Avellaneda. “Comentaron”, por qué llamar asamblea a que tres delegados se paren en la puerta del vestuario y quien “quiera oír que oiga” en el cambio de turno, sería mucho. Se ve que o estaban muy cómodos con el aire acondicionado o muy "llenos" luego del almuerzo entre la gerencia y Lavia para levantar el teléfono, porque ir, sería mucho también,. Lo mismo, llamar a todos los sectores para llevar a cabo una asamblea en la que los mismos trabajadores discutan y voten su futuro.
La comisión interna quería presentar como un triunfo un monto de 15 mil pesos en un solo pago, que con los descuentos quedarían $12 mil y un aumento del plus por ser brigadista (bomberos de refinería), punto que alcanza a un porcentaje chico del total de trabajadores. Hablando de la mera negociación paritaria, ya no se puede dar credibilidad a nada de lo firmado, es que el año anterior se había acordado cláusula gatillo si la inflación superaba antes de abril del 2018 el 20%, y todavía los petroleros están esperando. Lo bochornoso de este acuerdo es que el sindicato y la comisión interna, se comprometieron en un ítem, implementar el modelo de operador experto y "continúa en el diálogo permanente a efectos de poder adaptar la refinería a los desafíos productivos futuros que se pudieran presentar".
Esto es lo más parecido a una cláusula de productividad que se implementaría en una línea de producción, ya que la productividad de la industria está más que garantizada. Apunta a una serie de “compromisos” que busca una disponibilidad extra en horarios y trabajos que se encuentran por fuera de sus tareas, como si el turno rotativo ya no fuera una gran predisposición de los trabajadores. Una entrega de condiciones laborales anticipada, que pone a la refinería a tono con las contrareformas que se buscan imponer desde el gobierno. También el gremio está agendado en las primeras mesas de paritarias para fijar un 15% de techo y limitar el resto de las negociaciones paritarias.
El salario en mano del trabajador petrolero está por encima de la media aunque el básico limpio no llega a la canasta familiar. Se eleva entre ítems y la explotación garantizada por las horas extras en un contexto de trabajo insalubre, problema que la multinacional no reconoce, y por la cual el horario debería ser de 6 horas respetando los turnos rotativos, y no de 8 que se elevan a 12 con las horas extras. La contaminación no solo cae en la refinería, sino que azota a las barriadas obreras del Dock Sud y Villa Inflamable (su nombre lo dice todo).
Un gobierno "formado" por Ceos
El gabinete de gobierno y el mismo Macri están formados por CEO’s en la doble acepción de la palabra, es decir, integrado y formado, desde el Colegio Cardenal Newman, hasta las decenas de coloquios, reuniones, retiros, etc donde son los empresarios quienes dan ideología a este gobierno.
Quienes trabajan en Shell lo saben hace rato, una fuerte ideología individualista y de progreso personal, competencia al extremo, meritocracia, acomodo de familiares, hecho que, cualquier parecido con el Estado, no es casualidad.
Todo eso para hacer creer a los petroleros no son trabajadores, imponer a punta de plata y sentido de pertenencia a una élite que nada tiene que ver con los "de mameluco azul", trabajadores que están hace 10, 15 años o más contratados, tercerizados, realizando labores de alto rendimiento físico, todos los días al lado de los efectivos de Shell, ni hablar del resto de los trabajadores fuera de refinería.
Sumado a un turno rotativo extenuante, mañana, tarde y noche, francos rotativos, que los alejan de familiares, amigos, además del ya comprobado efecto adverso para la salud, la fábrica se transforma “en nuestra vida” como afirman los trabajadores, y lo que hay afuera en un decorado, del cual disfrutan como pueden, cuando pueden. Si se implementara la reducción de la jornada laboral a 6 horas, 5 días con un salario acorde a la canasta familiar para repartir las horas de trabajo, resolviéndose en parte la desocupación, que contemple medidas de salubridad, propuesta del diputado del PTS/FIT Nicolás del Caño junto a los trabajadores que integran el Movimiento de Agrupaciones Clasistas, se abren las posibilidades de vivir, sin dejar la vida en la refinería para ganancias de los empresarios. Y que todos los contratados, pasen a planta como petroleros. Pero de todo esto, no habla la comisión interna ni el sindicato.