Cuando las obreras de Brukman se organizaron en el marco de una gran crisis política, para poder poner a producir la fábrica bajo su control.
Martes 20 de diciembre de 2016
Corría el año 2001 y una gran crisis económica y social atravesaba la vida de cientos de millones de personas en nuestro país.
La irrupción de las masas en la escena política nacional y el gran cuestionamiento a las instituciones del estado desde los partidos políticos tradicionales como el PJ, UCR, la Corte Suprema de Justicia y hasta las conducciones sindicales -que tuvo su máxima expresión en las jornadas del 19 y 20 de diciembre - dio paso a nuevas formas de organización política.
En los barrios se organizaron asambleas que mostraban el cambio de la política “del Palacio a las calles”. En esas asambleas que participaba mayoritariamente la clase media, con concurrencia de estudiantes y trabajadores, eran un ejemplo de democracia directa.
El 18 de diciembre, un día antes de la renuncia del ministro de economía Domingo Cavallo, y dos días antes de la huida del presidente De La Rua en helicoptero, presionado por cientos de miles que se movilizaron a la casa rosada con una bronca incontenible y al grito de "que se vayan todos, que no quede ni uno solo", las obreras de Brukman tomaban la planta y sin saberlo marcarían un horizonte de lucha para un sector amplio de la sociedad.
Aproximadamente 50 obreras eran las que resistieron cuando su dueño Jacobo Brukman, abandonó la fábrica replicando el método de muchos patrones que frente a la gran crisis en curso, era más redituable para su bolsillo dejar en la calle a cientos de familias en vez de continuar con la producción.
Fue en ese momento que las obreras "dejaron de tener una vida normal" y se pusieron a la cabeza de esa enorme lucha que fue un emblema para el conjunto
de la clase trabajadora.
Las obreras de Brukman que se levantaron y plantearon que no estaban dispuestas a irse a su casa con las manos vacías, habían dejado horas, días, vida ahí adentro y en el marco de la gran crisis que había todo se hacía más difícil y se negaron a pasar a ser parte de los cientos de miles de desocupados de ese momento. La bronca fue lo que encendió la mecha de decenas de obreras para pisar aún más fuerte y proponerse tomar la fábrica y ponerla a producir.
Estaban dispuestas a no quedar en la calle y sabían que iba a ser una pelea dura contra un gobierno completamente deslegitimado, las fuerzas represivas que días después se cargaron en sus espaldas la muerte de decenas de personas y que fueron los protagonistas de los 3 violentos intentos de desalojo y una patronal ausente que no daba respuesta.
Referencia y ejemplo de lucha
La experiencia de Brukman muestra que las mujeres pueden jugar un rol protagónico en la organización sindical y en la producción colectiva. Hoy, siguen persistiendo grandes diferencias entre varones y mujeres en los sindicatos por ejemplo, incluso en aquellos donde la mayor cantidad de trabajadores son mujeres.
Un debate abierto en la izquierda en ese momento -y lo sigue siendo hasta hoy en día- es la necesidad de coordinación de la clase obrera ocupada y desocupada, junto a la unión de diferentes sectores como los estudiantes, las organizaciones de mujeres y derechos humanos, para pelear por una salida para el conjunto de los explotados.
La experiencia de Brukman, pone en evidencia el gran potencial que tiene esa unidad para resistir los 3 intentos de desalojo con represión, que les preparaba el gobierno que tuvo la misma práctica que el patrón de esa fábrica: huir.
Osvaldo Bayer, el 13 de abril en el Encuentro de Fábricas Recuperadas, decía: “Queridas compañeras y compañeros, muchas gracias por esta acción, y poder decirles aunque sea unas palabras. Qué cosa más hermosa venir a este lugar, donde son principalmente obreras mujeres las que defienden su fuente de trabajo, qué gran ejemplo para nuestra sociedad! Yo como intelectual me siento desbordado , de pura alegría. Muchas gracias queridas compañeras, las obreras y obreros de Brukman, los compañeros de Zanon.
Estuve en esa inolvidable asamblea ahí en Neuquén, en medio del campo, del viento, del frío. De esos luchadores de esos oradores que son magníficos. Me hacían acordar a esas asambleas anarquistas de principios de siglo donde los obreros concurran con sus mujeres y sus chicos. Qué unidad, qué sentido de la poesía, qué sentido de la belleza, qué sentido de la lucha!. Tomemos el ejemplo y luchemos!.
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Obreras sin patrón
“Porque de perder brukman perdemos todos los trabajadore(…), vemos cómo por estas elecciones son capaces de llevar al pueblo por delante(…) lo que estoy defendiendo acá es el pan de mis hijos, no estoy dispuesta a volver a casa sin nada, no estoy dispuesta a decirle a mis hijos que ellos me vencieron. “Eran las palabras de una de las obreras de la textil. Esas obreras que tenían esa fuerza y esa moral para poder pelear por lo que les corresponde.
Las diferentes experiencias de lucha nos dejan lecciones muy importantes para la juventud que tenemos que tomar para superar y avanzar en el camino de la pelea por un gobierno de las trabajadoras y los trabajadores.
Experiencias de organización como estas, donde se muestra que las obreras pueden hacer funcionar perfectamente la fábrica con sus conocimientos, y que no necesitan los patrones, son de ese tipo de ejemplos que molesta (y mucho) a los grandes empresarios y los gobiernos de turno. Por eso se juegan a derrotarlos y si hace falta usar balas de goma y gases lacrimógenos están dispuestos a hacerlo.
Pero del otro lado, las obreras y los obreros que son parte de ese tipo de experiencias dan un salto agigantado en su conciencia y en sus perspectivas de lucha. Celia decía al respecto que si “podían manejar una fábrica podrían manejar un país”. Ese es el verdadero fantasma que hacen recorrer por los pasillos del congreso, los sindicatos y todas las instituciones de este régimen podrido. Que si las obreras y los obreros se organizan, si los estudiantes acompañan y el conjunto de los explotados y oprimidos se deciden, la historia puede cambiar y pueden dejar de ser ese puñado de gusanos capitalistas los que controlan el mundo, y el mundo puede estar gobernado por las y los trabajadores.
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Hoy en día, defendemos la gran campaña que vienen haciendo las gestiones obreras en lucha como Zanon y Madygraf (ex donnelley) que vienen de realizar un gran corte por sus demandas y que son una muestra del potencial que tienen las gestiones obreras. En el caso de Madygraf con campañas de cuadernos y aportes para la construcción de escuelas en el caso de Zanón, son una gran muestra de que las gestiones obreras pueden estar al servicio de las necesidades del pueblo trabajador.
A tan pocos días del aniversario de las jornadas del 19 y 20 de diciembre, es importante retomar estas experiencias y ponerlas al servicio de seguir la pelea por un gobierno de trabajadores.