La justicia le impidió a Lula, el candidato con mayor intención de voto, participar del debate que organizó la cadena Bandeirantes, parte clave del golpe institucional.
Viernes 10 de agosto de 2018 12:02
El jueves por la noche se realizó en Brasil el primer debate hacia las elecciones presidenciales de octubre. La transmisión, que se realizó por la cadena televisiva Bandeirantes, una pieza clave del golpe institucional contra Dilma Rousseff, tuvo una particularidad que quiso ser disfrazada como natural: el candidato con mayor intención de voto, Lula da Silva, no estuvo presente.
Inhabilitado por la corporación judicial para participar de los debates y realizar campaña, la ausencia de Lula es la expresión de la intención de cercenar el derecho elemental de la población a votar por quién quiera, y en contraposición lograr que el próximo presidente sea elegido a dedo, como último capítulo de la operación lava jato y el peso ganado por el bonapartismo judicial brasileño.
El objetivo de la impugnación a Lula esconde, mal, el intento de motorizar la campaña de Geraldo Alckmin, gobernador de San Pablo y candidato del neoliberal PSDB, para que sea el continuador de las reformas antiobreras y antipopulares iniciadas por el golpista Temer.
En el debate de la cadena Band participaron 8 de los 13 candidatos: el ultraderechista Jair Bolsonaro, candidato por el Partido Social Liberal (PSL) que lidera los sondeos en caso de que la justicia no permita a Lula presentarse; y los cuatro que lo escoltan de cerca: Ciro Gomes (Partido Democrático Laborista, PDT), la ambientalista Marina Silva (Rede Sustentabilidade), el neoliberal Geraldo Alckmin (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB) y el miembro del partido del golpista Temer, Henrique Meirelles (Movimiento Democrático Brasileño, PMDB). También estuvieron presentes candidatos de partidos más pequeños, todos con menos del 2 % en intención de voto: Alvaro Dias, candidato por el partido Podemos; Cabo Daciolo (Patriotas) y el dirigente de los Sin Techo Guilherme Boulos (Partido Socialismo y Libertad, Psol). Vera Lúcia del PSTU no estuvo en el debate, por la elección antidemocrática de la TV Band.
Para dar una idea del carácter amañado del debate basta mencionar que la palabra "golpe", en un país que viene de sufrir uno hace dos años, apareció por primera vez tras dos horas de debate, en la boca de Ciro Gomes, y se mencionó rápidamente una vez más, en el discurso de cierre de Guillermo Boulos.
Tanto el espacio que se presenta como "centro político", pero que en última instancia defiende las políticas neoliberales, como Alckmin, Álvaro Dias, Marina Silva y Henrique Meirelles, como el ultraderechista Bolsonaro, lanzaron discursos oscurantistas, con innumerables menciones a la Iglesia, a Dios, a las Fuerzas Armadas, al anticomunismo y al proyecto mordaza a la Escuela sin Partido. Todos ellos de una u otra manera con representantes del golpe institucional, y de los poderes que sin tener voto (Iglesia, corporación judicial y Fuerzas Armadas) son quienes quieren decidir quién puede ser votado y quién no. Como no podía ser de otra manera, todos ellos fueron portavoces de la negativa al derecho de las mujeres a la legalización del aborto, militando junto a la Iglesia para que las mujeres sigan muriendo por abortos clandestinos.
En cuanto al pago de la ilegal, ilegítima y fraudulenta deuda pública, los candidatos presidenciales mostraron su predisposición a seguir avalando el saqueo de la riqueza nacional y la sumisión al capital extranjero, desde aquellos que quieren "privatizar todo" para pagar la deuda (Bolsonaro), hasta aquellos que, como el Cabo Daciolo, defienden la auditoría de la deuda, para seguir pagando su porción "legal".
Pelo não pagamento da dívida pública #DebateBand pic.twitter.com/a0u970scSH
— Diana Assunção (@DianaAssuncaoED) 10 de agosto de 2018
Las elecciones de este año siguen marcadas por la continuidad del golpe institucional que comenzó en 2016. Las derivaciones de la operación Lava Jato y el rol del partido judicial muestran cada vez más claro que nunca se trató de un combate a la corrupción, sino de un plan económico y político para expoliar las riquezas del país y subyugar a la población de forma mucho más violenta de lo que el propio PT ya hacía. Y para eso se disponen a elegir a dedo al próximo presidente de la república, fortaleciendo a Alckmin (PSDB) como el favorito de los mercados.
Con Lula preso arbitrariamente por el poder judicial, y con el veto al derecho elemental de la población a votar por quien quiera, el debate estuvo teñido por innumerables menciones elogiosas al juez del lava jato, Sérgio Moro. Todo el debate fue un resumen del carácter fraudulento y profundamente antidemocrático de unas elecciones controladas por el poder judicial para elegir al sucesor de las reformas del golpista Temer.
En conversación con La Izquierda Diario, Marcello Pablito, dirigente del Movimiento Revolucionario de los Trabajadores (MRT) y pre-candidato a representante del estado en el San Pablo señaló "Nuestra participación en estas elecciones será también para denunciar el carácter cada vez más antidemocrático de este esquema que los estafadores quieren imponer. Por eso luchamos contra la prisión de Lula y para que el pueblo decida a quien votar, sin el veto del poder judicial que no fue elegido por nadie".
"Pero damos esa batalla con total independencia del PT, que incluso dirigiendo las principales centrales sindicales y entidades estudiantiles del país junto con el PCdoB, aceptó el golpe sin nunca organizar una resistencia seria, apostando, por el contrario, en una mayor reconciliación con los golpistas para fortalecer la vía electoral y tratar de volver a gobernar para los capitalistas en un régimen cada vez más reaccionario y un ’mercado’ que piden cada vez más ataques y privatizaciones. "
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