En Jalisco se aprobó la reducción de presupuesto a partidos políticos, producto de un acuerdo entre PRI y Movimiento Ciudadano para darle una bocanada de aire al régimen que viene profundamente cuestionado.
Jueves 6 de julio de 2017
La propuesta de ley #SinVotoNoHayDinero impulsada por el independiente Pedro Kumamoto y avalada por algunos grupos empresariales llegó en un momento crucial de la política nacional. Ésta se dio como parte de un acuerdo entre las dos fuerzas principales del estado, el viejo PRI y Movimiento Ciudadano.
La aprobación se dio con 31 fotos a favor, cinco en contra, y dos abstenciones. Quienes votaron en contra son los diputados Mónica López Almeida, del PRD; Enrique De Castro Palomino, del PVEM; Saúl Galindo, del PRD; Omar Hernández, del PVEM, y Lizbeth Ramírez, del PVEM.
Ante el profundo cuestionamiento del régimen y sus instituciones, el paso a las candidaturas independientes y esta concesión de reducir el financiamiento a los partidos empalma con el sentir de la gran mayoría de la clase trabajadora.
También así, diversos grupos empresariales a través del país mostraron su respaldo a esta iniciativa como empresarios de Coparmex (Confederación Patronal de la Republica Mexicana) Jalisco y de Querétaro o Canaco (Cámara Nacional de Comercio) de Culiacán, pero esto no se debe a su preocupación por la falta de democracia, tiene que ver más con una lectura que preocupa al empresariado producto de las movilizaciones contra el gasolinazo, las reformas estructurales y los rasgos más represivos del estado.
Porque de fondo lo que se oculta es el creciente hartazgo de parte de franjas de trabajadores a seguir soportando la crisis y gastos mientras la casta política y sus amigos empresarios mantienen y amasan riqueza.
Para este régimen esta representa una concesión mínima en tanto su proyecto económico que incluye una mayor flexibilización laboral para el conjunto de trabajadores así como la entrega y privatización de recursos, no se vea cuestionado.
Ganar el futuro es posible, con la estrategia correcta
El diputado independiente Pedro Kumamoto ha señalado a diversos medios que impulsará la aprobación de la iniciativa para reducir financiamiento a partidos a nivel nacional, buscando acuerdos con representantes del PRI hasta del derechista Partido Encuentro Social.
Pero no será de la mano de acuerdos con representantes del PRI o del PRD (con ninguno de los partidos patronales) que lograremos arrebatar a este régimen mayores libertades y derechos, que ha impuesto históricamente onerosos requisitos y trabas para las organizaciones obreras y de izquierda para tener legalidad y poder participar en el terreno electoral.
El camino planteado por Kumamoto de recuperar los partidos para la gente es ingenua, cuando estos han demostrado una y otra vez estar del lado de los empresarios. Plantear la unidad con los mismos responsables de las reformas estructurales, los mismos que hoy critican el gobierno de Maduro y fueron severamente señalados por la violencia desatada de parte del régimen contra activistas, periodistas y luchadores sociales, no puede augurar nada bueno.
Los últimos años han demostrado que hay voluntad para la lucha, como lo hicieron miles de maestros de la CNTE el año pasado, junto a sectores amplios de la población que se movilizaron en todo el país y que han levantado la denuncia en repudio a este régimen; hay que reforzar la organización independiente de los trabajadores y sectores populares, desarrollar nuestros propios espacios de discusión, retomar los métodos de lucha como el paro y la huelga, cerrar filas para resistir y organizar la indignación.
A la par que abrimos este debate fraternal con Pedro Kumamoto y su iniciativa, llamamos a impulsar una gran campaña unitaria exigiendo que todas las organizaciones de trabajadores, de izquierda y democráticas, así como los luchadores sociales, puedan participar de la política nacional y presentarse sin ningún tipo de restricción a las elecciones en cualquier cargo de representación popular, con iguales tiempos de acceso a los grandes medios.