Mientras se agrava la crisis política y económica, las centrales sindicales como la CUT y Força Sindical convocan a actos en respaldo o repudio al gobierno y dejan pasar los ajustes.
Jueves 10 de marzo de 2016
El sector automotriz en el centro del huracán
De acuerdo con Anfavea (Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotrices), este inicio de año es el peor desde 2003 para el sector automotriz en Brasil, cayendo la producción un 31,6% en comparación con el año pasado. Desde 2013, cuando el sector comenzó con los ajustes en la mano de obra, alrededor de 30 mil puestos de trabajo fueron eliminados. En la actualidad cerca de 40 mil trabajadores se encuentran en actividades afectadas por la modalidad del régimen de lay-off (suspensión temporaria del contrato laboral) o por el Plan de Protección del Empleo (PPE).
Este escenario se expresa en todas partes del país, como en la Ford en Camaçari (BA), que dejó la semana pasada a 1100 trabajadores bajo el lay-off; la empresa Honda, despidió a casi 300 trabajadores a principios de este año en Manaus (AM), o la General Motors (GM), que despidió a 517 trabajadores en São José dos Campos (SP). Sin embargo, la extensión nacional del proceso no disminuye la enorme concentración en la región de Santo André (A), San Bernardo do Campo (B) y San Caetano do Sul (C), conocido como el ABC paulista, polo de las grandes montadoras.
Para tener una idea, según el Ministerio de Trabajo cerca del 43,49% de los trabajadores incluidos en el PPE se encuentran en el ABC paulista. En esta misma región, se anuncian para los próximos meses nuevas medidas de ajuste, con la posibilidad de despido de 1200 trabajadores en lay-off hasta mitad de año en la Volkswagen de San Bernardo, o 2300 de la GM de San Caetano, que iban a ser despedidos a principios de marzo pero fue postergado el plazo de lay-off por un mes.
¿CUT y Força Sindical en lados opuestos?
Mientras avanza este cuadro dramático para los metalúrgicos, se profundiza la crisis política del gobierno del PT, el responsable directo de la aplicación de duros ataques contra los trabajadores. Con medidas como los recortes en el seguro de desempleo y el propio programa PPE, propuesto por la CUT y aplicado también por la central sindical Força Sindical, permite a la patronal reducir salarios y aún así recibir dinero público (subsidios) para mantener sus ganancias. Aunque estas centrales sindicales se dividan frente al respaldo al gobierno o frente al impeachemt se mantienen unidas frente al ajuste, que descarga la crisis sobre los trabajadores.
El economista Celso Ming, en un texto publicado recientemente, después de señalar dos posibles escenarios para la crisis política, impeachment o renuncia, nos proporciona una visión simple y directa de los planes de las patronales contra los trabajadores, afirmando que "No se puede descartar un tercer escenario, que el gobierno se arrastre (...) hasta octubre de 2018. Si es así, un tiempo precioso se está perdiendo sin que se produzca el ajuste de las cuentas públicas y sin ser capaz de encaminar las reformas capaces de sacar a la comprometida economía” [destacado nuestro].Un planteo similar es el que sostiene Paulinho de la central Força Sindical, al convocar a la manifestación del próximo 13 de marzo, no hay tiempo que perder, se debe avanzar en el cambio de gobierno para imponer ajustes aún más duros a los trabajadores.
¿CSP-Conlutas señala una alternativa?
El Sindicato de los Metalúrgicos de São José dos Campos, dirigido por el PSTU, no convoca a ninguno de los eventos antes mencionados. Lo que podría ser un ejemplo diferente para los trabajadores de todo el país, finalmente se transforma en un planteo que favorece a la oposición patronal. En palabras del presidente del sindicato, Antônio Ferreira “Macapá”: “Los trabajadores deben salir a las calles, pero por la organización de nuevas elecciones generales, para presidente, senadores y diputados”. Pero… ¿quiénes tendrían alguna chance de ser electos en las elecciones generales que defienden?
A continuación Macapá plantea: "La solución para los trabajadores es la creación de un gobierno que responda a sus propios intereses y no de los banqueros y patrones. Un gobierno socialista que esté basado y gobierne a partir de consejos populares, donde los trabajadores y la mayoría del pueblo decidan los rumbos del país”. ¿Cómo convencer a los trabajadores de la necesidad de crear un gobierno para defender sus intereses si quien hace este planteo no organizó ni siquiera una lucha seria contra los despidos en masa en una de las principales fábricas de base de su sindicato?
No menos problemática es la declaración de la Central Sindical Popular (CSP-Conlutas), en la que el PSTU es mayoritario, al referirse a la investigación sobre Lula donde sostiene el “castigo para todos”, como si la justicia y la policía federal fueran instituciones confiables y las responsables del castigo de los sectores corruptos que dominan la política (lea la declaración).
Una salida a la crisis política
Cada semana, casi media docena de empresas metalúrgicas desarrollan algún tipo de movilización en la región del gran San Pablo, sean asambleas preparando luchas o incluso huelgas contra los despidos, cierres, contra el ataque a los derechos laborales o por retrasos en los pagos de salarios.
Para que los trabajadores puedan tener una participación activa y una respuesta independiente a la crisis política que afecta al país, el primer paso sería una política de coordinación de estos conflictos, convocada desde CSP-Conlutas y el Sindicato de los Metalúrgicos de São José dos Campos (SJC), que pueda promover acciones unificadas en su apoyo y solidaridad para preparar la resistencia contra los despidos masivos ya anunciados, como los de la GM.
Desde el MRT hemos actuado en todas las luchas a nuestro alcance a través de Esquerda Diário buscando contribuir para que a partir de las luchas contra los despidos y los ajustes avancemos en la construcción de una alternativa a los dos polos políticos, el del PT y la oposición de derecha, ambos al servicio de los capitalistas.