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Red Internacional
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Vendimia Obrera. Situación crítica de contratistas de viñas y frutales: más de dos mil familias rurales debajo de la línea de pobreza

La licuación de la conquista de los 12 salarios anuales y un aumento que es casi la mitad de la inflación. Engaño del gobierno y la dirigencia sindical burocrática y bronca de la familia contratista, vivir cada vez con menos.

Viernes 30 de septiembre de 2022 09:23

El contratista de viñas y frutales es un trabajador o trabajadora rural que cobra un salario fijo por hectárea trabajada (hoy de $3099 brutos por hectárea), más un porcentaje de la uva o fruta cosechada (generalmente entre el 12 y el 15%). Se trata en la mayoría de los casos de un grupo familiar que tiene a cargo una explotación agrícola de aproximadamente 10 has. En Mendoza, el registro de contratistas bajó de 5000 a 2000 personas o grupos familiares en los últimos años.

Las 12 mensualidades, crónica de una conquista y un engaño

Hace años que las y los contratistas de viñas y frutales luchan por cobrar 12 mensualidades en lugar de 10, como recibían históricamente. En octubre de 2021, el Congreso Nacional aprobó la reforma del Estatuto del Contratista, disponiendo que estos trabajadores perciban salarios los 12 meses del año, pero esta conquista se dilapidó con un indignante engaño; en las últimas paritarias, el Sindicato Único de Contratistas de Viñedo y Frutales (SUCVyF) y la patronal estipularon su aumento basándose en el ingreso total anual, y no en el sueldo mensual, es decir que en lugar de agregarse dos mensualidades al salario, se distribuyó el mismo salario anual en 12 meses. “Además, arreglaron que los dos meses recién iban a cobrarse a partir del 2023, y no en 2022”, cuenta Ariel, contratista de Junín.

En mayo del presente año el sindicato informó falsamente que había cerrado un acuerdo del 60% en las paritarias con aumento en dos cuotas. Sin embargo, la mensualidad por hectárea de los contratistas pasó a ser de $2860 a $3099 en mayo (un irrisorio 9% de aumento), y en octubre pasaría a ser de $3750. El aumento del salario por hectárea resulta así en un vergonzoso 31% en un período con una inflación que se proyecta del 100%. Sucede que el sindicato y el gobierno, consideran que las dos mensualidades conquistadas por los contratistas, que cobrarían recién en abril y mayo del 2023, deben ser tomadas como parte del aumento; solo así la cuenta arroja un incremento del 57% en el salario anual. Es decir, no sólo se trata de un incremento muy por debajo de la inflación anual, sino que hace desaparecer de un plumazo la conquista de las 2 mensualidades extra, tan largamente exigidas por los trabajadores. “El sindicato dice que el gobierno no quiso dar más aumento porque el precio de la uva era alto, pero la realidad es que ellos igual firmaron esa paritaria sin hacer caso a los contratistas, y cuando uno pregunta de cuánto fue el aumento, te dicen que del 60%, pero las cuentas no dan”, agrega Ariel. Así es, las cuentas no dan porque los contratistas no cobrarán dos mensualidades extra, que era a lo que estaba apuntada la modificación de la ley, sino que sencillamente se distribuye el mismo sueldo en 12 meses en lugar de en 10 meses.

Edgardo Lera, secretario general del SUCVyF informando en su cuenta de twitter sobre la supuesta mejora en la situación de los contratistas de viña.

El gobierno y el Sindicato entreguista se burlan de los contratistas, pensando quizás que no saben hacer cuentas o que no sienten en sus bolsillos el impacto del ajuste. Lo mismo hacen los legisladores del Frente de Todos, cercanos a la dirección del sindicato, que se ufanan de haber logrado la conquista de los 2 meses extra con la reforma en el estatuto de los contratistas, siendo partes de la estafa. Pero los contratistas no están dispuestos a dejarse estafar, y se están organizando para luchar.

La senadora del Frente de Todos celebrando la ley que debía sumar dos mensualidades a los contratistas.

El aumento de octubre debe revertir esta estafa. El salario mensual debería mínimamente equiparar a la inflación (que se aproxima al 100% anual), es decir, debería subir de $2860 (valor previo a mayo de 2022) a $5720 por hectárea, y debiera exigirse que se cobre ese mismo monto para las dos mensualidades conquistadas por ley. Además, debiera entregarse a los contratistas un aporte no remunerativo lo perdido en lo que va de este año, que ascendería a $8.000/ha.

Mirá acá todas las notas del primer número del boletín Vendimia Obrera

Trabajar de sol a sol y vivir con un salario debajo de la línea de pobreza

En la vendimia (si el granizo no se llevó la cosecha) la familia contratista complementa su sueldo entregando la uva que le corresponde. Con los precios actuales de la uva, y teniendo en cuenta que el contratista debe acudir a jornaleros para complementar el trabajo de la familia en las épocas de labores más arduas, esto le brinda un ingreso promedio de $30 o $40mil pesos por mes. El sueldo de la familia contratista queda así normalmente por debajo incluso de los $70.000, siendo que para lograr ese sueldo trabajan varios miembros de la familia. En agosto de 2022, una familia necesitó $112.000 para no estar debajo de la línea de la pobreza. Es así que hoy, las políticas de ajuste del gobierno nacional y provincial, llevan a la familia contratista a tener que vivir con sueldos muy por debajo de la líena de la pobreza.

Unir la lucha de los trabajadores vitivinícolas para recuperar el Sindicato de Contratistas y conquistar un salario digno

“Todos los contratistas tenemos mucha bronca acumulada contra el Sindicato, las oficinas abren apenas unas horas al día, no te atienden, y no pelean por el salario. Y también contra el gobierno, que no cumple las promesas hechas a los contratistas. Todos los gobiernos primero dicen que van a hacer y después no hacen nada. Por eso nos estamos organizando para dar esa pelea, la situación no se aguanta más”, dice Ariel, y su opinión es la opinión generalizada entre los contratistas de Mendoza. La dirigencia burocrática del SUCVyF, encabezada por su secretario Edgardo Lera, cercano a Fernández Sagasti, juega para el gobierno y las patronales arreglando paritarias de indigencia y dilapidando las conquistas de los contratistas. Por eso, una de las luchas que quiere llevar adelante la familia contratista, es la recuperación del Sindicato Único de Contratistas de Viñas y Frutales, para luchar desde abajo por un salario digno y por las demandas del sector.

El histórico triunfo que lograron los trabajadores autoconvocados de viña y bodega en 2021, demuestra que los contratistas pueden conquistar sus demandas a través de la organización y la lucha. Es necesario unir la lucha de los contratistas a la lucha de las trabajadoras y trabajadores de viña y bodega, para ir por una gran conquista de toda la familia vitivinícola contra el ajuste que quieren imponer el gobierno y las patronales, con sueldos de miseria que no alcanzan a cubrir la canasta básica familiar.

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Por una gran movilización de contratistas y vitivinícolas para recuperar el Sindicato Único de Contratistas de Viñas y Frutales, que debe ser democrático e independiente de las patronales, por un ajuste del salario en octubre igual a inflación y que alcance a cubrir la canasta básica familiar, por un aporte no remunerativo de emergencia y para fortalecer la lucha de todas las trabajadoras y los trabajadores vitivinícolas.¡Ninguna familia trabajadora con sueldos por debajo de la línea de pobreza!

Cálculo del ingreso por cosecha que obtiene el contratista

El contratista recibe entre un 12 y un 15% de la cosecha, según el contrato que tenga con el propietario de la finca. Normalmente, la superficie trabajada es de 10has. Suponiendo un buen rendimiento de 100qq/Ha, y a la vez un buen precio de la uva (en la vendimia 2022), de $6000/qq ($60/kg), el contratista recibiría al vender su uva un total de 900.000 (150qq a $6000/qq), que cobra generalmente en 6 cuotas. Sin embargo, para mantener el viñedo y llegar a cosecha, el contratista debe a su vez contratar a trabajadores temporales para que lo ayuden en las tareas más arduas, esto es más necesario cuanto más productivo sea el viñedo, como sería el caso del ejemplo; de modo que un viñedo más rendidor otorga más ingreso, pero también genera más costos. Según indica los contratistas,podemos promediar este costo en cerca de $30.000 mensuales, o sea un total anual de $360.000. El ingreso neto queda entonces en $540.000, lo que entrega un promedio mensual de ingreso neto para el contratista cercano a los $45.000, dependiendo de la situación de la finca y la cantidad de miembros que trabajan en ella.